Uno de los principales empresarios del sector salud dijo públicamente que “de ninguna manera la medicina prepaga sube más que la inflación” contestando de esa forma lo que, horas antes, había planteado la propia vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, al hacer referencia al nuevo aumento autorizado de tarifas (13,8) que calificó como “inaceptable”. Analizamos qué pasó con los precios del sector.
Si se mira como fue el derrotero de las tarifas de prepagas estos últimos años, se observa que efectivamente registran aumentos por encima de la inflación. Desde enero de 2016 hasta 2019, con la gestión de la Alianza Cambiemos, las prepagas aumentaron un 326,2% mientras que la inflación en ese periodo se ubicó en 291,1%.
Por su parte, entre los años 2021–2022, la suba que viene registrando el sector es de 216% y si se analiza el proceso inflacionario, éste llega al 195,1%. Es decir que, otra vez, las prepagas superan el aumento general de precios, gracias al significativo incremento de las cuotas en los periodos mencionados.
Un punto aparte es el año 2020, el único en el que quedaron por debajo de la inflación ya que el incremento se ubicó en el orden del 10%. Sin embargo, ¿qué pasó realmente ese año? ¿Por qué analizarlo de manera discriminada?
En 2020 las prepagas ganaron dinero sin aumentar las cuotas. El resultado operativo y la facturación de ese periodo fueron las más altas de la historia. ¿Cómo se explica? Entre las principales razones se encuentran: las empresas accedieron al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para el pago de salarios de sus trabajadores, tuvieron beneficios como reducción a cero de contribuciones patronales y de Ingresos Brutos para sanatorios y hospitales, además accedieron a recortes en el Impuesto al Cheque (pasó del 1,4% a 0,8%).
Se agrega a lo anterior que buena parte de la atención de salud en la pandemia la pagó el mismo Estado vía transferencias por emergencia sanitaria, además por temor a contagios hubo una merma en las consultas para estudios, tratamientos y especialidades en general, lo que redujo los costos. Por su parte, el pago de cuotas continuó siendo pleno pese a la reducción de la atención brindada, y algo no menor, se profundizó la desactualización y postergación de valores y pagos a las instituciones y profesionales de la salud.
Entonces, ¿les fue mal en este tiempo? Los datos dan cuenta de que las principales empresas de medicina prepaga (Galeno, Medicus, Medifé, Omint, OSDE y Swiss Medical) alcanzaron entre 2015 a 2020, en promedio, los USD 6.800 millones anuales y las 6 empresas acumularon USD 44.400 millones en dicho período.
Las principales firmas muestran resultados promedio de USD 527 millones y el 2020 significó el mejor desempeño con resultados que ascienden a los USD 250 millones en promedio, mientras que 2017 y 2019 muestran fuertes caídas.
En términos de ingresos con relación a las cápitas la evolución es similar, y va de USD 1.000 a USD 1.500 aproximadamente por persona. En términos de resultado operativo per cápita, la evolución muestra también caídas en 2017 y 2019, y una fuerte recuperación en 2020.
Un aspecto clave tiene que ver con analizar qué pasa con los ingresos de quiénes pagan las cuotas,es decir, las y los asalariados. Si se compara la evolución de las prepagas contra los salarios se observa que la pérdida de poder adquisitivo medido en cuotas de las prepagas se redujo 17% desde 2016, y más de 10% en este último año. El costo de las prepagas se ubicaría a fin de año 25 puntos por encima de los salarios.
Finalmente, los datos desde 2016 a la fecha dan cuenta de que las empresas prepagas vienen obteniendo resultados significativos, ya sea entre 2016-2019 y 2021-2022 donde ganaron por las subas de cuotas como en el 2020, año de la pandemia, gracias a los beneficios obtenidos desde el Estado.