La actividad de las fábricas chinas se contrajo inesperadamente en septiembre debido a las mayores restricciones en el uso de la electricidad y a los elevados precios de los insumos, mientras que el sector servicios volvieron a expandirse al remitir los brotes de COVID-19, ofreciendo cierto alivio a la segunda economía mundial
El índice oficial de directivos de compras (PMI) del sector manufacturero se situó en 49,6 en septiembre, frente a los 50,1 de agosto, según mostraron el jueves datos de la Oficina Nacional de Estadística (NBS por sus siglas en inglés), lo que supone la primera contracción desde febrero de 2020.
Los analistas de un sondeo de Reuters esperaban que el índice se mantuviera en 50,1, sin cambios respecto al mes anterior. La marca de 50 puntos separa el crecimiento de la contracción
La economía china se recuperó rápidamente de la crisis provocada por la pandemia el año pasado, pero el impulso se ha debilitado en los últimos meses, y su vasto sector manufacturero se ha visto afectado por el aumento de los costes, los cuellos de botella en la producción y el racionamiento de electricidad.
También perturbó la actividad en los sectores manufacturero y de servicios el aumento de los casos de COVID-19 en decenas de ciudades durante el verano, aunque el área de servicios está comenzando a recuperarse a medida que los brotes retroceden.
"En septiembre, debido a factores como los bajos volúmenes de negocio en las industrias de alto consumo energético, el PMI manufacturero cayó por debajo del punto crítico", dijo Zhao Qinghe, un estadístico de la NBS, en un comunicado.
"Los dos índices de las industrias de alto consumo energético... están por debajo de 45,0, lo que indica una importante caída de la oferta y la demanda".
Perspectivas de crecimiento
La repentina contracción de la actividad industrial pesará aún más en una economía ya afectada por los controles más estrictos de sus sectores inmobiliario y tecnológico y que se enfrenta a numerosas rebajas del crecimiento por parte de los economistas del sector privado.
Otras economías de Asia también están lidiando con problemas de producción debido a las interrupciones de la cadena de suministro, y los datos del jueves mostraron que la producción industrial de Japón cayó por segundo mes consecutivo en agosto.
"El crecimiento económico (chino) en el cuarto trimestre probablemente se ralentizará aún más sin un cambio en las políticas del Gobierno, y el ritmo de desaceleración puede acelerarse", dijo Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management con sede en Shenzhen, tras la publicación de los datos del PMI.
"La gran pregunta es si las políticas monetarias y fiscales del Gobierno serán más favorables ahora o si el Gobierno esperará hasta fin de año para cambiar las políticas".
El banco central suavizó por última vez sus requisitos sobre la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener a mediados de julio, justo antes de que se produjera un aumento de los casos de COVID-19 en el país.
El Banco Popular de China (PBOC) mantuvo en septiembre sin cambios su tipo de interés de referencia para los préstamos a empresas y hogares por decimoséptimo mes consecutivo.
Altos costes de producción
La escasez de carbón, el endurecimiento de las normas sobre emisiones y la fuerte demanda de los fabricantes y la industria hicieron que los precios del carbón alcanzaran máximos históricos y provocaron restricciones generalizadas en el uso de la electricidad en al menos 20 provincias y regiones.
El aumento de los precios de las materias primas, especialmente de los metales y los semiconductores, también ha presionado los beneficios de los fabricantes. Los beneficios de las empresas industriales chinas se desaceleraron en agosto por sexto mes consecutivo.
El subíndice de costes de las materias primas subió a 63,5 en septiembre, frente a los 61,3 del mes anterior, mientras que el indicador de nuevos pedidos se situó en 49,3, frente a los 49,6 de agosto, y se redujo por segundo mes consecutivo.
El subíndice de empleo se mantuvo en contracción, en 47,8 frente a los 47,0 del mes anterior.
Otra encuesta privada publicada el jueves, centrada en las empresas pequeñas y orientadas a la exportación, mostró que la actividad de las fábricas en septiembre no se expandió ni se contrajo.
Por contra, el PMI no manufacturero (de servicios) oficial de septiembre se situó en 53,2, recuperándose de los 47,5 de agosto, según los datos de la NBS, ya que los brotes de COVID-19 amainaron tras aumentar durante los meses de verano.
El mes pasado, las restricciones relacionadas con el COVID-19 llevaron a la actividad del sector de los servicios a una fuerte contracción por primera vez desde el punto álgido de la pandemia el año pasado.
El PMI compuesto oficial de septiembre, que incluye tanto la actividad manufacturera como la de servicios, se situó en 51,7 frente a 48,9 en agosto.
Con información de Reuters