Las decisiones de los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou, de avanzar de manera individual en las negociaciones de un acuerdo comercial con China "y después otros países", y de Brasil, Jair Bolsonaro, de mantener hasta fines de 2023 la reducción unilateral del Arancel Externo Común (AEC), serán los principales ejes del debate económico de la sexagésima Cumbre del Mercosur que comenzará mañana en la ciudad paraguaya de Luque.
El encuentro se desarrollará en el Centro de Convenciones de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) y cuenta con la presencia confirmada de tres de los cuatro presidentes de los países que integran el bloque: Alberto Fernández; el anfitrión, Mario Abdo Benítez; y el mencionado Lacalle.
Si bien Bolsonaro había anunciado la semana pasada su decisión de no concurrir a la reunión, posteriormente dejó abierta la posibilidad de un cambio de postura, por lo que no se descarta su presencia.
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No obstante, Brasil estará representado por sus ministros de Economía, Paulo Guedes, y de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, quienes defenderán ante sus pares de la Argentina, Paraguay y Uruguay uno de los aspectos más controversiales dentro del bloque, como es la rebaja unilateral de 10 puntos porcentuales del AEC.
En mayo, el Gobierno brasileño redujo de manera "temporaria y excepcional" los aranceles de importación sobre 6.195 posiciones arancelarias, entre las que se destacan bienes como porotos, carnes, pastas, galletas, arroz, materiales de construcción, entre otros.
De todos modos, en la Cancillería argentina advirtieron que la medida de Bolsonaro "no incluye al sector automotor ni tampoco a productos considerados sensibles", acordados oportunamente entre los dos países.
La reducción arancelaria se suma a otra ya aplicada, también en forma temporal, en noviembre de 2021, y ambas se enmarcan en el objetivo del gobierno brasileño de "abaratar los precios de los productos básicos", teniendo en cuenta que la inflación interanual del país vecino alcanzó en junio al 11,89%.
Otro de los puntos a considerar en el encuentro de Luque es el anuncio del inicio de negociaciones entre Uruguay y China para alcanzar un acuerdo comercial bilateral.
Ayer, durante el acto en conmemoración del 192 aniversario de la Jura de la Constitución, Lacalle anunció que el acuerdo comercial "será con China" pero que "después será con otros países".
Desde la Cancillería argentina se advirtió que la estrategia de Lacalle no respeta la normativa del bloque regional, al punto que la Decisión 32 del 29 de julio de 2000 que tomó el Consejo del Mercado Común reafirmó "el compromiso de los Estados Partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias".
"La constitución de un mercado común implica, entre otros aspectos, la necesidad de contar con una política comercial externa común", se estableció en esa norma, que además, determinó que "a partir del 30 de junio de 2001, los Estados Partes no podrán firmar nuevos acuerdos preferenciales o acordar nuevas preferencias comerciales en acuerdos vigentes en el marco de ALADI que no hayan sido negociados por el Mercosur".
En su defensa, Uruguay asegura que esa decisión no fue avalada por todos los países del bloque y, además, fundamente su postura de avanzar en acuerdos individuales en "algunas acciones de algún socio del Mercosur".
En las últimas horas, si bien mantuvo su postura de seguir negociando con China, Lacalle abrió la posibilidad de avanzar "en conjunto", es decir sumar a los otros tres países del bloque a las negociaciones y transformar el acuerdo comercial bilateral en uno entre todo el Mercosur y el país asiático.
La intención de llevar adelante acuerdos bilaterales en forma autónoma ya venía siendo planteada por Lacalle desde antes de su asunción como presidente, en marzo de 2020, y sostenida en varias reuniones del Mercosur.
En una de ellas, en julio de 2021, luego de que Lacalle definiera la imposibilidad de acuerdos individuales como un "lastre" de la normativa del Mercosur que actúa como un "corset" y bloquea los intentos uruguayos de "avanzar", Fernández puntualizó que "nadie se salva solo" y llamó a respetar las decisiones conjuntas del bloque.
"Creemos que el camino es cumplir con el Tratado de Asunción, negociar juntos con terceros países o bloques y respetar la figura del consenso", dijo Fernández en esa oportunidad, para agregar que "es a través de más integración regional y no de menos integración regional, que estaremos en mejores condiciones de producir, comerciar, negociar y competir".
Con información de Télam