Los elevados precios internacionales de los alimentos, una demanda creciente de exportaciones y un escenario de alta especulación en el plano local explican el actual nivel de precios de la carne bovina, según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
"Esta conjunción de factores habilita un escenario de especulación cuyo objetivo se orienta a mantener niveles máximos de rentabilidad", señaló el Observatorio de Precios del CEPA.
Según la entidad, la evolución del aumento de precios de la carne a nivel local no lo explica "ni la evolución de la inflación, ni la falta de oferta, ni la limitación a las exportaciones".
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Si bien "el aumento del maíz y la inversión en ternero como reserva de valor tienen efecto sobre precio, ambas razones no dan cuenta de la sensible alza de precios de los últimos tiempos", sostiene el informe.
El precio del maíz y el uso del ternero como reserva de valor se combinan con un escenario internacional que exhibe elevados niveles de precios de alimentos junto con la demanda creciente de exportaciones y el efecto contagio sobre las categorías no exportables, aseguraron.
A ello se agregan "cuestiones estructurales históricas como la poca transparencia del mercado de Liniers, la informalidad y la estructura concentrada", agregó el CEPA en su Monitor de precios de carnes bovina: análisis de su evolución en junio de 2022.
"Esta conjunción de factores habilita un escenario de especulación cuyo objetivo se orienta a mantener niveles máximos de rentabilidad", añadió el trabajo del Observatorio de Precios del CEPA.
En junio el precio de la carne bovina mostró un moderado aumento promedio de los cortes de carne vacuna de 1,4%, el valor más bajo de 2022; en términos interanuales, el incremento asciende a 58,8%, y se situó por debajo del aumento general de precios de la economía (63,7% i.a).
Respecto de lo ocurrido en junio, precisó, la moderación en el incremento de precios no puede explicarse por la caída del consumo, ya que -hasta mayo- dicha caída en el mercado interno no había logrado conmover los precios.
En ese sentido, consideró, es más factible que haya sido el contexto internacional quien ha jugado un papel relevante de tensión al alza de los precios domésticos hasta mayo y de moderación en junio.
De hecho, resaltó, lo que se observó en el Mercado de Liniers en la primera semana de julio es que no aumentaron los precios a pesar del escenario de aumento que se produjo en otros sectores de la actividad económica por supuesta cobertura.
Respecto de julio, advirtió, es conveniente seguir de cerca el comportamiento de precios al consumidor que, a contramano de la evolución de precios de Liniers, en la primera semana de julio mostró aumentos arbitrarios.
El rubro carne representa buena parte de los consumos de las y los argentinos, dado que su consumo representa, en la conformación del índice de precios al consumidor (IPC) entre 7% (GBA) y 13,3% (noreste) del total, recordó.
Con información de Télam