El gobierno alemán invertirá 55.500 millones de dólares en un paquete de medidas para aliviar el impacto de los precios de la energía, entre las cuales se incluirá un tope en las facturas para los hogares y empresas y un impuesto a las ganancias inesperadas para las firmas energéticas, de acuerdo con un proyecto de ley que enviará el Ejecutivo al Parlamento en Berlín.
Los subsidios comenzarán a aplicarse desde marzo próximo, aunque también comprenderán de forma retroactiva a enero y febrero para cubrir el impacto del invierno europeo, según un proyecto de ley al que tuvieron acceso las agencias Bloomberg y DPA. El paquete fiscal -que estará vigente hasta abril de 2024- deberá ser aprobado por la cámara alta del parlamento alemán el próximo 16 de diciembre, el cual ya dio luz verde con anterioridad a un bono de compensación para los hogares para el próximo mes de diciembre.
En el caso de los hogares, los precios del gas tendrán un máximo de 12 centavos de euro por kilovatio horario hasta el 80 por ciento del consumo. De esta forma Berlín pretende contrarrestar los altos costos de la energía que impactan a toda la región, frente a la reducción de suministros provenientes desde Rusia, país del cual toda Europa –y en especial, Alemania- era fuertemente dependiente antes de desencadenarse la guerra.
Para paliar la situación y evitar el desabastecimiento, Alemania recurrió a múltiples contratos para recibir gas a través de buques de Gas Natural Licuado (GNL) desde países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos. Según el proyecto, la mayor parte de los fondos provendrá de un fondo de 200.000 millones de euros creado para combatir la inflación, para el cual el Gobierno se encuentra contrayendo nuevas deudas.
Pero también Alemania, al igual que otros países europeos como Italia o Gran Bretaña, creará para financiarse un impuesto a las ganancias extraordinarias de las empresas energéticas, con carácter retroactivo desde el 1 de septiembre de este año y que regirá hasta, por lo menos, fines de junio de 2023. Berlín estima recaudar del mismo un doble digito de miles de millones de euros y aplicará para todo el sector, incluidas las energías renovables y exceptuando al gas y al carbón.
Las firmas cuestionaron al tributo y advirtieron que el mismo podría afectar sus inversiones. Las medidas, además de los hogares, también abarcará a la industria que recibirá subsidios de hasta el 70 por ciento de su consumo, aunque con ciertos condicionamientos que incluyen, por ejemplo, la prohibición de pagar dividendos mientras perdure la asistencia.
Dicha prohibición, presente en los primeros borradores del proyecto, podría ser reducida y abarcar únicamente a las firmas que recibieron inyecciones de capital por parte del Estado. Asimismo, se les pedirá a las empresas más grandes de garantizar que mantendrán su localización en el país, y mantener el 90 por ciento de los puestos de trabajo existentes al 1 de enero de 2023 en abril de 2025.