El banco de inversiones y de servicios financieros Morgan Stanley planea despedir a 3.000 empleados de su planta global para fines de junio próximo, informó este martes la prensa estadounidense. El ajuste equivaldría a aproximadamente un 5 por ciento de la fuerza laboral del banco si se excluyen a los asesores financieros y el personal de apoyo, que se salvarán de los recortes; y se suman a otro recorte del 2 por ciento -equivalente a 1600 puestos- anunciado en diciembre pasado.
En ese sentido, se espera que los despidos impacten en mayor magnitud al personal bancario y comercial de la multinacional, según indicó la agencia de noticias Bloomberg. Morgan Stanley se vio especialmente afectada por el viraje de las condiciones en la economía al igual que el resto del sector financiero.
En una situación que representa un vuelco al “boom” registrado durante la pandemia, las subas de tasas de la Reserva Federal (FED) provocaron un abrupto desplome en la actividad de fusiones y adquisiciones, y de rondas de capital de las empresas, y en las salidas a bolsa, afectando la actividad del banco.
A esta situación se suma el temor por una posible recesión en Estados Unidos en los próximos meses, lo cual motiva a las firmas a ajustar sus gastos. Morgan Stanley, en ese sentido, no fue la única afectada pues otros bancos como Goldman Sachs –con 3200 despidos en enero-, Citigroup y Bank of America también anunciaron recortes o congelamientos de personal en los últimos meses, reflejando la especial vulnerabilidad de un sector cíclico como el bancario.
Según indicó el mes pasado el CEO de Morgan Stanley, James Gorman, se espera que la actividad de compras y fusiones en el sector empresario no vuelva a rebotar hasta antes de la segunda mitad de 2024.
En forma análoga, el lunes pasado, el CEO de Citigroup, Jane Fraser anticipó, ajustes en los puestos de su banco de inversión, aunque afirmó que “están jugando a largo plazo en esa área”, más allá del difícil contexto actual.
Caída en dominó
La crisis de bancos regionales en Estados Unidos no da respiro y la caída de un grande en Europa, como el caso del Credit Suisse, obliga al Tesoro de los Estados Unidos y la Reserva Federal (FED) analizar opciones de último momento frente al temor de un efecto dominó.
La suba de tasa de interés en los últimos meses generó un duro impacto en la liquidez de las empresas, principalmente las startups: ya no pueden acceder a un endeudamiento barato para cumplir sus obligaciones y necesitan ya los fondos depositados en bancos para cumplir obligaciones.
El efecto del fin de la plata dulce no está lejos de lo que pasa en otras empresas como el caso de Amazon, que acaba de anunciar otros 9.000 despidos. Ahora, se espera el resultado del rescate de Credit Suisse por parte de UBS resulte en decenas de miles de recortes de empleos, y el sector financiero de Suiza ya se está preparando para recibir un fuerte golpe de la polémica adquisición.