El Gobierno de Javier Milei y Luis Caputo compró la semana pasada, en una operación concretada el 12 de septiembre, los dólares que serán utilizados para garantizar el pago de los US$ 1.558 millones que vencen de intereses de los bonos de legislación extranjera (Globales) y local (Bonares) en enero del próximo año.
Por ahora, no tiene garantizado el pago de la renta de capital, por US$ 2.900 millones, para lo que se estima que utilizará un crédito REPO de bancos comerciales que serán respaldado con el oro de las reservas internacionales que se llevaron del país con destino no revelado, aunque se sospecha que fueron trasladado físicamente a Londres a una cuenta nominada en el Banco Internacional de Pagos de Basilea.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
La operación de compra de divisas quedó registrada en el estado contable del Banco Central el jueves pasado, cuando se incrementaron los depósitos en moneda extranjera del Gobierno de $743.038 millones a $2.210.443 millones, que convertidos al tipo cambio del día implican un incremento de US$ 1.529 millones de dólares.
Con el saldo anterior de US$ 774 millones, el Gobierno tiene disponible para el pago de deuda US$ 2.303 millones depositados en la cuenta del BCRA. El vencimiento de enero alcanza una cifra global de US$ 4.458 millones, entre el pago de intereses por US$ 1.558 millones y el de renta del capital por US$ 2.900 millones.
Según anunció el ministro de Economía, van a girar por adelantado el monto necesario para el pago de los intereses al agente pagador, que para los bonos globales es Bank of New York Mellon (BoNY) y para los bonos de legislación local es el BCRA a través de la Caja de Valores.
Cuando se concrete la transferencia, caerán las reservas internacionales por US$ 1.053 millones que es lo que corresponde al pago de intereses de los Globales, mientras que seguirán depositados en el BCRA los US$ 505 millones que corresponden a los intereses de los Bonares. El BoNY también depositará a los argentinos que tienen en cartera Bonos Globales, por lo que regresarán esos dólares al país, de la misma manera que el BCRA girará al exterior lo que corresponda a los inversores que mantengan bonos de legislación local.
MÁS INFO
La hoja de ruta del equipo económico del presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo fue llegar al vencimiento de enero con un riesgo país en el rango de los 800 a 1.000 puntos básicos, lo que permitiría colocar nueva deuda para refinanciar el vencimiento del capital. Pero como le pasó al ex presidente Mauricio Macri, “pasaron cosas” que impidieron hasta ahora llegar a esos niveles después de haber estado en el rango de los 1.100 puntos a mediados de abril.
La dificultad de bajar la inflación y la pérdida sistemática de reservas, junto a la apreciación del peso y la confrontación con la línea técnica del FMI fueron generando preocupación en los inversores que aprovecharon la mejora transitoria de la cotización de los títulos públicos para deshacer sus posiciones, elevando nuevamente el riesgo país arriba de los 1.600 puntos.
El Gobierno interviene en los mercados financieros para bajar la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, con la idea de quebrar la resistencia de la inflación a bajar del piso de 4%, con poco éxito: en agosto subió la inflación general y la inflación núcleo respecto de julio. En julio y agosto se estima que el BCRA intervino vendiendo US$ 700 millones para contener el MEP y el CCL y en lo que va de septiembre perdió en el mercado oficial más de US$ 440 millones.
Pese a ese ritmo de pérdida de reserva, los activos financieros argentinos, bonos y acciones, vienen registrando subas en las últimas jornadas aprovechando un contexto internacional más favorable a la espera de una baja de la tasa de interés que debería decidir este miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos.
MÁS INFO
Se trataría del primer movimiento desde que la Fed subió la tasa a fines de julio de 2023 y el primer recorte de tasas desde la pandemia (primer cuatrimestre de 2020). Según el informe de Outlier “la FED tiene una parada muy complicada por delante” para conformar a los mercados con el nivel de recorte que decidirá. “El mercado se está jugando muy fuerte por un recorte mayor, con lo cual en caso de no verificarse, la corrección se puede hacer sentir y las miradas posarse en la FED”, advirtió.
Si el recorte de tasas de la Fed se queda corto, Caputo puede llegar a tener una nueva escalada del riesgo país que otra vez lo lleve al punto de partida.