A diferencia de los abusos de precios que se vive en el país, que suelen vincular con el comportamiento internacional, los alimentos volvieron a descender en el relevamiento global. De acuerdo con el índice de precios de los alimentos que releva la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) registró un descenso de 0,6 por ciento mensual.
Con esta baja se mantiene la tendencia a la baja por once meses mes consecutivos. Con el último descenso, el índice ha disminuido un 18,7 por ciento) respecto del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022.
“El ligero descenso del Índice de precios de los alimentos de la FAO en febrero reflejó caídas significativas de los índices de precios de los aceites vegetales y los productos lácteos, junto con índices ligeramente más bajos de los precios de los cereales y la carne, que compensaron con creces un pronunciado aumento del índice de precios del azúcar”, detalló la FAO.
En el caso de los cereales, los precios registraron en febrero una baja promedio de 0,1 por ciento desde enero, pero aumentó 1,4 por ciento interanual. Tras caer durante tres meses consecutivos, los precios internacionales del trigo aumentaron ligeramente (un 0,3 por ciento) en febrero.
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"La tendencia algo más firme reflejó principalmente las preocupaciones actuales sobre las condiciones de sequía en zonas importantes de producción de trigo duro rojo de invierno en los Estados Unidos de América y una robusta demanda de suministros de Australia; al mismo tiempo, la fuerte competencia entre exportadores ayudó a limitar los incrementos de precios”, explica el organismo dependiente de Naciones Unidas
Los precios mundiales del maíz cambiaron poco, registrando una suba de un mes a otro de solo el 0,1 por ciento. “Esto se debió al empeoramiento de las condiciones en la Argentina y los retrasos en la plantación de la segunda cosecha de maíz junto con un ritmo intenso de exportación en el Brasil, mientras que la baja demanda de suministros por parte de los Estados Unidos de América deprimió los precios de las exportaciones de maíz”, explica el informe.
Por el contrario, los precios mundiales del sorgo, entre otros cereales secundarios, registraron una tendencia ligeramente a la baja (un 0,2 por ciento) y los precios de la cebada descendieron levemente (un 0,9 por ciento) en febrero, lo cual se atribuye principalmente a una mayor disponibilidad estacional en el hemisferio sur.
En caso de los aceites vegetales, la FAO reveló un descenso de 3,2 por ciento con respecto a enero y constituye su valor más bajo desde principios de 2021. “La debilidad continuada del índice se debió a la disminución de los precios mundiales de los aceites de palma, soja, semillas de girasol y colza. Los precios internacionales del aceite de palma cayeron por tercer mes consecutivo en febrero, depreciados principalmente por persistente atonía de la demanda mundial de importaciones, a pesar de la menor producción estacional de las principales regiones productoras en Asia sudoriental”, explica la FAO.
Los precios mundiales del aceite de soja también siguieron descendiendo, impulsados por una disminución de las compras de países importadores clave y las perspectivas de aumento de la producción en América del Sur. Al igual que en el caso de los aceites de girasol y colza, las cotizaciones mundiales permanecieron a la baja debido a las abundantes disponibilidades exportables a nivel mundial.
En lácteos se registró en febrero un baja promedio 2,7 por ciento menos que en enero y 7,2 por ciento por debajo de su nivel en el mismo mes del año pasado. En febrero, el descenso del índice se debió a la caída de los precios en todos los productos lácteos, cuyos descensos más acusados los registraron la mantequilla y la leche desnatada en polvo. La debilidad continuada de la demanda mundial de importaciones, especialmente de entregas a corto plazo.
En el rubro carnes, el promedio de precios arrojó una leve baja 0,1 por ciento frente a enero y de 1,7 por ciento interanual. “Los precios internacionales de la carne de aves de corral cayeron por octavo mes consecutivo, reflejando así los abundantes suministros mundiales en comparación con una demanda de importaciones más baja, a pesar de los brotes de gripe aviar registrados en varios de los principales países productores, señala la FAO
En cambio, los precios internacionales de la carne de cerdo aumentaron, impulsados por las preocupaciones de los mercados en relación con la escasa disponibilidad de cerdos listos para el sacrificio en un contexto de aumento de la demanda interna en Europa.
Por su parte, los precios de la carne e bobina se estabilizaron, tras sufrir descensos continuados desde junio de 2022, pues el aumento de las importaciones, especialmente procedentes de Asia septentrional, equilibró relativamente bien la demanda mundial y los suministros disponibles. Los precios internacionales de la carne de ovino también se mantuvieron en su mayoría sin cambios, pues la demanda mundial fue suficiente para absorber los elevados suministros procedentes de Australia.