La desregulación de precios en alimentos y medicamentos, junto a numerosas actividades que quedaron a merced de las decisiones del “mercado”, un eufemismo para designar un pequeño grupo de empresarios que monopolizan el negocio, tuvo como resultado un rebrote inflacionario que no se veía desde la salida de la convertibilidad. En el caso de los medicamentos, las remarcaciones casi duplicaron el nivel general de precios. Los remedios de mayor uso de pacientes adultos mayores registraron alzas que superaron el 500 por ciento frente a una inflación del 276 por ciento. Medicamentos como el Optamox DUO, la Aspirina Prevent y el Clonagin llegan a alzas de 535 por ciento, siendo bienes de primera necesidad para gran parte de la población y especialmente para las personas mayores.
En los últimos meses los jubilados y pensionados soportaron el 43 por ciento del ajuste, como efecto de la licuación de sus haberes previsionales. De acuerdo al estudio, al descontar el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que fue del 13,8 por ciento, el gasto habría bajado un 36,4% en términos reales respecto al mismo mes del año pasado. Esta variación resultaría mayor a las registradas en los dos últimos meses (23,2 por ciento en diciembre y 30,1 por ciento en enero). Por su parte, la Canasta Básica para Adultos Mayores escaló en los últimos 12 meses un 239 por ciento, alcanzando un valor de 685.041 pesos para una pareja, de acuerdo a los cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad.
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A esa pérdida de poder adquisitivo frente a una canasta de bienes típica para adultos mayores se destaca la escalada de los medicamentos que, sin control ni regulación oficial, llegaron a duplicar sus valores en apenas tres meses de vigencia del decreto que eliminó toda supervisión sobre el sector. En la cadena de valor en el mercado de los medicamentos se estructura en torno a la figura de los laboratorios, quienes resultan determinantes en la definición de precios, los márgenes de comercialización, los mecanismos de financiamiento y las retribuciones a droguerías y farmacias. “En particular, los laboratorios son los principales responsables de la formación del precio de los medicamentos, los cuales se dan a conocer a través del manual farmacéutico”, señala un relevamiento realizado por Centro de Estudios Públicos para Personas Mayores (CEPPEMA), el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (algec).
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Con y sin regulación
A lo largo del período 2020-2023, los precios de venta al público de los medicamentos han presentado distintos momentos, en un contexto condicionado por la complejidad de la situación sanitaria. Durante 2020, año en que la gestión debió enfrentar la emergencia de la pandemia y las restricciones sanitarias, la evolución de precios de medicamentos mostró un incremento moderado. Sin embargo, previo al inicio de este complejo año, en el mes de diciembre 2019, se observó una retracción del precio que promedió los 6,1 por ciento. Durante ese año se alternaron períodos sin variaciones de precios (como ha ocurrido durante los meses de enero, febrero, abril y mayo) con incrementos en los meses restantes.
En esta primera etapa (diciembre 2019 -incluido- a diciembre 2020), la suba alcanzó 34,6 por ciento, es decir 2,3 por ciento mensual (13 meses). En 2021 se registró un aumento anual de 42,9 por ciento, lo que representó un 3 por ciento mensual acumulativo. Por su parte, en el 2022 la variación anual de precios llegó al 82,8 por ciento, con un incremento mensual acumulativo de 5,1 por ciento. “A pesar de la evidente alza de precios, resulta importante destacar que, durante estos años, los incrementos en los precios de venta al público de los medicamentos más consumidos por las personas mayores se mantuvieron por debajo de la inflación”, destaca el informe.
De esta manera, en 2020 la inflación fue de 36,1 por ciento mientras que los medicamentos incrementaron su precio en un 34,6 por ciento. En 2021, los precios de la economía en su conjunto se movieron con una inflación del 50,9 por ciento, mientras que la variación del precio de venta al público de los medicamentos fue de 42,9 por ciento. Finalmente, en 2022 el aumento de precios general fue de un 94,8 por ciento, mientras que en el caso específico de los medicamentos fue de 82,8 por ciento. Pero al observar el 2023 de manera global (enero-diciembre), se registra una inflación anual del 211,4 por ciento, mientras que los precios de los medicamentos más consumidos por las personas mayores han sufrido en promedio un alza del 276 por ciento.
En particular, al observar el comportamiento de los precios en noviembre y diciembre últimos, período que coincide con el desenlace electoral a favor de Javier Milei, se identifica un cambio radical respecto a esta tendencia. “El triunfo de La Libertad Avanza en el ballotage y el inicio de la nueva gestión se plasmó de forma inmediata en un fenomenal aumento de los precios de la economía argentina en general y de los medicamentos en particular”, destaca el relevamiento conjunto de las tres entidades. De tal manera, en los últimos dos meses del año 2023 la inflación escaló a un 41,6 por ciento, y los precios de venta al público de los medicamentos más consumidos por las personas mayores, ascendieron un 77,2 por ciento. Es decir, en los dos últimos meses los medicamentes superaron ampliamente el incremento general de los precios, es decir, la inflación.
El documento brinda algunos ejemplos: el Optamox Duo (antibiótico de amplio espectro) alcanzó un alza 184 por ciento de aumento solo en diciembre; el Trastocir (fármaco prescripto en trastornos vasculares) un 161 por ciento y T4 de Montpellier (utilizada en dolencias tiroideas) y Clonagin (prescripto como ansiolítico) registraron un 155 por ciento. “Este desmesurado incremento se inscribe dentro de un contexto generalizado de desregulación y aumento de precios durante el mes de diciembre, lo que repercute de manera directa en la caída del poder adquisitivo de los ingresos que perciben las personas mayores, mayoritariamente mediante las jubilaciones y pensiones. Teniendo en cuenta que las personas mayores consumen en promedio cinco medicamentos mensuales, es notoria la proporción cada vez mayor que el gasto en medicación representa para sus ingresos”, destaca el informe de las entidades.