El Gobierno de La Libertad Avanza se apresta a concretar uno de los sueños húmedos del establishment local: liquidar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que forma parte de la Anses. Es decir, desprenderse de las acciones que posee el Estado en 41 sociedades claves para el entramado económico y productivo, además de desprenderse de un enorme fondo anticíclico calculado en 76.000 millones de dólares. Con esta decisión, Milei le abre la puerta a BlackRock y otros fondos de inversión interesados en “comprar barato” los activos argentinos. Las empresas con participación estatal que festejan la decisión oficial son Molinos Río de la Plata, donde ya participa el fondo de Larry Fink, Cresud, del empresario Eduardo Elsztain – financista de Milei-, Pampa Energía, el grupo Techint, Clarin, Telecom y Aluar, entre otras.
“Facúltase al Poder Ejecutivo nacional a proceder a la enajenación de las participaciones accionarias o de capital del Estado Nacional y/o sus entidades en toda empresa privada, que no le otorguen la mayoría de capital social necesario para ejercer el control de tales entidades, para lo cual se aplicarán en lo pertinente los procedimientos previstos en el Capítulo II de la Ley N° 23.696”, puede leerse en el artículo 9 del proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo.
El artículo se refiere a las sociedades que integran el FGS, creado luego de la recuperación de los fondos de las ex AFJP, a partir del decreto 987/2007. El establishment local consiguió con esta decisión uno de sus principales anhelos desde la creación misma del Fondo: sacarse de encima al Estado, a pesar de que la asociación público – privado les tributó enormes rentabilidades, reflejadas en los balances que se publican trimestralmente en la Comisión Nacional de Valores.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Por ende, la oposición del sector privado a una participación plena del Estado dentro del directorio de este conjunto de 41 empresas, asientos ganados a partir de que se le pusiera fin al negocio financiero de las AFJP, se explica por su rechazo ideológico hacia cualquier rol del Estado dentro de la economía. Por eso Milei llegó para cumplirles un sueño.
El ex presidente Macri también les había prometido la liquidación del FGS, en el momento en envió el proyecto de la reforma jubilatoria, donde se incluía un artículo que habilita la venta de las acciones de empresas privadas del FGS. Pero no pudo concretarles su sueño.
MÁS INFO
La ideología sí existe
El rechazo del establishment vernáculo a la participación del Estado dentro de sus empresas nada tenía que ver con una ecuación económica. Lo que les molestaba a los popes de la Asociación Empresaria Argentina era la potencial injerencia de la administración nacional para direccionar inversiones que tuviesen un impacto favorable hacia el conjunto de la población, siempre en el marco de la Ley de Sociedades.
Desde esa misma participación, el Estado contaba con una herramienta clave para regular las prácticas abusivas de los sectores concentrados e incidir en sus inversiones y política de precios, como un accionista más. O, mejor dicho, como un jugar del mercado más.
Por ejemplo, cuando el kirchnerismo era kirchnerismo, el Estado cuestionó las propuestas de honorarios para directores por encima de los aumentos promedio de salarios o de los valores del mercado; también, se incidió y batalló en las reuniones de directorio para que Clarín se amoldase a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Un caso clave fue el de Siderar: con la intervención de Axel Kicillof, la empresa cedió ante el pedido estatal para instalar otro horno de colada continua para aumentar la producción.
Entre 2019 y 2023, el FGS fue utilizado por el Frente de Todos simplemente como un ente financiero para mediar en las operaciones bursátiles cursadas a través del contado con liquidación, ante posibles corridas financieras. Nada de fondo anticíclico. Vale recordar que gracias a la creación del FGS se pudo implementar la Asignación Universal por Hijo (2008). Recuerdos de una argentina inclusiva.
Milei va por la liquidación total de estos recursos.
MÁS INFO
Alfombra roja para BlackRock
“A BlackRock solo lo veo interesado en invertir en caso de concretarse alguna de las privatizaciones prometidas por Milei o la venta del FGS”. La afirmación fue premonitoria. Cuando faltaban tres días para la asunción de Milei, el ex presidente del BCRA, Miguel Pesce, trazó este panorama durante una conversación con El Destape. Con el proyecto de ley ómnibus, Milei allana el camino para privatizar las empresas públicas y liquidar el FGS. BlackRock afila sus colmillos.
El Estado posee el 20% de las acciones de Molinos Río de la Plata, donde el fondo de Larry Fink ya tiene injerencia. La sociedad de la Familia Perez Companc también apuesta a quedarse con Renova, el principal activo que poseía Vicentin. La empresa dedicada al procesamiento de soja en aceite pertenecía a Viterra, que este año se fusionó con Bunge. BlackRock también posee acciones dentro de la cerealera de origen europea.
El dueño de Techint, Paolo Rocca, también festeja, ya que el Estado debería desprenderse del 26% de las acciones de Ternium. La lista se hace extensiva a todos los representantes de AEA, Telecom, el Grupo Clarin, Pampa Energía, y otras empresas energéticas.
Por otro lado, el FGS cuenta con una pequeña participación dentro de YPF (1,2%); BlackRock ya posee casi el seis por ciento de sus acciones. Fink ya avisó que su interés está puesto en Vaca Muerta, probablemente a través de una mayor participación dentro de la petrolera de bandera.
La dupla Caputo – Bausili se apresta a comenzar el raid privatizador vía deuda externa y la ayuda de los grandes fondos de inversión.