La fuerte suba de la tasa de interés que aplicó el Banco Central durante el año, con el objetivo de estimular la demanda de pesos y desalentar la dolarización de la personas, tuvo el efecto de mejorar el rendimiento de la moneda local, aunque no logró eliminar por completo la demanda de divisas. Con una inflación en el primer semestre del 50,7 por ciento, la única alternativa que le ganó a los precios -sin contar opciones menos conservadoras como la compra de acciones- fueron los plazos fijos, con una tasa efectiva medida a principio de año acumulada superior, cerca a los rendimientos de los paralelos.
Para una correcta estimación, debería tomarse la tasa de interés efectiva, que implica reinvertir capital e intereses todos los meses a la tasa que se encuentra en ese momento. Por ejemplo, colocar dinero a principio de año ofrecía una tasa anual del 75 por ciento nominal, equivalente a 6,25 mensual. Esta tasa se repitió para renovar en febrero y marzo. Ya en abril se elevó a 78 por ciento anual (6,5 mensual), en mayo se elevó al 91 por ciento (7,6 por ciento mensual) y desde el 1 de junio se ubica en 97 por ciento anual (8,08 por ciento).
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"En lo que respecta a la tasa de interés mínima garantizada para los plazos.se estableció en un piso de 97 por ciento para las imposiciones a 30 días y por hasta 30.000 millones de pesos, lo que equivale a 154 por ciento efectiva", comunicó el organismo.
Si se toma solo la tasa de interés efectiva del último ajuste, supera ampliamente cualquier devaluación. Pero si se hace el recorrido desde enero, la suba apenas logró empardar la inflación, ya que arrojó un 48,5 por ciento efectivo en el semestre.
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En un contexto de mayor inflación, el Central aceleró el ritmo de suba de la tasa de interés de política monetaria para sostener los retornos reales sobre las inversiones en moneda local en terreno positivo y así minimizar el impacto de la volatilidad financiera sobre la dinámica del mercado de cambios y en las expectativas de inflación. De esta manera, desde mediados de abril el Directorio del BCRA elevó por un total de 19 puntos porcentuales la tasa de interés al 97 por ciento nominal anual (154,9 por ciento efectiva).
Sin embargo, si se lo compara con la suba de los dólares alternativos, los superó ampliamente en el primer semestre. El denominado dólar blue se encareció 39,2 por ciento de los 354 que valía en enero la versión ilegal a los 493 con que cerró junio, más allá de las últimas subas que tuvo estas semanas. Lo mismo sucedió con el contado con liquidación, que se pactó en enero a 346 pesos y a fines de junio, con un alza de 43 por ciento, a 495 pesos.
Se trata de las opciones más conservadoras, con menores niveles de rentabilidad. Pero el plazo fijo es un instrumento seguro, que da una renta fija y regulada y con un plazo de inversión relativamente corto, aunque 30 días. Cabe resaltar que el acuerdo con el Fondo Monetario exige que la rendimiento efectivo de los pesos sea superar a la inflación para evitar una pérdida de competitividad de la moneda.
En materia cambiaria, el Central continuó adaptando la tasa de crawl a un ritmo acorde con la inflación en el marco del régimen vigente de flotación administrada. Así, el tipo de cambio real multilateral registró una suba de 0,1 por ciento promedio mensual durante el segundo trimestre, en un periodo en el cual el flujo de divisas se vio particularmente afectado por el impacto de la sequía.
Con el objetivo de incrementar la oferta de divisas, se restableció el “Programa de Incremento Exportador” para la liquidación de divisas por las exportaciones de soja y se amplió a las Economías Regionales. Bajo este programa se liquidaron divisas hasta fines de junio por unos 5400 millones de dólares.
Por otro lado, cabe destacar que se renovó el swap por 130.000 millones de yuanes por el plazo de tres años y se inició el proceso de solicitud de ampliación de la activación por un monto de hasta 35.000 millones de yuanes. De manera complementaria, se implementaron diversas modificaciones normativas, orientadas a favorecer una eficiente asignación de las divisas.
Las discusiones técnicas acerca de la recalibración del programa en este nuevo escenario extendieron los tiempos de la quinta revisión del programa de facilidades extendidas. Esta demora descalzó el esquema de pagos y desembolsos previstos con el organismo multilateral de crédito. A fines de junio se realizaron pagos netos al FMI equivalentes a 6922 millones de dólares, tras lo cual las reservas internacionales del BCRA se posicionaron en 27.926 millones de dólares al día 30 de ese mes, mostrando una caída de 11.134 millones dólares en el segundo trimestre.