Ante la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, explicó algunos aspectos del proyecto de Presupuesto 2023, entre ellos la proyección del 60% de inflación para el año que viene que informó la semana pasada el ministro de Economía, Sergio Massa. En ese marco, adelantó que habrá un "proceso de desaceleración inflacionario” y detalló los motivos que fundamentan esta proyección.
Al tomar la palabra, Pesce volvió a recordar que “recibimos la gestión con niveles de inflación altas del 53% en el 2019 y cerca del 50% en el 2018”. En ese sentido, amplió: "Cuando uno ve las experiencias de reducción inflacionarias hay dos mecanismos clásicos: uno es generar procesos recesivos y otro es la apertura económica y otra, más complejo de abordar, es el crecimiento económico en un país que tiene 36% de pobreza, niveles de desocupación de 6,9%. El camino de contraer la demanda a través de procesos recesivos tiene consecuencias sobre el tejido social que en nuestro país es muy delicado y el camino de la apertura económica es imposible de recorrer para la argentina porque no cuenta con financiamiento externo”.
Por qué bajará la inflación en 2023
En esa línea, Pesce especificó el camino que queda por recorrer para el Gobierno y remarcó que “es el sendero del crecimiento y en el corto plazo ir revisando aquellos impulsores de la oferta y de la demanda y, también, buscar acuerdos de precios con aquellas empresas que son proveedores de bienes salarios de consumo masivo". Y agregó: "Este es el camino para resolver el problema inflacionario en la Argentina, es difícil de llevar adelante, pero los otros dos caminos clásicos utilizados no podemos recorrerlos incluso cuando quisiéramos por las dificultades sociales que traería y que tenemos que tener presente”.
“El problema económico mas grande que tiene el país es la pobreza y la desigualdad y no podemos tomar políticas económicas que afecten aún más esa situación”, planteó el presidente del BCRA. Asimismo, avizoró que para el 2023 “no esperamos shocks externos en el tema inflacionario, lo que sufrimos en el primer trimestre del 2021 y 2022 no hay previstas modificaciones bruscas del tipo de cambio que es otro elemento que potencia la inflación en el país". Y sumó: "Va a haber un proceso de desaceleración inflacionario que esta reflejado en el presupuesto con esa estimación del 60% de inflación y una devaluación acorde con esos niveles de inflación”.
“Lo que planteamos es que el Banco Central tiene que tener un rol activo en la economía comenzando por el tema financiero”, resaltó el funcionario. Además, recordó que en la gestión anterior en el BCRA “se había desarrollado una línea de inversión productiva orientado a las PyMes que en el 2016 se abandonó y la recuperamos en el 2020, lo que ha permitido desembolsos de financiamientos a las PyMes por 2.8 billones de pesos y hoy cuenta con un saldo de 900 mil millones de pesos lo que representa más del 30% el financiamiento comercial a empresas”.
A su vez, indicó que plantearon “la necesidad de que la economía argentina contara con tasas de interés que remuneraran al ahorro, de tal manera, que se pudiera compensar la inflación y también que era necesario evitar atrasos en el tipo de cambio para mantener la competitividad del país”. En ese sentido, reconoció que esos planteos “cambiaron con la presencia de la pandemia”, al criticar la gestión de Cambiemos porque “veníamos de un proceso inflacionario fuerte entre los años 2018 y 2019 acompañado de un proceso recesivo".
“El modo de afrontar la pandemia en esas situaciones era solo uno: a través del financiamiento monetario, y por eso alcanzó un récord en el 2020, pero superada la situación de pandemia al superar la situación de pandemia volvimos a plantear la posibilidad de que el Estado se financiara a través del mercado de capitales y menos a través de la emisión monetaria”, explicó Pesce. En tanto, precisó que el financiamiento monetario “se redujo” en el 2020 y adelantó que “se reducirá en el 2022 y está previsto reducirlo en el 2023 en niveles que son más bajos que se presentaron en el 2015 con excepción del 2018, la monetización del déficit va a ser menor”.