“Son decisiones de empresas privadas. Es importante que demos pelea como consumidores” expresó este lunes en la red social X el ministro de Economía, Luis Caputo, frente al cuestionamiento de un usuario sobre por qué las empresas de telefonía aumentan por arriba de la inflación. Así, mientras el gobierno nacional deja a la suerte de cada quien las consecuencias de la desregulación de precios fomentada vía del DNU 70/2023, lo cierto es que se consolida, cada vez más, una tendencia iniciada en el macrismo: la participación del trabajo en el reparto de la torta cayó del 48% al 43% en la gestión de Javier Milei.
“La tendencia iniciada durante el gobierno de Macri se consolida ya que los asalariados se quedan con una menor proporción del producto nacional”, señalaron desde el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE). De acuerdo con el último informe del centro de estudios, desde 2016 la transferencia del trabajo equivale a unos 290.000 millones de dólares que pasaron a manos del capital privado. Solo en el gobierno de La Libertad Avanza la caída del salario implicó la transferencia de 17,3 billones de pesos desde el bolsillo laburante. A esta transferencia billonaria de los ingresos se sumó la destrucción de fuentes de trabajo que, según la última información oficial, ya supera los 190.000 puestos registrados.
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Un punto no menor tiene que ver con que, esa ganancia extra para los grupos económicos, “al no invertirse internamente por la caída del mercado interno, busca dolarizarse y fugarse, volviendo más vulnerable la economía nacional”. Asimismo, agregaron desde MATE que “pese al ajuste fiscal que castiga a jubilados y estatales, la caída de la actividad que aumenta el desempleo y la pobreza, y el blanqueo de capitales que benefician a evasores, no se logra terminar con la inflación que aún sigue registrando índices por encima del tipo de cambio”. El último dato de conocido este martes indicó para octubre una suba mensual del 2,7% del Índice de Precios al Consumidor.
Una porción más chica de la torta
Cerca de cumplirse el primer año de gestión de Javier Milei, un dato grafica con claridad la realidad del mundo del trabajo: la participación del salario en el producto nacional cayó del 45% a fines del 2023 al 43% este año, consolidando un derrotero a la baja que comenzó en 2016.
Al respecto, el guarismo que da cuenta de cuánto le queda al trabajo de la riqueza generada en la economía, pasó del 48% a 44% tras los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, luego creció al 50% en el inicio del Frente de Todos pero tras la pandemia cayó de forma estrepitosa al 40% y ya no recuperó ese valor. Los datos fueron detallados en el último informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía desde donde concluyen que “la tendencia iniciada durante el gobierno de Macri se consolida: los asalariados cada vez se quedan con una menor proporción del producto nacional”.
¿Cómo se llegó a esta situación? “La pulverización de los salarios ya deteriorados, sumado a un enorme ajuste fiscal, impactaron en la demanda, el consumo y el nivel de actividad dando paso a la recesión económica actual”, explicaron desde el centro de economía y agregaron que si bien al menos hasta agosto, “hay un repunte en los salarios del sector privado por paritarias y merma de la inflación” no ocurre lo mismo en el público donde “el ajuste fiscal y el ahogo a las provincias mantiene pisados los salarios estatales que sufren un ajuste enorme de sus ingresos”.
De acuerdo con los economistas, en comparación con agosto de 2023, el salario real (considerando la inflación) de los trabajadores registrados del sector privado cayó 3,5% y el guarismo escala al 21% en el caso del sector público. Respecto de las jubilaciones mínimas perdieron 8,5% de su poder adquisitivo en comparación con septiembre 2023. “El ajuste sobre los jubilados sigue siendo el principal componente del ahorro fiscal con 7,5 billones de pesos”, destacaron.
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En este esquema, trabajadores activos y pasivos perdieron una porción más de sus ingresos en el último año: se trata de más de 22 millones de perceptores de ingresos afectados. “El angostamiento del mercado interno y la caída de la actividad no puede entenderse sin este elemento”, analizaron. Esto llevó a una enorme transferencia desde los ingresos de las y los trabajadores, así como desde la seguridad social desfinanciada, de las obras sociales y los sindicatos.
En detalle: la licuación del salario real fue tal que implicó una transferencia de ingresos del trabajo que alcanzó los 24,5 billones de pesos de diciembre a agosto. De ese total unos 17,3 billones salieron directamente del bolsillo de las y los trabajadores. Así lo señalaron desde MATE desde donde ampliaron que, al impacto en los recursos para vivir, se suma una pérdida de $5,4 billones en la recaudación fiscal correspondiente a Aportes y Contribuciones, lo que a su vez afecta los fondos del Estado. Se agrega, en relación, la pérdida salarial de $1,5 billones menos para la cobertura de salud, ya que depende también de los aportes de trabajadores y empleadores. Como otro factor, el informe al que accedió este medio destacó el impacto en los ingresos de los sindicatos, con un retroceso de 335.000 millones de pesos (menos salarios, menos cuotas).
Si se mira para atrás, el cambio distributivo iniciado con Macri ya acumula una transferencia del trabajo al capital que equivale a 290.000 millones de dólares. “Esta ganancia extra, al no invertirse internamente por la caída del mercado interno, busca dolarizarse y fugarse, volviendo más vulnerable la economía nacional”, alertaron los especialistas.
Deuda familiar
La crisis del mercado interno y la caída de la actividad están vinculadas con el deterioro del poder de compra y el reparto más regresivo de la riqueza generada para los trabajadores. De esta manera, la brusca caída del consumo interno compensa, en parte, el fuerte aumento aplicado a tarifas de servicios básicos y a otros regulados. Ante esta realidad, un fenómeno que cobra cada vez más lugar tiene que ver con el endeudamiento familiar para consumos cotidianos.
En lo concreto, los pagos con tarjeta de crédito crecieron diez puntos al pasar el promedio de consumos pagados con ese medio en los supermercados del 36% a ubicarse actualmente en 46%, lo cual “representa un salto y un nuevo nivel histórico ya que casi la mitad de los productos se obtienen postergando su pago”.
Como consecuencia del deterioro de ingresos de la población y del ajuste fiscal, la industria cayó 7%, el comercio 8% y la construcción 18% en comparación con un año atrás, niveles de caída que "solo ocurren en grandes catástrofes o en situaciones muy especiales, como el 2020 con la pandemia”, cerraron.