La cadena productiva del litio es uno de los vectores productivos que pisarán fuerte en la Argentina durante los próximos años. Rodolfo Tecchi es precandidato a gobernador de Jujuy y preside el Consejo Social de la Universidad Nacional de Jujuy, además de haber creado el Instituto del Litio. En diálogo con El Destape, advirtió por la necesidad de que el Estado tome las riendas del negocio y el apuro para poner en funcionamiento un programa que sume valor agregado.
Tecchi competirá con el candidato que designe Juntos por el Cambio, en las elecciones provinciales del 7 de mayo, desde el Frente Provincial Jujuy Tiene Futuro. Una de sus mayores obsesiones es que el país conforme un negocio alrededor del litio que genere puestos de trabajo en toda la cadena, exportaciones vía valor agregado y condiciones propicias para el cuidado del medio ambiente en las regiones de explotación.
-¿Cuál es tu idea de gestión para la actividad del litio?
Es algo esencial para el país. El Estado tiene que intervenir en la cadena del litio para producir valor agregado. En este momento lo estamos extrayendo para producir solamente carbonato de litio, que tiene un precio bajo. El problema de fondo es que esto se termina en las baterías que luego se importan desde afuera. Las empresas del exterior nos venden autos eléctricos o celulares, con baterías de litio nacional. Hay que romper esa modalidad para añadir valor agregado y hacernos cargo de la producción.
-¿Tenemos la capacidad como país para liderar la producción?
Desde la UNJU logramos convenios con la provincia para el desarrollo del litio, junto con Y-TEc y con YPF. Esos acuerdos se rubricaron y después Gerardo Morales no avanzó. El objetivo debe ser poner en marcha lo que teníamos pensado, que es desarrollar la industria del litio. Lo que tenemos que entender es que hay que hacerlo ahora, porque en China ya se está trabajando con baterías de sodio. El litio sigue siendo importante, pero en 10 o 15 años su preponderancia será más limitada. Hay que rever el código minero para generar las condiciones necesarias para nuestro desarrollo.
-¿Cómo se rompe con el paradigma extractivista?
-Debe haber una decisión fuerte del gobierno nacional en comercio exterior, a través del fomento o castigo, regulación de productos que Argentina pretende sean exportados y darle mayor prioridad a los de valor agregado. Es una posibilidad de intervención por parte del Estado.
Desde la Universidad habíamos creado un mecanismo en el cual todo proyecto de exploración y explotación de litio tenía que ser evaluado por un comité técnico. El comité estaba formado por gente del Conicet, de la Universidad, y representantes técnicos designados por la Legislatura. Podía recomendar mejoras o correcciones, pero apenas asumió Morales lo anuló y empezó a pasar los proyectos de las empresas tal cual lo traían. Difícilmente las compañías tengan una visión que beneficie a las poblaciones locales.
-¿Cómo se debe redistribuir la riqueza que genera toda la cadena en cada región?
Tenemos un sistema de explotación minera fijado por el Código Minero Argentino, que es deficiente. Se le otorga la licencia a la empresa minera para que haga lo que quiere, a cambio de que paguen un 3% del valor de boca de pozo. Incluso se las compensa con devolución de las exportaciones. Esto debe cambiar para que sea rentable para la gente y que haya un retorno real en cada localidad. Todo el proceso debe estar signado por inversiones que alienten la máxima inclusión en la trama productiva.
Para esto tenemos que promover contratación de personal local, y acuerdos para la distribución de las regalías con las comunidades de alrededor y la provincia. Un gran acuerdo de redistribución de los beneficios, que hoy no terminan de ser grandes. Argentina cobra pocos impuestos.
-¿Se pude regular un negocio de estas características sin dañar el medio ambiente?
Por supuesto. Solo hay que seguir las normas internacionales y las comunidades deben estar asesoradas. Muchas veces sucede que en audiencias entre empresas y vecinos, se han podido observar imágenes de fuerzas policiales presentes para custodiar a representantes de compañías. Esto no parece ser el mejor marco para que el diálogo fluya.
Esta semana, la Corte Suprema de Justicia le pidió informes, además de documentación, tanto al Estado Nacional como a las provincias de Salta y de Jujuy sobre las concesiones para la explotación de litio y borato. La medida se debe a un "amparo ambiental" formulado por comunidades de pueblos originarios. En un fallo firmado por los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, requirió "copia de todas las actuaciones vinculadas a la exploración y/o explotación de litio y borato en las provincias de Jujuy y Salta y las empresas y/o consorcios vinculadas a las mismas y las proyecciones económicas de tal actividad".
-¿Existe algún modelo a seguir para adaptarlo en Argentina?
Chile puede funcionar como un buen espejo. El esquema plantea concesiones limitadas y renegocia contratos. Hasta la Jefa del Comando Sur para Estados Unidos, Laura Richardson, dijo que Argentina es permisiva. Chile tiene una intervención estatal muy fuerte. Bolivia también lo tiene porque Evo Morales se puso firme para lograr avances con el control del Estado.