El Banco Central redujo nuevamente la tasa de interés de la política monetaria, anticipándose casi dos semanas al dato inflacionario. El Directorio del Banco Central dispuso este jueves reducir la tasa nominal anual de política monetaria --sobre el movimiento de pases pasivos-- llevándola de 60 al 50 por ciento. De esta manera, la tasa mensual se ubicaría en el 4,15 por ciento nominal, lo que representa la mitad de la inflación que se espera se anuncie en las próximas semanas sobre los datos de abril.
“Por otra parte, el saneamiento del BCRA hizo que de tener un déficit cuasifiscal de 10 puntos del PBI, hoy esté en cuatro y va camino a tres. Es decir, cuando venga la próxima tasa de inflación y volvamos a bajar la tasa, otro punto más le vamos a echar”, había anticipado la semana pasada durante la cena anual de la Fundación Libertad. De esta manera, el Gobierno vuelve a convalidar tasas de interés negativas, impulsando la dolarización de excedentes financieros.
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"La decisión del BCRA se toma en consideración del contexto financiero y de liquidez y se fundamenta en el rápido ajuste de expectativas de inflación, en el afianzamiento del ancla fiscal, y en el impacto monetario contractivo derivado de la estacionalidad en los pagos externos del Tesoro del trimestre en curso", justificó en un escueto comunicado la autoridad monetaria en el texto donde informó la baja de tasas.
El Banco Central dispuso este jueves una nueva baja de la tasa de interés de referencia, la tercera en un mes, lo cual se replicará en los rendimientos de los plazos fijos. Esta segunda baja consecutiva --la anterior fue la semana pasada-- acelerando la licuadora del ahorro bancario y estimulando la demanda de dólares.
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La tasa de interés es parte esencial del valor de la moneda, especialmente en su comparación con otras divisas. Cuando se hace referencia a algún atraso cambiario y el precio del dólar futuro se toma en cuenta la tasa implícita. Sin una baja significativa de la inflación, que todavía se ubica en dos dígitos, reducir anticipadamente y en dos oportunidades la tasa de interés que rige la economía sólo tiene la intención de un traspaso forzoso de fondos de aquellos que tienen algún resto al dólar y así poner a competir ambos signos monetarios (no en igualdad de condiciones).
Cuánto rendirán los plazos fijos
Para un ahorrista que deposite 100.000 pesos en un plazo fijo, con las actuales tasas de interés, obtendrán como máximo 4150 pesos mensuales, dado que la tasa tope se ubicará en 4,15 por ciento. A esto se suma que el Central dispuso la desregulación de tasas mínimas de interés, lo que implicó la eliminación de la tasa mínima de plazo fijo que establecía la entidad para minoristas, por lo cual los bancos pueden fijar su propio rendimiento de estos instrumentos.
De esta manera, una enorme mayoría que no accede a otro tipo de alternativas, sólo vivirá una licuación de los ahorros, debilitando aún más el poder de compra del peso. La opción que, en su momento, promocionó el Gobierno eran los créditos UVA (atados a la inflación). No obstante, esa opción quedó desdibujada por la extensión en los plazos en que se obliga a inmovilizar el dinero, pasando de los tres meses que regía hasta hace unas semanas, a seis meses; en una economía donde no se sabe que sucederá en los próximos seis días.
La respuesta oficial es que la reducción en la tasa de interés impacta en los programa de ventas en cuotas, beneficiando a los consumidores que realizan compras en tres y seis cuotas fijas, en momentos en que recrudece la recesión. Pero la licuación de ingresos de los últimos meses fue mucho más fuerte y la incertidumbre del rumbo económico todavía peor (si se va a mantener el trabajo, por ejemplo).
Con su último informe de ventas en supermercados, el INDEC reflejó un nuevo desplome en los niveles de comercialización. Sin embargo, al revisar el pleno de las estadísticas se observan dos datos que clarifican la brutal recesión que impuso el Gobierno: se disparó el uso de tarjeta de crédito para las compras y los comercios tienen la peor perspectiva de negocios de los últimos años.
Las familias ya están muy endeudadas, al igual que las empresas pequeñas (la contracara de licuar a los ahorristas y los pasivos remunerados del BCRA, es otorgarle una tasa de interés negativa frente a la inflación a las pymes que tomen créditos a futuro). Pero la eliminación de límites al cobro de intereses punitorios los castiga aún más. Y en el caso de las empresas, la solución es mayor consumo interno.
En febrero de 2024, las ventas efectuadas mediante tarjeta de débito sumaron 375.961.911 miles de pesos, lo que representó el 31,5 por ciento de las ventas totales y una variación positiva de 277 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, según el INDEC.
Si bien es cierto que las tasas se mantienen en zona negativa si se las compra con la inflación, el rendimiento se sostiene muy por encima de la suba del dólar, tanto oficial -que avanza a un ritmo del 2 por ciento mensual. como de los dólares paralelos. Es allí donde el Gobierno busca que la brecha se convierta en el atractivo para una dolarización de hecho.