La reforma previsional con la nueva fórmula de haberes aprobada este jueves por el Senado mantiene el esquema de actualización por inflación incluido por el DNU del gobierno de Javier Milei, pero se suman algunos adicionales para mejorar a futuro los ingresos de los jubilados y recuperar lo perdido hasta ahora.
La iniciativa busca introducir un 8,1 por ciento adicional retroactivo a enero, que se sumaría al 12,6 por ciento, que se utilizó a modo de empalme, para llegar a un total de 20,6 por ciento de recomposición, equivalente a la inflación que informó el INDEC para el primer mes del año. El aumento acumulado en los primeros nueve meses del año para la jubilación mínima, con la nueva fórmula, será de 73,3 por ciento, lo cual permitirá mejorar su poder adquisitivo en aproximadamente 7,9 por ciento en el período. No obstante, el presidente Javier Milei aseguró que la vetará.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Un brief difundido este fin de semana por parte de Agustín Salvia, sociólogo y director del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) describió la evolución del poder adquisitivo de la jubilación mínima desde el año 2021 y precisó que, si no se considera el bono de 70.000 pesos, esta tocó en febrero pasado el nivel más bajo de los últimos 23 años, situándose incluso por debajo del poder de compra que tenía el haber previsional mínimo a principios de 2002, en el peor momento tras el colapso de la convertibilidad, la devaluación del peso y la aceleración inflacionaria.
La reforma actualiza los haberes por el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La ley aprobada en la Cámara alta establece un aumento adicional una vez al año (en marzo) por el 50 por ciento de la diferencia entre la variación salarial y la evolución de los precios en un mismo período de tiempo (si existiera una recuperación del salario por encima de la inflación). En la redacción se fijó que la jubilación mínima será de 1.09 respecto del valor de la canasta básica total de un adulto (actualmente en 291.472 pesos), por lo que un jubilado que cobra la mínima no podría percibir menos de 317.704,50 pesos.
De esta manera, en caso de que el índice de inflación quedara por debajo del de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estatales (RIPTE), los jubilados recibirían el 50 por ciento de esa diferencia a través de un ajuste semestral. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) los cambios en la movilidad significarían un gasto extra del 0,45 por ciento del PBI en todo el año.
“Las disposiciones del proyecto prevén una trayectoria diferencial para los haberes mínimos respecto del resto de los haberes: en el caso de los primeros, la incorporación de los 70.000 pesos al haber sumado al 30 por ciento de incremento adicional a la movilidad del mes, llevarían a dicho segmento de haberes a una recuperación real del 69,8 por ciento en mayo”, señala la OPC. La recuperación alcanzada sería del orden del 31,6 por ciento. Hacia diciembre de 2024 con la aplicación del proyecto se verificaría una recomposición del 124,9 por ciento en el poder de compra de los haberes mínimos y del 74,3 por ciento en los haberes superiores, mientras que asciende al 9,5 por ciento en el caso del DNU 274/24 y al 24,4 por ciento con la Ley 27.609.
"La nueva movilidad jubilatoria que garantiza que la jubilación mínima sea siempre un 9 por ciento mayor que la canasta básica total (CBT que actualmente es de 291.472 pesos) implica un aumento del 40,1 por ciento respecto de la jubilación actual. Esto, generaría una fuerte recuperación de las jubilaciones dado que implícitamente la jubilación mínima incluiría el presente bono y ahora sería sensible a futuros aumentos (el bono por 70.000 pesos se encuentra congelado desde diciembre del año pasado). Vetar esta ley sería continuar el relato del equilibrio macro a costa del sufrimiento de los jubilados", explicó a El Destape Lucas Gobbo, economista de la Universidad Nacional de Avellaneda. ,
Los cálculos del Observatorio de la UCA, que actualizó y expresó todos los valores a precios de julio de 2024, en febrero pasado el valor de la jubilación mínima, sin bonos (siempre a precios del mes pasado) fue de 144.992 pesos, por ende inferior a los 156.738 que a valores actualizados tenía la jubilación mínima de principios de 2002. Cuando se tiene en cuenta el bono, el primer valor se eleva a 220.457, superando en casi 41 por ciento el valor de la mínima a principios de 2002. El monto real de estos haberes cayó entre 2013 y 2023 algo más del 40 por ciento sin considerar los bonos no remunerativos (de 424.486 a 246.876); y del 25 por ciento si se considera el haber extra de los bonos (321.224 pesos).
Entre febrero y julio de 2024, la recuperación habría sido de 30 puntos porcentuales para el haber jubilatorio sin bono y de 33 puntos porcentuales para el haber mínimo con bono. “Esto implicó que los haberes reales de este último mes superaran a los de diciembre, pero no así a los bonificados. Igualmente, ambos todavía están por debajo de los haberes promedio de 2023″, concluye el informe de la UCA.
Cerrar sesión