El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la inflación de Argentina en 2025 sea de más del doble que la que proyectó el Gobierno. Se trata de un escenario que, de concretarse, permitiría a Javier Milei y Luis Caputo generar un ajuste adicional al previsto.
Concretamente, el FMI estima que la inflación del año próximo en Argentina será del 45%, según plasmó en el informe de "Perspectivas de la economía mundial" (World Economic Outlook). De esta manera, no varió en su pronóstico respecto al informe previo de este tipo, que había publicado en julio pasado. Es la tercera inflación más alta prevista para un país en 2025 (tras el 60% de Venezuela y el 50% de Sudán).
La novedad es que este nuevo informe se conoce tras la presentación del Presupuesto 2025, en el que el Ministerio de Economía proyectó una inflación total del 18,3% entre enero y diciembre (punta a punta). Es decir, la suba de precios prevista por el organismo de crédito supera en 27 puntos a la previsión oficial (o en un 145%).
Es un escenario incómodo para Luis Caputo, que en estos momentos se encuentra en Estados Unidos para participar, precisamente, de la Cumbre del FMI y el Banco Mundial. Si quiere avanzar en las negociaciones para que el Fondo le otorgue nuevos dólares, deberá defender ante las autoridades del organismo y del Departamento del Tesoro cifras de un Presupuesto que ellas mismas desestimaron.
Si finalmente se cumple el pronóstico del Fondo, el Gobierno terminará ejecutando un importante ajuste en los gastos no automáticos. En general, proyectar en el presupuesto una inflación menor a la que realmente ocurrirá permite a cualquier administración contar con recursos discrecionales. Esto se debe a que la recaudación termina siendo mayor a la prevista, lo que genera recursos extra no asignados.
Sin embargo, este no será el caso con el Presupuesto 2025 debido a la regla de déficit cero establecida por Milei, por la que anticipó que no incrementará gastos no automáticos o discrecionales sino que, en todo caso, todo aumento no previsto en los ingresos se destinará a una baja de impuestos.
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Por lo tanto, si la inflación es del 45%, el Gobierno se verá obligado a ampliar los gastos automáticos como las jubilaciones (que está indexadas), pero no cualquier otro gasto discrecional. Así, estos gastos no automáticos quedarán congelados y sufrirán una reducción en términos reales.
De hecho, los economistas estiman que se trata de un escenario probable. Las consultoras y bancos privados proyectan que la inflación de todo 2025 será del 35%, según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, diez puntos por debajo de la prevista por el FMI pero el doble de la anticipada por Milei y Caputo.
Por ejemplo, la consultora Outlier advirtió que el 18,3% de inflación plasmado en el Presupuesto 2025 es "contradictorio" porque implicaría una desaceleración de la suba de precios hacia fin de este año, para luego acelerar -y sin embargo bajar- el año próximo.
En este sentido, el FMI también estima que la inflación 2024 será del 139,7%, mucho mayor que el 104,4% previsto por el Gobierno. "Cerrar el 2024 en 104% implica una pauta inflacionaria menor al 2% mensual, es decir, menor al 2% de devaluación mensual que establece el equipo económico. Eso ya genera algún tipo de duda respecto a su cumplimiento", alertó al respecto Haroldo Montagu, ex secretario de Política Económica y actual socio de la consultora Vectorial, en diálogo con El Destape.
Por otra parte, el Fondo mantuvo inalterado en 5% su pronóstico de crecimiento para Argentina en 2025, igual que había plasmado en su informe de julio. Del mismo modo, para 2024 sostuvo su estimación de una caída del 3,5% en el PBI. Además, el FMI estimó una suba del desempleo de más de dos puntos en 2024, a un 8,2% a partir del 6,1% en 2023. Para el año próximo, el organismo de crédito estima un rebote a la baja, para que el desempleo descienda al 7,6%.