El vocero presidencial Manuel Adorni, en uno de los tantos 'sincericidios' en que incurren los funcionarios del Gobierno, aseguró la semana pasada que la inequidad no es un problema que esta administración busque subsanar y que nada tiene que ver con la pobreza y la indigencia. Sin embargo, la profundización de la desigualdad impacta de lleno en los niveles de acceso de los hogares a los bienes de primera necesidad. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló que la Argentina se ubica desde fines de 2022 como el tercer exportador de alimentos, mientras uno de cada cuatro jóvenes proviene de un hogar indigente (que no cubre sus necesidades alimentarias básicas).
Una cuarta parte de la juventud en Argentina se cayó del sistema y vive en la indigencia, es decir, no cuenta con los ingresos necesarios para comer todos los días. Este registro, que tocó un nivel como nunca antes, se da en un marco donde la tasa de pobreza y de indigencia general de la sociedad superan el 50 y 18 por ciento respectivamente, y se duplica la cantidad trabajadores que pese a estar registrados no cubren una canasta básica. Además, 6 de cada 10 jóvenes se encuentra directamente desempleado. Así lo detalla una nota de la periodista Eugenia Rodríguez.
“La tasa de pobreza y la de indigencia presentan una tendencia al alza, con una mayor incidencia en los jóvenes que en la población total. Este segmento etario sufre la pobreza y la indigencia más que el promedio de la sociedad”, alertó un informe elaborado por el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (Centro RA) de la Universidad de Buenos Aires. Según advirtieron, actualmente la pobreza en la juventud aumentó a 62 por ciento y la indigencia alcanza casi al 25 por ciento. A su vez, dentro de este grupo etario “la mayor vulnerabilidad corresponde a las mujeres jóvenes”.
Este fin de semana se publicó un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario sobre datos de la FAO que advierte que 2022 Argentina se consolidó como el tercer exportador neto de alimentos a nivel mundial, posicionándose detrás de Brasil y Estados Unidos, en términos de toneladas vendidas. La FAO recopila, procesa y publica información sobre el comercio de alimentos y productos agrícolas siguiendo la metodología de las Estadísticas de Comercio Internacional de Mercancías (IMTS). El conjunto de datos de la FAO abarca todos los productos alimentarios y agrícolas importados y exportados anualmente en el mundo.
Al evaluar la evolución de los principales exportadores netos de alimentos en los últimos 20 años, se observa que Argentina ha mantenido una posición destacada, pero sin experimentar el mismo nivel de crecimiento que otros países. "A pesar de sus importantes volúmenes de exportación, su ritmo de expansión en el mercado global de alimentos ha sido más moderado en comparación a otros países", señaló el documento.
De acuerdo con el informe, el crecimiento argentino se apoyó principalmente en productos como maíz, harina de soja y el trigo, esenciales en la canasta exportadora Argentina. Brasil, por su parte, ha mostrado un crecimiento notable en estas últimas dos décadas, triplicando su volumen de exportaciones y desplazando a Estados Unidos. En términos de valor, en el 2022 Argentina se posicionó en segundo lugar en el ranking de exportadores netos de alimentos. Con un total de 45.787 millones de dólares de exportaciones netas, el país quedó sólo por detrás del vecino Brasil, que alcanzó 123.130 millones.
"Sin embargo, la evolución de las exportaciones netas de alimentos de Argentina en términos de valor también muestra un relativo estancamiento en comparación a otros países. A comienzos del nuevo milenio, éstas totalizaban cerca de 10.600 millones de dólares, por lo que el registro alcanzado en 2022 marca que las exportaciones netas de alimentos argentinos se multiplicaron por algo más de 4 en 20 años", explica el informe de la Bolsa rosarina.
Comparativamente, Brasil exportaba en términos netos cerca de 13.000 millones de dólares en el 2000, por lo que en 20 años nuestro país vecino multiplicó el valor de sus exportaciones netas de alimentos por casi 10. India, por tomar otro ejemplo, exportaba en términos netos alimentos por cerca de 2.700 millones de dólares en 2002, mientras que en 2022 llegó a alcanzar 19.300 millones, septuplicando su valor en 20 años.