Las empresas de medicina prepaga se encuentran entre las principales beneficiadas por el régimen de desregulación económica de la administración Javier Milei. Las últimas resoluciones publicadas al comienzo de la semana en el Boletín Oficial constituyen un plexo normativo para garantizarles exclusivamente sus resultados económicos y financieros en detrimento de la calidad de la atención y las prestaciones de salud que ofrecen.
Todo esto ocurre en un contexto en el que fueron autorizadas para aplicar aumentos en sus cuotas por encima de la inflación. Según un análisis realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las cuotas de estas corporaciones aumentaron 30 puntos porcentuales por encima de la inflación acumulada entre diciembre y octubre de este año.
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De salud ni hablar
Los cambios trascendentales para el sistema fueron dos: la posibilidad para las empresas de medicina prepagas -incorporadas al régimen de las obras sociales – de rechazar a nuevos monotributistas, y la decisión de limitar la cobertura médica para los usuarios que posean lo que se denominan “planes cerrados”.
“Se busca limitar recetas en medicamentos de alto costo y evitar que las obras sociales y prepagas tengan que cubrir medicaciones que en ocasiones no tienen suficiente aval científico/clínico”, fue el mensaje que dejaron trascender. El juego de la ironía.
En realidad, el Gobierno respondió al lobby carterizado de las empresas de medicina prepaga, a pesar de aquella recordada diatriba mileista en contra de estas organizaciones. Las medidas anunciadas apuntan a encausarles su negocio financiero. “Van eliminando prestaciones y la calidad de sus servicios. En un punto, dejan de ser un servicio de prepagas para convertirse en un servicio de ahorro”, explicó Roberto Zorzoli, especialista en temas vinculados a la defensa de los consumidores.
De acuerdo a la definición oficial de la Superintendencia de Servicios de Salud, en los llamados “planes abiertos los beneficiarios pueden optar por recibir la cobertura médico-asistencial a través de los prestadores de cartilla o de prestadores externos; mientras que en los planes cerrados, los beneficiarios deben atenderse exclusivamente con los prestadores incluidos en la cartilla”.
La única lógica detrás de esta organización del sistema de prepagas es acomodarles la ecuación financiera a las empresas del sector.
“Es fundamental controlar que, en los planes cerrados, las prácticas y medicamentos indicados a los beneficiarios sean prescriptos exclusivamente por los médicos incluidos en las cartillas del Agente del Seguro de Salud correspondiente, para evitar inconsistencias en la prestación y mitigar riesgos financieros. Esta situación refleja un riesgo de desfinanciamiento para los Agentes del Seguro de Salud, dado que la cobertura de prácticas o medicamentos no previstos adecuadamente en sus planes de salud puede comprometer la sostenibilidad financiera del sistema”, puede leerse en la resolución 3934/2024 de la Superintendencia de Servicios de Salud.
“Cada vez ser reducen más los profesionales de las cartillas”, agrega Zorzoli. Ante los problemas salariales, son cada vez los médicos que abandonan las cartillas de las grandes prepagas. Es que las empresas del sector buscan concentrar a la “crema del negocio”, es decir, a los sectores de alto poder adquisitivo. Así lo había definido el propio dueño de Swiss Medical -con acciones en América TV-, Claudio Belocopitt.
Esta idea de concentrar a la crema del negocio se encuentra en línea con los cambios introducidos para los monotributistas.
“La medida apunta a dejar afuera a los monotributistas de bajos ingresos, aquellos que no pueden acceder a un plan superador (plan abierto). Actualmente, con los bajos salarios que existen, la gran mayoría de los trabajadores queda afuera de la posibilidad de ampliar su cobertura a través de una cuota”, concluyó Zorzoli.
Aumentos
Las entidades de este sector - Galeno, Medicus, Medifé, Omint, OSDE, y Swiss Medical- suelen llorar pérdidas económicas de manera permanente. Pero no dejan de aumentar sus cuotas, avalados por el DNU 70/2023 en conjunto con todo el plexo normativo desregulador de la casta mileista.
De acuerdo a un análisis realizado por el CEPA, las empresas de medicina prepaga aumentaron sus cuotas en un 135,9% (en promedio) entre diciembre de 2023 y los anuncios ya anunciados para noviembre de este año. En el mismo período de análisis, la variación general de precios acumulada fue del 106,42%.
Es decir, las prepagas aumentaron sus cuotas 30 puntos porcentuales por encima de la inflación.