La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró su pronóstico de crecimiento de la Argentina para este año, aunque lo redujo para el próximo. El organismo estimó una expansión económica en la Argentina del 4,4 por ciento, 0,8 puntos porcentuales más que en su último relevamiento. En tanto, rebajó sus pronósticos para 2023, pasando del 1,9 por ciento previsto en junio pasado al 0,5 por ciento, debido al "deterioro" de la actividad experimentado durante la segunda mitad de este año.
En su último informe de perspectivas económicas, la OCDE estima a su vez una expansión económica del 1,8 por ciento en 2024. "El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo significativamente la incertidumbre sobre las políticas macroeconómicas a corto plazo, pero la situación externa continúa siendo frágil. La alta inflación afectará al consumo privado y tardará tiempo en retroceder", señala el documento.
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Después del "fuerte rebote" experimentado el año pasado, cuando la economía argentina avanzó un 10,3 por ciento, la actividad continuó creciendo en la primera mitad de este año, pero a un "ritmo menor", mientras que los últimos indicadores apuntan a una "mayor desaceleración" durante el tercer trimestre. "Los estrictos controles de capital y la incertidumbre política están provocando una fuerte caída de la inversión en la segunda mitad de 2022 y su persistencia tan sólo permitirá una modesta recuperación en 2023 y 2024", advierte el informe.
Según el documento, el crecimiento de las exportaciones caerá del 5 por ciento en 2022 al 2,1 por ciento en 2023, "en parte debido a la moneda sobrevaluada", aunque retomará su vigor en 2024, con una subida proyectada del 3,6 por ciento.
En este contexto, la combinación de "medidas temporales" y de "estrictos controles" de divisas reforzarán las reservas internacionales a corto plazo, uno de los objetivos contemplados en el programa con el FMI, que prevé un aumento de las reservas de 5800 millones de dólares en 2022. "Sin embargo, los altos requisitos de financiamiento externo y un régimen de tipo de cambio móvil con una moneda sobrevaluada implican que las reservas se mantendrán bajas", indica el informe.
"En un contexto de alta inflación, restricciones a la importación más estrictas, bajas reservas internacionales y un margen fiscal severamente limitado, los riesgos siguen siendo elevados, lo que mantendrá la inversión y el consumo privado moderados en 2023", señala la OCDE, que pronostica un "repunte gradual" en 2024 a medida que la situación macroeconómica "mejore".
Entre los riesgos a los que se enfrenta la economía argentina, la OCDE cita el posible incumplimiento de los compromisos fiscales en medio de "crecientes presiones sociales", así como la caída en los precios de las materias primas, que podría obstaculizar la acumulación de reservas y elevar la presión sobre el tipo de cambio.
Por último, el informe de perspectivas económicas subraya que para lograr el objetivo de cero emisiones netas en 2050, algo contemplado en el Plan Nacional de Descarbonización, el país suramericano deberá aplicar "políticas más ambiciosas, especialmente para desarrollar fuentes de energía renovables". "Los intentos por mejorar la focalización de los subsidios (energéticos) mejorarán la eficiencia del gasto público, pero se necesitan más avances para mitigar los desequilibrios fiscales", destaca el informe, que recuerda que una mejor aplicación de las ayudas sociales "reduciría la pobreza y la desigualdad" mientras se cuidan las cuentas fiscales.