Los jubilados no comenzarán a perder contra la inflación recién con el cambio de la fórmula de movilidad propuesta en la ley ómnibus, sino que eso ya está ocurriendo. Esta semana, el Gobierno confirmó que el monto del bono de febrero que reciben con sus haberes será el mismo que el de diciembre pasado, por lo que el mes que viene, según las previsiones inflacionarias, habrá perdido un 44% de su valor desde la asunción de Javier Milei.
El último miércoles, el Gobierno oficializó, mediante el decreto 81/2024 publicado en el Boletín Oficial, “una ayuda económica previsional por un monto máximo de $55.000, que se abonará en el mes de febrero de 2024" para jubilados y pensionados que reciben la jubilación mínima. Al mismo tiempo, habrá una escala para que ningún jubilado cobre menos de 160.712,61 pesos.
De esta forma, prosiguió con la misma política que el gobierno de Alberto Fernández, que en los últimos años, dado que la fórmula de movilidad todavía vigente no contempla un mecanismo de indexación por inflación, había otorgado bonos complementarios a discreción con el objetivo de que los jubilados y pensionados no perdieran contra la suba de precios.
La diferencia, sin embargo, es que el gobierno de Milei congeló el monto del bono. Este ya había sido de 55.000 pesos en diciembre, según lo determinado por el gobierno peronista saliente. Pero también fue de 55.000 pesos en enero y lo mismo ocurrirá en febrero. Es decir, un jubilado con la mínima cobrará en febrero 160.000 pesos, lo mismo que en diciembre.
La inflación siguió el camino contrario. En diciembre fue de un 25,5% según el Indec, la más alta en 32 años. Para enero, las consultoras y bancos esperan un promedio de otro 25% y para febrero un alza de precios del 18,2%, según el REM elaborado por el Banco Central.
Martín Epstein, economista del CEPA, calculó que, tomando estos datos provisorios de inflación, el bono otorgado a los jubilados en febrero habrá presentado una pérdida del 44,12% en su valor real respecto al que tenía en diciembre. Es decir, el bono de 55.000 pesos otorgado en febrero equivaldrá a 30.731 pesos tomado a valores de diciembre, perdiéndose más de 24.000 pesos en términos reales por no aumentar.
En otras palabras, agregó Epstein, aplicando la misma proyección de la inflación del REM del BCRA, el bono debería ser en febrero de 86.281 pesos para que no pierda nada de valor. "En dos meses, por no ajustar bonos se pierden de cobrar 45.306. Casi un bono más", señaló el economista.
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Con el monto congelado, los 160.000 pesos de jubilación mínima (bono incluido) quedaron apenas 4.000 pesos por encima del salario mínimo, también congelado ya que el Gobierno demora la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil.
De hecho, la normativa establece que ningún jubilado con al menos 30 años de aportes puede cobrar menos del 82% del salario mínimo, por lo que estos jubilados cobrarán en febrero un extra de 22.000 pesos para alcanzar un haber mínimo de 127.920 pesos. Sin embargo, ello implica que, entonces, el bono que recibirán será menor, ya que el decreto que lo oficializó establece que "para aquellos titulares que, por la suma de todas sus prestaciones vigentes, perciban un importe superior al monto de 105.712,61, la ayuda económica previsional será igual a la suma necesaria hasta alcanzar el tope de 160.712,61 pesos".
Al ajuste del bono se le sumará el que sufrirán los jubilados por el empalme con la nueva fórmula jubilatoria, si es que la ley ómnibus es finalmente aprobada por el Congreso. La propuesta del Gobierno es una nueva fórmula indexada a la última inflación conocida, pero recién desde abril, por lo que, la primera inflación que tomaría es la de marzo. De este modo, no incluiría la suba de precios de enero y febrero, cuando se espera el pico inflacionario de la era Milei. Según calculó el propio CEPA, la pérdida real de las jubilaciones sería así de 20 puntos.