La recesión planificada de Milei busca beneficiar al capital financiero trasnacional

Según el último informe de CIFRA, al mismo tiempo en que Milei destruyó miles de puestos de trabajo y aumentó la pobreza, se apresta a sancionar el RIGI, un régimen de beneficios para el capital financiero trasnacional. 

16 de mayo, 2024 | 00.05

El programa de miseria planificada que lleva adelante la administración de Javier Milei posee un objetivo central: sostener la caída del salario real y de esta manera configurar una nueva matriz distributiva en la economía argentina. Así lo afirmaron Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti en el último informe de coyuntura del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA).

El hambre como política de Estado. El salario real se derrumbó un 15%, el ajuste del gasto en jubilaciones fue del 35%, hubo recortes de las políticas alimenticias y la destrucción de los puestos de trabajo ya se contabilizan de a miles. Los niveles de pobreza se ubicarían en el 49% de la población (Universidad Torcuato Di Tella).

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La destrucción del entramado industrial también forma parte del programa de miseria planificada, al mismo tiempo en que se primariza la economía junto con la entrega de los principales recursos del país vía el régimen de inversiones contenido en la Ley de Bases.

Preparen, apuntes, destruyan

“En apenas tres meses de Gobierno, Milei logró una caída de la actividad económica (-3,7%) similar a la que tuvo Macri en todo su gobierno (-3,9%). Lejos de los ajustes de corto plazo que provocan recesiones coyunturales, lo que parece configurarse aquí es una crisis de carácter estructural”, afirmaron Manzanelli y Amoretti en el último informe de CIFRA–CTA. No hubo errores de cálculo. Miseria planificada.

Los indicadores de los primeros cuatro meses de gestión son representativos: el salario cayó 15,2% en relación al IPC en tanto que los precios de los grupos concentrados aumentaron 24,0% por encima de la inflación.

La caída del consumo (20% en abril según Focus Market), la situación de la construcción con miles de puestos de trabajo destruidos y los datos industriales también son elocuentes sobre el devenir del programa mileista.

La capacidad instalada de la industria se ubicó en el 53% interanual, es decir 14 puntos porcentuales menos que hace un año. “Si bien en enero y febrero habían registrado una desaceleración (-1,7% y -0,7%, respectivamente) respecto a la fuerte contracción de diciembre (- 8,0%), en marzo se profundizó el descenso de la producción (-6,3%). Totaliza, así, una caída del 15,8% durante el nuevo gobierno”, puede leerse en el último informe de CIFRA.

La fuerte recesión planificada implicó la destrucción de miles de puestos de trabajo: entre noviembre de 2023 y febrero de 2024 se registró una disminución de 90.216 puestos en relación de dependencia. De ese total, 62.920 corresponden al sector privado, 21.393 al sector público y 5.903 al empleo doméstico.

El otro elemento disciplinador fue la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores en relación de dependencia: el promedio de ingresos salarial de los trabajadores registrados cayó 15,2% entre noviembre de 2023 y marzo de 2024.

“Se trata de una caída que en 4 meses es apenas 5 puntos inferior a la que tuvo lugar durante los cuatro años de gestión macrista, y que tiende a consolidar un proceso de contracción salarial que lleva más de 8 años”, indicaron desde CIFRA – CTA.

El derrame es para la casta milleista

La pauperización social de la población tiene por objetivo configurar una nueva matriz distributiva en la economía argentina. Los ganadores de este modelo serán los redactores del Régimen de Inversiones (RIGI) incluido en la Ley de Bases (petroleras, mineras y el capital financiero transnacional); en el mientras tanto aparecen en el frente algunas tensiones con los sojeros –las grandes exportadoras de cereales y oleaginosas– quienes presionan por una mejora de su rentabilidad vía devaluación.

La inflación acumulada desde diciembre ya se comió la transferencia de recursos vía la devaluación de Caputo. “Para cobrar una magnitud del problema –analizaron Manzanelli y Amoretti– sumado a la acelerada traslación a precios de la devaluación inicial vale apuntar que el nivel del tipo de cambio real multilateral del 25 de abril se ubicó en un nivel similar al del 13 de agosto de 2023, previo a la devaluación impuesta por el FMI”.

En este contexto, para volver a la situación del 11 de diciembre se necesitaría llevar el tipo requiere llevar al tipo de cambio a 1.500 pesos, explicaron desde CIFRA. ¿Será ese el valor de equilibrio que reclaman los sojeros para quitarle los candados a los silobolsas?

Por eso se constata una cautelosa liquidación de divisas de la industria oleaginosa y los exportadores de cereales. En los primeros cuatro meses del año contabilizan 6.433 millones de dólares, un nivel levemente superior a los años de malas cosechas o baja producción (2018, 2020, 2023), y muy inferior a las de 2021 y 2022. Una sutil manera de presionar para que les mejoren sus ganancias a través del “dólar soja” que más aportes les dio.

“La apreciación cambiaria y el sostenimiento de las retenciones al sector agropecuario contrastan con el tratamiento que se hace a grupos locales y extranjero a través del Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI), donde se dispone un desorbitado esfuerzo fiscal y de disponibilidad de divisas para inversiones mayores a los 200 millones de dólares, estabilidad aduanera, tributaria y cambiaria por 30 años a nivel nacional y subnacional y libre disponibilidad de divisas a partir del tercer año”, concluyeron  desde CIFRA. Es decir, un régimen de inversiones que pretende consolidar la primarización de la economía y la destrucción de los entramados industriales locales. 

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