El bono que pagará la Anses en abril a los jubilados que reciben el haber mínimo quedará más de 20.000 pesos por debajo del que debería otorgarse para que estos no pierdan ingresos reales frente a la inflación acumulada. Mientras los esquemas de compensación quedan por detrás de los precios, en el Congreso se amasa la trampa final para hundir el gasto del sistema previsional.
El gobierno de Javier Milei formalizó el otorgamiento de un bono de $ 70.000 para jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo. Lo hizo a través de un decreto publicado en la mañana de este jueves en el Boletín Oficial. Así, ningún jubilado cobrará en marzo menos de 204.446 pesos, ya que quienes reciban más que el haber cobrarán un bono proporcional hasta llegar a ese valor.
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Jubilaciones de pobreza
Para marzo, las consultoras y bancos esperan, en promedio, una suba de precios del 14,3%, según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Banco Central. Por ello, el aumento del bono quedará muy por detrás de la inflación arrastrada.
Según estimó para El Destape la economista del CEPA Carolina Berardi, teniendo en cuenta esta estimación de la suba de precios del REM para marzo, el bono a otorgar en abril debería ser de 94.000 pesos para que los jubilados puedan recuperar el poder adquisitivo perdido. Es decir, de 24.000 pesos más que el que realmente será entregado.
De hecho, tal como viene sucediendo en los últimos meses, un jubilado que cobra la mínima, como es el caso de aproximadamente el 65% de los titulares, quedará en abril por debajo de la línea de la pobreza. Los 685.041 pesos que actualmente se estiman que son necesarios para abonar los costos básicos que tienen los adultos mayores están muy lejos de la jubilación mínima, que se ubica en 134.445 y que alcanza los 204.445 pesos, incluyendo el bono de $ 70.000. En tanto, el haber medio de los jubilados que no recurrieron a las moratorias es de 299.407 pesos.
Por el lado de la Pensión para Adulto Mayor (PUAM), el programa dirigido a personas mayores de 65 años que no reúnen los 30 años de aportes requeridos para tramitar la jubilación ordinaria, actualmente está en 107.556,24 pesos. Mientras que con los $70.000 del bono de refuerzo, el monto a cobrar escala a un total de 177.557.
Convalidar el ajuste
Según la nueva ley ómnibus, la nueva fórmula de movilidad jubilatoria incluida en el megaproyecto convalida una pérdida de poder adquisitivo de 17 puntos como piso para los jubilados que cobran la mínima y un esquema de actualización automática vía inflación que no permitirá recuperar todo lo que perdieron desde diciembre.
¿Cómo funcionarían los aumentos mensuales? El Indec publica la inflación a mediados de cada mes, mientras que la Anses paga las jubilaciones y pensiones desde principios de cada mes. El texto explica que el aumento será correspondiente al segundo mes inmediato anterior al de la prestación a actualizar. Es decir, en abril se pagaría un aumento que replique la inflación de febrero, en mayo se abonaría con los datos de marzo y así sucesivamente. Por una cuestión de difusión de datos, habría un desfasaje de un mes en forma constante.
Si se convalida la pérdida del último bimestre, los jubilados no recuperarían nunca esa diferencia. Sus haberes correrían de forma paralela a la evolución de una inflación que abre dos problemas para el gasto previsional: si es baja ajusta los ingresos, y si es alta, se convierte en insostenible a mediano y largo plazo.
En un contexto en el que se contrae la economía, los salarios reales caen y se destruyen puestos de empleo registrado, una fórmula que tenga Índice de Precios al Consumidor otorgaría un incremento mayor respecto al que brindaría una que tenga salarios y recaudación; sin embargo, también es cierto que, en un contexto de crecimiento económico y recuperación de los salarios, la única forma de que los jubilados y pensionados participen de esa ganancia es a través de la inclusión de esas variables en la fórmula de actualización.