El transcurso de la tercera semana del mes marcó un nuevo aumento de los precios de los alimentos y el espiral inflacionario no se detiene. En los últimos siete días, los precios que componen la canasta básica de alimentos mostraron subas del 2,1% promedio. En las primeras tres semanas de julio, los alimentos acumulan un aumento del 6,2%, registro que mensualizado da un 8,6%.
De acuerdo a un informe de la consultora LCG al que pudo acceder El Destape, en esta oportunidad la mitad de las categorías tuvieron incrementos por encima del 2% semanal. Así le fue a cada rubro alimenticio:
Verduras: 6,5%
Azúcar, miel, dulces y cacao: 3,2%
Productos de panificación, cereales y pastas: 2,9%
Condimentos y otros productos alimenticios: 2,2%
Bebidas e infusiones para consumir en el hogar: 2,2%
Carnes: 1,6%
Productos lácteos y huevos: 1,4%
Comidas listas para llevar: 0,7%
Aceites: 0,5%
Frutas: -0,4%
Una inflación que puede romper récords
El índice de alimentos y bebidas acumuló una inflación intermensual de 5,8%, según LCG. De sostenerse la dinámica de aumentos, julio cerraría con un índice récord de 8,6.
De acuerdo a la serie que mide el Indec (desde diciembre de 2016 en adelante), en septiembre de 2018, el segmento de alimentos y bebidas registró un incremento del 7,3%, mientras que en febrero de este año fue de 7,5%, la cifra más alta hasta el momento.
Las reestructuraciones del equipo económico tras la ida de Roberto Feletti de la Secretaría de Comercio y de Martín Guzmán del Ministerio de Economía profundizaron un espiral de suba de precios que ya se tornaba peligrosa. Primero, arribó Guillermo Hang para ocupar la silla de la Secretaría, pero su estadía duró poco más de 40 días. Ahora llegó Martín Pollera a tomar las riendas de una dependencia clave para controlar los precios.
En medio de los constantes cambios de puestos y conducción, los controles directos que ejercía Comercio sobre los supermercados para tener referencia de precios se frenaron. Las máquinas asociadas a los cajeros de las grandes cadenas para medir costos quedaron en stand-by a la espera de definiciones. Los resultados de la falta de supervisión están a la vista.
Una familia de cuatro personas necesitó en junio $ 104.217 para no ser pobre, según reveló el último informe del Indec. En comparación a los números de mayo, el mes pasado tanto la canasta básica alimentaria como la total subieron un 4,6%. En términos interanuales, la total acumula una suba del 56,7% mientras que la alimentaria, un 63,7%.
Con la escalada del costo de la canasta básica alimentaria, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores necesitó percibir $ 46.525,30 para no caer en la indigencia. Mientras que por el costo de la canasta básica total (CBT), que además de alimentos reúne indumentaria y transporte, el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $ 104.216,80 para no caer debajo de la línea de pobreza.