La Dirección Nacional de Estadísticas y Censos del Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño determinó que, entre 2012 y 2020, la variación de precios medios del conjunto de bienes y servicios que componen la canasta del Índice de Precios al Consumidor de CABA (IPCBA) aumentó un 1027,5%.
Los cinco alimentos que aumentaron por encima del promedio
Al desglosar la variación acumulada de los precios medios que se posicionaron por encima del Nivel General, el informe destaca el incremento de los alimentos. El podio es encabezado por las lentejas secas. En diciembre 2012, una bolsa por 500 gramos costaba en promedio $6,26, en tanto en diciembre 2020 su precio era de $133,28. En porcentaje resultó un incremento del 2.029,1%.
Consultado por los motivos de los desmedidos aumentos, Pedro Peretti, ex director titular de la Federación Agraria Argentina (FAA) explicó: “La concentración de los monopolios es bestial, que aumente la lenteja al 2000% es inexplicable. Es un componente nacional, pero se exporta mucho a Brasil y está dolarizado. Además, la irracionalidad logística en Argentina es total” y aseguró que un litro de leche o de carne no puede recorrer mil kilómetros. “El 50% del costo de la logística es en dólares, el 33% del PBI es logística, cada vez que aumenta el dólar o el combustible aumentan los alimentos”, reforzó.
Es así que Peretti aseguró que "tenemos que volver al consumo de cercanía" y que hay "urbanizar el debate rural” porque “no puede ser que los argentinos no sepan cómo se constituyen los precios de los alimentos”. “Los latifundios, los terratenientes y monopolios son parte de la economía real", determinó. Para el chacarero, los aumentos indiscriminados se solucionan con “disciplinar comercialmente a las empresas y constituir el andamiaje jurídico que sacó el menemismo” como la Junta Nacional de Carnes, la Junta Nacional de Granos, por ejemplo.
Debajo de las lentejas se ubica el aceite de girasol, que hace nueve años costaba aproximadamente $8,53 y a diciembre del año pasado el valor era de $179,63, o sea un incremento del 2.005,9%.
El tercer aumento más alto se encuentra en el rubro Pan y Cereales, una de las categorías destacadas por sus precios elevados en 2020. Según el IPCBA, el kilo de la harina aumentó en el mismo período 1502%. En 2012, el monto promedio de la harina de trigo común era de $2,96, en tanto en 2020 alcanzó los $47,42. Como el trigo también se exporta, su precio local está definido por el precio de exportación, que es en dólares.
MÁS INFO
Al respecto, el titular de la organización Consumidores Libres, Héctor Polino, reclamó: "No puede ser que se dolaricen los precios de consumo cotidiano, hay que desacoplar los precios del mercado interno del mercado internacional. En todo caso, la influencia del tipo de cambio debería incidir sólo en aquellos productos que son importados o de fabricación nacional que tienen algún componente importado”.
Sobre el desacople de los vaivenes internacionales respecto de la góndola, el punto más álgido del debate se dió en el último encuentro del Gobierno con la Mesa de Enlace, donde se decidió no establecer cupos ni aumentar las retenciones. Tras la decisión, Peretti expresó: “Se han convertido a las retenciones y los cupos en fetiches de política económica, cuando son solo un instrumento, no constituyen objetivos finales. Podés usar uno, los dos o ninguno, depende de la meta final. La peor tragedia económica (en democracia) se dio en la década del 90 y no hubo retenciones. Ahí desaparecieron 120 mil explotaciones agropecuarias.”
Además, el ex titular de la FAA asegura que si el Frente de Todos gana las elecciones de medio término “el Gobierno va a poder sentarse a negociar con legitimidad aún más alta", ya que en las alzas de precios “hay mucho de golpe político” y en las Legislativas "no sé evaluará a la gestión", sino que se definirá "el rumbo del país". En términos políticos, concluyó: “el triunfo cultural de la derecha es generar un sentido común de la producción de alimentos que no tiene que ver con el bienestar de todos, sino con el balance de sus empresas”
Ya el cuarto lugar lo ocupa la mandarina, fruto que comparte categoría con las lentejas al incorporarse en las “Frutas, tubérculos y legumbres”, y que su valor pasó de $7,31 el kg en 2012 a $116,09 en promedio en diciembre 2020. Esta escala significó un incremento del 1488%.
Por último en este ranking de los cinco alimentos que más aumentaron en los últimos años se encuentra la manteca. El lácteo por 200 gramos costaba alrededor de $8,62, mientras que el último precio relevado por el IPCBA fue de $125,37, es decir, un alza del 1.354,4%.
Por su parte Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de PBA, cree que la alternativa a los excesivos incrementos son las “mal llamadas segundas marcas”, como las pymes argentinas. “Producen mercadería de excelente calidad y al 50% del valor. Por ejemplo, una Coca de 2,25L cuesta $140 mientras que en otras marcas conseguís tres gaseosas de dos litros a $120.”, ejemplificó.
Finalizado el ranking, automáticamente por debajo se encuentra el atún, con un incremento del 1350,7%, la naranja con un aumento porcentual del 1.335,3% y la yerba mate con una suba del 1.315,7%.
¿Qué pasó durante el último tiempo con los alimentos?
El período 2019-2020 fue el último anual que se transitó donde la dinámica de precios se vio por encima del poder de compra de los trabajadores. Dentro de la canasta del IPCBA, aproximadamente el 62% de los precios medios aumentó en términos interanuales por encima de la variación del Nivel General.
Por ejemplo, la carne picada aumentó un 78,6% al pasar de $167,16 a $298,52. “Necesitamos que miles de carnicerías compitan y no que los monopolios los tengan desde la vaca hasta la góndola. Hay que prohibir la venta de carne para los supermercados para generar un capitalismo más sano”, determinó Peretti. Además, el limón tuvo un aumento interanual del 152,8% ya que el kg varió de $59,65 a $150,79 y el precio de la docena de huevos se elevó un 56,6% al pasar de $88,47 a $138,51. .
Para 2021, el informe del instituto porteño advierte que, si bien las tarifas de los servicios públicos (Electricidad y gas de red) están congeladas desde mediados del 2019 y los Combustibles desde fines del 2019 hasta agosto del 2020, los Alimentos y las bebidas no alcohólicas continuaron incrementándose. “Esto muestra la brecha actual entre las trayectorias de dichas agrupaciones y alerta sobre los posibles efectos directos y de segunda ronda que se puedan generar ante los próximos aumentos en los combustibles y los postergados ajustes tarifarios”, alarmó.
Las soluciones que propone el Gobierno para bajar precios hoy y mañana
Frente al corto plazo, el Gabinete Económico ya realizó dos convocatorias con empresarios del sector alimenticio con el fin de hallar qué problemas aquejan a la cadena de valor de los alimentos. En los encuentros se detectaron aumentos injustificados en la cadena de valor, particularmente en fertilizantes y agroquímicos de entre el 40% y 60% en dólares. Aún quedan reuniones por concretar. “Los que se han encaprichado mucho son los monopolios, dueños de los alimentos de los argentinos. Fueron los que más castigaron los precios. Actualmente no conseguimos aceite de girasol y arroz y las yerbas subieron una barbaridad. Estas picardías son las que nos afectan”, alertó Savore.
Respecto del largo plazo, el viernes se abordó el segundo encuentro del Consejo Económico y Social, creado para abordar problemáticas estructurales. Allí, entre otros temas, se propuso incentivar la economía popular, regionalizar el desarrollo y descentralizar la producción de alimentos.
“Me parece correcta la creación del Consejo, pero le está faltando una pata, que es la representación de los consumidores. Hasta ahora, no se ha invitado a ninguna de las organizaciones de nuestro país para hablar del derecho a pagar precios justos”, reclamó Polino. El titular de Consumidores Libres puntualizó algunos consejos para que los consumidores reconozcan precios abusivos: “Hay que referenciar el precio del producto respecto del listado de Precios Cuidados o Precios Máximos, pero también tomar nota del precio de un producto en la góndola para que, al llegar a la caja, nos cobren el mismo valor. Además, hay que tener en cuenta la fecha de vencimiento de los productos porque muchas veces rebaja el precio de un producto pero muchas otras ya está vencido. También se suelen presentar “nuevos” productos con envase similar al anterior pero con menor cantidad de contenido o alguna diferencia sutil que conlleve un aumento encubierto”
Por último, sobre el argumento impositivo, utilizado por gran parte del sector empresarial en para explicar mayormente el traslado de aumentos a la góndola, Polino opinó: “Si bien hay que analizarlo, el sistema impositivo hace muchos años no se modifica, mientras los precios aumentan todos los días, no vale para justificar los incrementos cotidianos” y enfatizó en que el IVA” es uno de los tributos más injustos” porque pagan la misma alícuota “tanto los ricos como los humildes.” “En los alimentos debería ser 0% o reducido, como en muchos países del mundo”, aseguró. En ese sentido, Peretti contrapuso la idea: “Sacar el IVA no suele ir al bolsillo de los consumidores, porque es tan alta la concentración de las empresas monopólicas que esa medida mejora sus balances. La carne tiene 10,5% de IVA y fijate como aumenta.”