El pronóstico alarmante que anticipa más presión al precio del pan

La Bolsa de Cereales proyecta una reducción en el área a sembrar de trigo para la campaña 2022/2023.

21 de abril, 2022 | 11.08

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó este jueves una caída del 3% en la superficie a sembrar de trigo para la campaña 2022/2023 en relación con la anterior, con un descenso de 200.000 hectáreas. Esto repercutiría en los precios internacionales, con dos jugadores clave en guerra, como con Rusia y Ucrania, trasladándose a los valores de la harina. En el caso argentino, principal insumo para la producción del pan. 

Pese a la caída en la superficie proyectada, la Bolsa de Cereales destacó que se ubicaría "por encima del promedio de siembra de las últimas cinco campañas", que fue de 6,3 millones de hectáreas. "De concretarse la presente proyección, nos encontraríamos frente a la cuarta mayor superficie implantada en 23 campañas", resaltó la entidad, aunque advirtió que "este escenario permanece sujeto a la evolución de las condiciones climáticas durante la ventana de siembra".

En su informe de pre-campaña, la entidad fundamentó la "leve tendencia negativa" de su previsión en "los aumentos en los costos de insumos, la mejora relativa en los márgenes del cultivo de cebada, y especialmente las políticas domésticas que afectan al cultivo de trigo y la incertidumbre en relación con futuros cambios" en ellas. "De esta forma, el escenario previsto a pocas semanas de comenzar la nueva campaña permite proyectar la superficie a ocupar con trigo en 6.500.000 hectáreas, reflejando una reducción interanual del área a sembrar de 200.000 hectáreas", si se las compara con los 6,7 millones de hectáreas sembradas en la campaña 2021/2022.

Desde marzo, la entidad presidida por José Martins e integrante del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), recopiló los factores favorables y desfavorables en un relevamiento y análisis de las expectativas de siembra para el nuevo ciclo de cultivos de invierno, de cara al lanzamiento de la "Campaña Fina" prevista para el 12 de mayo en el Congreso "A todo trigo".

Entre los factores que explicarían la caída del área a sembrar, la Bolsa señaló "un escenario climático global en transición de 'La Niña Débil' hacia un 'Neutral Frío' y los "elevados costos de insumos claves para el paquete tecnológico aplicado al cultivo". También destacó "dificultades para el abastecimiento de fertilizantes y combustibles" y "políticas de derechos de exportación y restricciones comerciales que impactan sobre los precios recibidos y el normal funcionamiento de los mercados", así como "expectativas de nuevos cambios en estas políticas y mayores restricciones".

Por otra parte, la entidad identificó como otro factor a "una mayor intención de siembra de cebada, principal competidor del trigo sobre el extremo sur de la región agrícola", debido a mayores precios y ventajas que posee para los planteos de soja de segunda, además de "menores expectativas de intervención sobre el cultivo a través de políticas públicas". No obstante, la Bolsa reconoció que "existen otros factores que atemperan la caída y permiten proyectar una superficie aún por encima al promedio de siembra de las últimas cinco campañas".

Entre esos factores enumeró "un favorable escenario de precios para el trigo y expectativas positivas ante la situación del mercado internacional" y un buen desempeño del cereal "ante escenarios climáticos adversos, con buenos rendimientos recolectados durante el ciclo previo, a pesar del impacto climático de 'La Niña' durante el ciclo 2021/22". Asimismo, remarcó "el rol del cultivo en la rotación y los servicios que brinda al sistema productivo" y "la posibilidad de ajustar la inversión en tecnología, gracias a la diversificación en la aplicación de fertilizantes a la siembra o en macollaje, permitiendo de esta forma ajustar dosis en función de la evolución del clima y el potencial del cultivo".

La Bolsa también destacó "el favorable escenario hídrico que actualmente presentan los suelos sobre buena parte de la región agrícola nacional, que en gran medida responde a las lluvias acumuladas durante las últimas semanas". "No obstante, si bien estas recargas de humedad mejoran la oferta hídrica a pocas semanas de comenzar el nuevo ciclo, aún no garantizan una buena implantación del cultivo", para lo que serán necesarias "lluvias que mantengan la humedad en los estratos superficiales del suelo durante la ventana de siembra, entre los meses de mayo y julio", finalizó.