El mercado eligió reclamar reservas antes que bajar la inflación

Esa fue la reacción de los mercados a la última medida del BCRA que flexibilizó el acceso al mercado cambiario. Se volvió a desplomar el valor de los activos argentinos, especialmente ADR y bonos. 

24 de julio, 2024 | 17.27

El esfuerzo del gobierno de Javier Milei por generar una deflación en la economía no es bien visto por los mercados, donde se privilegia un modelo de acumulación de reservas y de reactivación de la economía, todo lo contrario del que anunció el Banco Central como meta de su política monetaria y cambiaria, en la denominada “fase dos” del plan económico.

En la visión que está dominando la reacción del mercado, la acumulación de reservas internacionales (una de las demandas del Fondo Monetario Internacional) da mayor sustentabilidad de largo plazo al proceso de desinflación y crecimiento económico, mientras que lo previsto por la “fase dos” muestra muchas inconsistencias en el mediano plazo. Esta visión quedó reflejada en el desplome del valor de los activos argentinos, especialmente los ADR (acciones de empresas locales que cotizan en Wall Street) y de los bonos.

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Cayeron las empresas de todos los rubros, bancos, petroleras, servicios públicos, sin distinción, y subieron todos los dólares, los financieros y los paralelos, en una jornada donde el BCRA vendió un millón en el mercado de cambio. La acción de Vista Oil cayó 5,17<% y la de YPF 3,79%; entre los bancos Galicia retrocedió 2,78%, Superville 4,24% y Francés 3,71% y en servicios, Transportadora de Gas del Sur 4,64% y Central Puerto 4,25%, entre otras caídas.

Entre los bonos, los más operados, los bonares y globales con vencimiento en 2030, retrocedieron 1,44% y 239%, respectivamente, disparando la tasa interna de retorno a 29,5% y 26,9%. Los bonos más largos, a 2038 y 2041, registraron caídas superiores a dos por ciento. Como producto de esta caída de los bonos, el riesgo país subió a 1577 puntos básicos.

Los dólares, en tanto, cerraron el paralelo a $1450, el CCL a $1346 y el MEP a $ 1337, mostrando las dificultades del BCRA para achicar la brecha con el oficial.

El “marco monetario orientado a consolidar la estabilidad de precios” que anunció el Banco Central el martes pasado parece ordenar el problema de exceso de pesos en la visión de la política monetarista ortodoxa pero no resuelve el problema de la acumulación de dólares, que el mercado ve como la garantía de solvencia para hacer frente a los vencimientos de lo que resta del año y de 2025 en adelante.

El esquema macro monetario no solo no acumula reservas sino que se autoimpone vender casi todo lo que eventualmente acumule. El problema es que si no acumulan dólares no van a lograr bajar el riesgo país y no se mantendrán cerrado el acceso a los mercados, con lo que van a tener un problema con los vencimientos de deuda del año que viene y con el FMI. Pero además, este esquema de control de la base monetaria amplia es similar al que aplicó la dupla Guido Sandleris, presidente del BCRA, y Hernán Lacunza ministro de Economía, en el final del mandato de Mauricio Macri y que terminó en el default de la deuda pública en dólares y por primera vez en la historia también en pesos.

En esta ocasión se suma la decisión de migrar al Tesoro el costo de esterilización del exceso de pesos, que eleva la vara del superávit fiscal, con lo que acentúa el sesgo recesivo de la política económica. Y supone que el mero incremento en la capacidad prestable de los bancos se va a traducir en un aumento de crédito al sector privado, cuando en general se verifica que el crédito requiere demanda, y para eso primero tendría que verse señales de salida de la recesión.

En su último análisis de mercado, Consultatio advirtió que el “el nuevo esquema anunciado esta semana es temporario", dice que “se necesita que la película termine con EMBI en 800 pb en diciembre” y espera un “efecto sorpresa”. La conclusión es demoledora: “Credibilidad vs discreción: ¿deja vu 2018?”, en referencia a la caída del programa económico de Macri.

La evaluación es coincidente: se privilegia la desinflación a expensas de acumulación de reservas y profundiza la recesión. La brecha se reducirá mientras el BCRA venda dólares y plantea la duda de si se posterga la salida del cepo o si adelantan una suba de tasas.

En tanto, la consultora Analytica, que dirige Ricardo Delgado, plantea que seguirá “al menos” la “fragilidad cambiaria hasta noviembre” cuando empieza a ingresar los dólares de la cosecha fina, especialmente por la exportación de trigo. “Si bien 'secar' la plaza de pesos es parte del objetivo inicial de política, desde junio, además, resulta la respuesta a una brecha cambiaria en ascenso y un flujo de divisas que no está evolucionando según lo esperado. Para peor, el Banco Central proyecta una posición vendedora en el tercer trimestre, lo que cubre de incertidumbre al mercado financiero respecto de la capacidad del gobierno para hacer frente a los vencimientos de deuda”, describió. 

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