El Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió el viernes pasado con que la Argentina debe eliminar las restricción en el mercado cambiario para fortalecer las reservas, pero evitó hablar de una devaluación. Sin embargo, con el actual nivel de reservas en el Banco Central y un tipo de cambio que se atrasa mes a mes, eliminar el cepo implicaría otro salto descomunal en el precio del dólar que se transferiría inmediatamente a precios; al menos sobre los que están dolarizados (energía, combustibles y alimentos que se exportan). De acuerdo con el último relevamiento del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES), las reservas netas líquidas (en divisas) al viernes 7 de junio pasado se ubicaron en terreno negativo por 3981 millones de dólares.
El organismo publicó el documento final con el balance de la octava revisión del programa de facilidades extendidas con la Argentina, donde insiste en la apertura de los controles cambiarios. “Las políticas monetarias y cambiarias necesitan evolucionar para continuar arraigando el proceso de desinflación y mejorar aún más la cobertura de reservas”, sostuvo. Párrafo siguiente puntualizó que “para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, donde la estabilidad de precios y financiera sigan siendo objetivos primordiales del Banco Central y las personas puedan utilizar libremente las monedas de su elección, la tasa de interés real debería volverse positiva para respaldar la demanda de pesos y la desinflación”.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Por su parte, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, reprodujo en sus redes sociales un párrafo del comunicado conjunto de Economía y el Banco Central en el que se especificaba que “el BCRA contempla avanzar en la liberación de controles cambiarios y en una mayor flexibilidad cambiaria siempre y cuando estas medidas no impliquen riesgos excesivos para el proceso de reducción de la inflación”. En ese sentido, aunque el Gobierno se muestra optimista en que esas condiciones estarán dadas antes de fin de año –ya no será en junio o julio—para eliminar el cepo, todo parece indicar que las restricciones se mantendrán un tiempo más. Queda por definir si apurará el ritmo de devaluación con un tipo de cambio ya en niveles previos a la asunción del gobierno de Javier Milei.
MÁS INFO
El Gobierno insiste en que el tipo de cambio está en equilibrio y el staff del Fondo evite hacer mención al tema, el atraso del dólar frente a la inflación está ralentizando la liquidación del sector agroexportador y no alcanzan para llevar las reservas líquidas, las que demandarán los privados si eliminan las restricciones, a terreno positivo.
“Las 'reservas brutas' se incrementaron 6.227 millones de dólares al 7 de junio (respecto al cierre del año pasado), lo que representó una suba del 27,5 por ciento. En comparación al 10 de octubre último, las mismas aumentaron 8.091 millones de dólares”, señaló el informe de GERES. Sin embargo, para el mismo cierre, las reservas netas del BCRA se ubicaron, según este informe, en 626 millones de dólares, las reservas netas (divisas) o líquidas fueron negativas en 3.981 millones, 4.577 millones correspondieron a oro y 30 millones a DEG”. Las reservas totales se situaron en 29.300 millones de dólares.
A esto se suma que, previamente el FMI pide se elimine el dólar preferencial al campo y eso hace que se frene aún más el ingreso de divisas. Las dificultades de un tipo de cambio bajo son el desincentivo para liquidar exportaciones y el incentivo a aumentar las importaciones. En cuanto al desempeño exportador un buen indicador es el porcentaje de liquidación de la cosecha. Con datos hasta el 12 de junio, la liquidación de la campaña de soja 22/23 alcanzó al 42 por ciento, un porcentaje más bajo que en otros años. Lo mismo sucede para las cosechas de trigo y maíz, que liquidaron el 67 y 39 por ciento respectivamente.
“Si bien las diferencias no son significativamente altas respecto a años previos, si la dinámica de pérdida de competitividad continúa podría ralentizarse la liquidación, lo que significaría un menor ingreso de dólares y mayores dificultades para levantar el cepo cambiario”, señaló la consultora Analytica. A esto se suma el peso cada vez mayor del endeudamiento que lleva adelante el ministro de Economía, Luis Caputo.
El stock de deuda bruta ascendió hasta mayo al equivalente de 435.674 millones de dólares, lo que implica un crecimiento de 17,5 por ciento desde que comenzó el año, según informó la Secretaría de Finanzas, con lo cual que en cinco meses se incrementó en 65.000 millones de pesos. “La desventaja es que los riesgos de roll-over aumentan en la medida que la magnitud de la deuda a pagar crece exponencialmente. En esa línea, la señal fiscal es clave para garantizar el roll-over de la deuda”, señala la consultora que comanda el economista Ricardo Delgado. “El gobierno deberá esperar que la estrategia de pasar el invierno le permita llegar a septiembre con altos niveles de credibilidad para renovar los vencimientos, pero también generando capacidad de repago”, agrega el informe de Analytica.
Las Reservas Internacionales del BCRA finalizaron mayo con un saldo de 28.664 millones de dólares, registrando una suba de 1.085 millones respecto de abril. “Sobre esta dinámica incidió la compra neta de divisas por 2.532 millones, como viene sucediendo los últimos meses. Dicho aumento fue parcialmente compensado por pagos a organismos internacionales. En particular, se efectuó un pago al Fondo Monetario Internacional por 796 millones de dólares en concepto de intereses”, destaca el informe del Central.
En el transcurso de junio el saldo comprador del BCRA alcanza apenas a unos 180 millones de dólares. El Banco Central acumula compras netas en el mercado de cambios por 17.467 millones de dólares desde que asumió el gobierno de Javier Milei. Pero las reservas líquidas apenas lograron pasar de 12.579 millones de dólares negativos a fines de diciembre a 3981 millones negativas para el fin de la primer semana de junio. Con estos guarismos, levantar el cepo sin esperar un salto en el precio del dólar parece una utopía.