El precio del barril de petróleo cerró hoy en Nueva York con una leve suba luego de conocerse los datos de un aumento en el consumo de combustibles en los Estados Unidos, por la debilidad del dólar frente a otras monedas y tras las cifras de inflación de julio que arrojaron una baja superior a la esperada por los analistas, lo cual aleja el fantasma de un ajuste más severo en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (FED).
El barril de la variedad WTI ganó 1,2% y se pactó en 91,60 dólares mientras que el tipo Brent se operó en 97 dólares con una suba de 0,8%, según cifras suministradas por el New York Mercantil Exchange (NYMEX).
El mercado había comenzado con números rojos después de que la Administración de Información Energética (EIA) informara de una segunda acumulación semanal consecutiva de 5 millones de barriles en los inventarios de crudo.
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Sin embargo, la agencia también citó una caída de unos 5 millones de barriles en los inventarios de gasolina, y eso ayudó a contrarrestar el sentimiento bajista que pesaba sobre el mercado.
La debilidad del dólar terminó de inclinar la balanza de la demanda ya que la divisa estadounidense se mostró a la baja frente a una canasta de monedas.
Al mismo tiempo, el Departamento de Trabajo sorprendió a operadores e inversores con el anuncio de una suba de precios menor a la esperada que registró una variación nula en julio, frente a una suba de 1,3% en junio y totalizó una inflación anual de 8,5% frente al 9,1% del mes anterior.
De esta manera, los inversores comenzaron a despejar el panorama de un endurecimiento de la política monetaria de la FED y comenzaron a apostar por un ajuste de medio punto en la tasa de referencia, lo que mantiene el apetito en los futuros.
Los inventarios de crudo aumentaron por segunda semana consecutiva en 5,46 millones de barriles mientras que en la semana anterior habían subido en 4,47 millones de barriles.
En el caso de las naftas, el principal combustible para automóviles consumido en los Estados Unidos, los inventarios disminuyeron en casi 5 millones de barriles la semana pasada, debido a que se exportaron 1,1 millones de barriles, la mayor cantidad en una semana desde diciembre de 2018.
La demanda interna de naftas también fue fuerte debido a la estacionalidad del verano y alcanzó a los 9,1 millones de barriles, levemente por debajo del mismo lapso del año anterior.
La demanda se vio movilizada por un brusco descenso de los precios en el surtidor que cayó desde 5 a 4 dólares por galón (desde 1,32 dólares el litro a 1,05 dólares por litro).
El informe de la EIA también reveló que las reservas estratégicas de petróleo habían caído en 5,3 millones de barriles, lo que deja un saldo de 464,6 millones de barriles, el nivel más bajo desde 1985.
Los contratos de futuros de gas natural se operaron con una suba de 5% y cerraron en 8,23 dólares por millón de BTU.
Finalmente, el oro cayó 0,3% hasta los 1.808 dólares por onza.
Con información de Télam