El Sindicato de Conductores y Motoristas Navales (Siconara), junto a demás gremios del sector, realizó un banderazo en el Monumento de los Pescadores de Mar del Plata para defender la "soberanía nacional" y rechazar el DNU y la Ley Ómnibus que pretende modificar la Ley Federal de Pesca Marítima.
“La modificación a la Ley de Pesca que contempla la llamada “Ley Ómnibus” implica, lisa y llanamente, la entrega del mar Argentino a las potencias pesqueras extranjeras y debilita el federalismo al disminuir las funciones y atribuciones del Consejo Federal Pesquero y otorgarle mayor poder de decisión al funcionario del área que designe el Poder Ejecutivo”, destacó Mariano Vilar, Secretario General del Siconara y agregó: “Además, elimina la obligatoriedad de descargar en puerto argentino poniendo en riesgo el trabajo de miles de trabajadores portuarios y del transporte, favoreciendo la pesca sin control al hacer prácticamente imposible el control de las descargas”.
Los argumentos de los trabajadores
En ese sentido, el gremialista explicó que “la modificación permite la entrega del mar argentino a las potencias pesqueras extranjeras que podrán acceder a uno de los más importantes caladeros -zonas de pesca- de especies para consumo humano del mundo, sólo pagando un ´cánon´, y detalló que “este sistema de licitar internacionalmente el acceso a la Zona Económica Exclusiva sólo se justifica cuando el país ribereño carece de industria pesquera propia. No es el caso de la Argentina que posee una muy importante y eficiente industria pesquera”.
En esa misma línea, Vilar sostuvo que “la pesca argentina hace décadas que dejó de ser una actividad meramente extractiva para convertirse en una rama de la industria de la alimentación. Una flota compuesta por más de 800 buques que realizan desde la llamada “pesca industrial” hasta la denominada “artesanal” y que abastece a numerosas plantas de procesamiento distribuidas a lo largo de todo el litoral atlántico, generando miles de puestos de trabajo y transformando la materia prima extraída del mar en un alimento codiciado por los mercados internacionales por su calidad”, y afirmó “abrir nuestro mar a las potencias extranjeras desconociendo, por decir lo menos, la realidad de la pesca marítima argentina, es un claro retroceso que no tiene justificación legítima alguna.
Además, resaltó que “la pesca argentina está conformada por numerosas empresas -de capital nacional y extranjero- que deben cumplir las rigurosas medidas de administración pesquera dictadas por el Consejo Federal Pesquero para evitar la depredación de los recursos”, y mencionó que “no está concentrada ni sobreprotegida". Por el contrario, "sufre una alta presión impositiva -nacional, provincial y municipal- pese a lo cual genera alrededor de 50.000 puestos de trabajo en forma directa y con las actividades que le sirven de soporte -astilleros, tallares navales, transporte y estiba- desde Mar del Plata hasta Ushuaia, contribuye con el 3% de las exportaciones totales del país y, además, es la guardiana de nuestra soberanía en el océano Atlántico Sudoccidental”.