La inflación minorista marcó su quinto mes de desaceleración mensual con una baja de 2,2 puntos en abril. Además, la inflación núcleo se desplomó a niveles de principios de 2023. Un tercio de la suba la explicó el incremento de los precios regulados (18,4%) y continuaron siendo los mayores aumentos del índice. Sin embargo, la postergación de aumentos en tarifas, la incertidumbre en el panorama cambiario y una eventual recuperación de los salarios del sector privado le meterán presión al Gobierno en su plan anti- inflacionario a costa de la actividad económica.
La variación de precios contra diciembre de 2023 alcanzó el 65% en el primer cuatrimestre, escondiendo diferencias al interior. Vivienda, Electricidad, Gas y Agua acumuló un 111% de inflación, acumuló ocho puntos al nivel general y Comunicación lleva un incremento del 107% en el mismo período. Alimentos, como principal aportante al nivel general, acumula una inflación del 58% desde diciembre.
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En abril, las boletas de gas y agua tuvieron aumentos significativos. Las primeras pegaron en residenciales, comercios e industrias mientras que, en el caso del agua, impactó en residenciales. En el rubro salud sobresalió el incremento en tarifas de prepagas (20%). En este segmento, el Precio de Venta al Público (PVP) de medicamentos se movió al 2,5% y el PVP PAMI al 16%. Mientras tanto, los combustibles se incrementaron 4,5% en abril por la decisión del gobierno de descongelar los impuestos a los combustibles.
Qué pasará en mayo y qué trabas puede tener el proceso desinflacionario
En este escenario, la microdevaluación diaria del 2% en el tipo de cambio oficial continúa y no parece haber cambios sensibles en el corto plazo. Sigue siendo un interrogante cómo será el desenlace cambiario después de estos meses en donde el tipo de cambio funcionó de ancla. La apuesta parece ser que la inflación caiga lo suficientemente rápido por el desplome de la demanda y se atenúe el ritmo de atraso. La estabilidad cambiaria podrá permanecer un par de meses más, si se decide mantener el cepo. Pero más adelante, con importaciones ya regularizadas, habrá nuevas presiones a una suba.
Lo cierto es que existen variables clave de la economía que se encuentran pisadas: dólar, salarios y tarifas. Solo resta esperar en qué momento caerán los aumentos postergados de regulados y cómo afectan a otros rubros por la consecuente suba en la cadena de costos. Según apuntó la consultora LCG, el "verdadero test para ver si entramos en un nuevo régimen de inflación más baja deberá hacerse con la actividad económica repuntando y los salarios recortando algo de la caída de los últimos tiempos". Y agregó: "Recién ahí podremos ver si las expectativas inflacionarias están realmente ancladas".
Según el Centro de Economía Política (CEPA), en las dos primeras semanas de mayo los productos de consumo masivo se movieron al 4% respecto del mismo período del mes anterior. Los cortes de carne muestran un incremento de 7,5% respecto del promedio del mes de abril. En lo que refiere a los precios regulados, el Gobierno adoptó un comportamiento que podría denominarse como intervencionista, una característica repudiada por el presidente Javier Milei. La empresas de medicina prepaga deberían retrotraer los precios de la tarifa según la exigencia judicial. A la par, el Ministerio de Economía topeó los incrementos en la cuota de diciembre más la inflación entre ese mes y la inflación conocida al momento de la facturación.
Otro sector en el que el ministro Luis Caputo decidió intervenir para evitar una aceleración inflacionaria es el de las tarifas de luz y gas, mediante la postergación de su suba. Pese a que en febrero pasado había establecido que desde mayo estas debían quedar indexadas a la suba de precios, a inicios de este mes se conoció que no habrá aumento.
Por otra parte, aunque en mayo se postergó la aplicación del Impuesto a los combustibles, éstos incrementaron su precio en 4% como ajuste por la devaluación. En junio debería aplicarse no sólo el ajuste de 4,4% del Impuesto a los Combustibles postergado, sino también la actualización correspondiente al primer trimestre de 2024, que incidiría en un nuevo incremento de la nafta cercano al 20%. Todo ello con independencia de la suba de la nafta por los vaivenes del dólar y del precio internacional.
Además, los peajes de la Ciudad de Buenos Aires incrementarán 35% sus precios en junio, mientras que el boleto del tren se ajustó 53,85% a principios de mayo. A esto se suman las subas en telecomunicaciones, que volverán a incrementar sus valores entre 10% y 20% dependiendo la empresa.