El Gobierno reconoció que el salto cambiario de 118 por ciento que aplicó el ministro de Economía, Luis Caputo, el 12 de diciembre (al segundo día de asunción de Javier Milei) generó casi 2,5 millones de pobres en la Argentina. En una carta enviada a la titular del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, el ministro y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, advirtieron que la pobreza ya alcanza al 50 por ciento de la población y al 60 por ciento de los jóvenes, lo que implica -según las cifras actualizadas del Observatorio de la Deuda Social de la UCA- un incremento de 5,3 puntos porcentuales respecto a la situación previa a la asunción de Milei.
Las cifras utilizadas en la misiva del Gobierno, que busca cierta empatía de los burócratas del organismo de crédito internacional en las negociación, sostiene que -utilizando los datos de la UCA- la pobreza pasó 44,7 por ciento (dato del tercer trimestre del 2023) a 50 por ciento, lo que implica un incremento de 5,3 puntos, equivalente a 2.491.000 personas que no quedaron debajo del umbral de pobreza.
"Hoy en día, más del 50 por ciento de todos los argentinos viven por debajo del umbral de pobreza, y esa cifra se acerca al 60 por ciento para los niños", destacó la carta de Caputo y Bausili a Georgieva fechada el 17 de enero último. Allí también se reconoció que "los salarios reales han disminuido y los niveles de informalidad y pobreza han aumentado".
"Nuestra administración ha asumido el desafío histórico de llevar a cabo acciones inmediatas y simultáneas reformas macroeconómicas y microeconómicas", prometieron en la carta los funcionarios. "Al asumir nuestro cargo, hemos comunicado de manera consistente y clara a la sociedad la grave situación que enfrenta el país". Luego de expresar sus críticas al gobierno anterior, aseguraron que sus "políticas fortalecerán el balance del banco central, abordarán el sobreendeudamiento comercial y aspiran a alcanzar una posición de fortaleza desde la cual podamos proceder a deshacer el flujo de capital medidas de gestión según lo permitan las condiciones".
De acuerdo con el relevamiento de la UCA, que está más actualizado que el del INDEC, la pobreza por ingresos en el segundo trimestre del año pasado fue del 44,7%. Se trata de un valor que iguala al pico de la pandemia, en 2020, y se ubica como el peor registro desde 2005. La tendencia es similar en el caso de la indigencia, que escaló este año del 8,1 al 9,6 por ciento de la población (el dato del INDEC es del 9,8 por ciento).
Las cifras podrían incluso ser peores a las estimaciones del 50 por ciento realizadas por la UCA si se eliminan los planes sociales, que forman parte del ingreso de los hogares de menores recursos y la inflación que se desató en los últimos meses, acelerada por la devaluación de Caputo. "En el proceso, inevitablemente estaremos descubriendo la inflación galopante oculta detrás de controles de precios de larga data. Por lo tanto, estamos haciendo todo lo posible esfuerzo para proteger a los más vulnerables de la sociedad argentina y asegurar que la carga de la el ajuste recae sobre aquellos que reciben privilegios excesivos", advirtieron mientras esta semana se conoce el ajuste sobre los planes sociales.
"La economía funcionará en conjunto una vez que el país complete una salida ordenada del régimen anterior y persigue una estrategia de libertad económica", afirman los funcionarios en una especie de slogan libertario. "Queda mucho por hacer y estamos comprometidos a continuar por este camino", agregaron en la misiva.