El gasto en prestaciones de la obra social de los jubilados y pensionados, PAMI, alcanzó los 4,45 billones de pesos en los primeros nueve meses del año, un monto que la ubica por encima de lo desembolsado el año pasado pese a registrar menos coberturas en salud y de medicamentos y eliminar subsidios a los usuarios y prestadores.
Con menores prestaciones, el gasto del PAMI incluso es el mayor desde 2019, si no se considera el bono de quince mil pesos correspondiente al Programa Alimentario que se otorgó durante octubre, noviembre y diciembre del año pasado que alcanzó a todos los afiliados mayores de 60 años y que percibían hasta un haber mínimo y medio.
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Ese incremento del gasto es paralelo al recorte de las prestaciones que viene aplicando la obra social más grande del país, por lo que se presenta como una contradicción. Gastan menos en brindar servicios a los jubilados, redujeron la plantilla de personal, acortaron cargos de dirección y al final de la rueda, el PAMI gasta más, sin explicar el motivo.
En el último año, considerando la devaluación de inicio de gestión de la administración de Javier Milei, los medicamentos acumulan un alza promedio del 240%, frente a un incremento del índice de Precios al Consumidor (IPC) del 193%. Pero según publicó el Ministerio de Salud en la red social “X”, “este año el índice de precios de los medicamentos e insumos en salud estuvieron por debajo del IPC en 9 de los 10 meses que hasta hoy informó el INDEC” y “la variación en los precios de los medicamentos registró un 25% menos de aumento comparado con el resto de los precios”.
Es decir, en el período que se compara los gastos de prestación del PAMI, de enero a octubre de 2023/2024, no es el incremento del precio de los medicamentos lo que justifica el aumento salvo que PAMI haya firmado un acuerdo perjudicial con los laboratorios.
También durante la administración de Mauricio Macri se registró un efecto similar al actual: una reducción de las prestaciones en medicamentos con incremento del gasto prestacional mientras que en el gobierno de Alberto Fernández, con una cobertura de 100% de los medicamentos, el gasto en prestaciones fue menor.
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“El 10 de diciembre último dejamos casi 300 mil millones, que ahorramos durante nuestra gestión, en un plazo fijo y en el fondo de inversión del Banco Nación. Tanto la AGN como el Banco Nación pueden dar cuenta de eso”, sostuvo la ex directora del PAMI y actual diputada, Luana Volnovich.
El PAMI se financia con el aporte de los afiliados, de los trabajadores en relación de dependencia que aportan 3%, la asignación de partidas presupuestarias y de impuestos específicos, como el 28% de la recaudación del impuesto PAIS que dejará de percibir a fin de año. Por la caída de este impuesto, el Gobierno decidió no reemplazar el financiamiento y llevar adelante un nuevo recorte de prestaciones, esta vez eliminando el beneficio de cobertura de 100% en los remedios para los jubilados y pensionados que perciben hasta un haber y medio del mínimo.
En junio pasado, el PAMI eliminó 11 drogas del listado de medicamentos con cobertura total, de un total de 167 incluidas originalmente. En agosto, la obra social de los jubilados avanzó con una nueva reducción, excluyendo otras 44 moléculas. De esa forma ya se habían eliminado un tercio en la cantidad de fármacos que se ofrecían de forma gratuita.
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La nueva medida conocida esta semana deja sin efecto la distribución de remedios gratis y obliga a las personas que no los pueden abonar a inscribirse en un padrón de subsidio social, donde deberán justificar que perciben ingresos menores a 1,5 haberes previsionales o hasta 3 haberes en caso de que el afiliado conviva con una persona que tenga Certificado Único de Discapacidad (CUD); no estar afiliado a una prepaga; no tener más de un inmueble, un vehículo de menos de 10 años ni ser dueño de bienes de lujo; no ser titular de activos societarios que indiquen capacidad económica plena.
Según el análisis del gasto en prestaciones, este año hasta octubre fue el mayor desde 2019 salvo por el gasto extraordinario del subsidio otorgado el año pasado y que se consideró prestacional. A precios constantes (es decir, ajustados los años anteriores por la inflación) de octubre de 2024, este años el PAMI gastó $ 5.050.676 millones, frente a $4.519.528 millones de 2019, $4.812.086 millones de 2020, $4.289.742 millones de 2021 y $4.320.037 millones de 2022.
También ajustado por inflación, hasta septiembre del año pasado, último mes sin el pago del bono de $15.000, se habían gastado $ 4.444.816 millones frente a los $ 4.458.971 millones en el mismo período de este año y ya con varias de las prestaciones suspendidas o reducidas.
La caída del impuesto PAÍS, que destina 28% de la recaudación al PAMI, hará perder ingresos por unos $1.000 millones que explica parte del nuevo recorte en las prestaciones y que seguramente obligará a realizar más ajustes.