Lo que cobran de bolsillos los jubilados con la mínima no solo es menor, en términos reales, a lo que cobraban exactamente antes de la asunción de Javier Milei, sino que además ese valor se redujo mes a mes durante el último cuatrimestre, y lo volverá a hacer ahora.
Concretamente, el haber mínimo real, con bono incluido, caerá nuevamente en octubre, como lo viene haciendo desde junio pasado, si te toma como referencia el valor real que tenía en noviembre de 2023.
Así lo calculó el economista Lucas Gobbo, del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAv). Según mostró, la jubilación mínima más bono era de 124.460 pesos en noviembre pasado. Manteniendo los precios constantes de ese momento (o sea, descontando la inflación), las jubilaciones reales alcanzaron su máximo en diciembre (128.093 pesos) con el aumento de movilidad de ese mes bajo la fórmula vieja.
Luego, ante la ausencia de aumentos bajo esa fórmula, y el congelamiento del bono, el cobro de bolsillo de los jubilados con la mínima cayó a un mínimo real en febrero de 2024 (93.783 pesos). La tendencia volvió a invertirse en marzo, con el último aumento bajo la vieja fórmula, el nuevo decreto de Milei que indexó los aumentos, los porcentajes de compensación y el incremento del bono. De este modo, se inició una racha de subas reales del haber mínimo con bono que tuvo lugar entre marzo y junio, para alcanzar un máximo de 122.788.
Sin embargo, la tendencia se revirtió una vez más desde entonces. Entre junio y octubre, el haber mínimo con bono volvió a caer en términos reales. Así, tomando valores reales de noviembre de 2023, bajó de 122.788 en junio a 121.707 en julio, 120.840 en agosto, 119.765 en septiembre y 119.431 en octubre, calculó Gobbo.
En pocas palabras, el gobierno de Milei les hizo perder a los jubilados con la mínima el poder adquisitivo (ya de por sí bajo) que tenían al momento de su asunción. Pero, además de eso, ese poder adquisitivo estuvo reduciéndose progresivamente en el último cuatrimestre (julio-octubre). Cabe aclarar que, incluso pese a las subas intermensuales entre marzo y junio, el poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas con bono nunca recuperó su valor de noviembre pasado.
La caída de la jubilación real con el bono de julio a octubre se debe al congelamiento del bono mismo, fijado en 70.000 pesos desde marzo pasado. Por lo tanto, la indexación, en base a la inflación, de las jubilaciones solo afectó al haber mínimo propiamente dicho (excluyendo el bono).
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Aun así, Gobbo aclara que parte de este efecto se morigera debido al rezago de dos meses que tiene la actualización por inflación. Eso lleva a que la caída de la inflación entre marzo y mayo dé lugar a aumentos altos en meses en los que la inflación fue menor (por ejemplo, en junio, con inflación de 4,6%, los jubilados recibieron un aumento del 8,8% por la inflación de abril). Al contrario, el estancamiento de la inflación por encima de 4% a partir de mayo hizo que este efecto a su vez se atenúe, y se genere esa caída en el poder adquisitivo de las jubilaciones respecto a noviembre.
Como dice Milei, los jubilados ganan más en dólares que en noviembre pasado, aunque simplemente porque el propio Gobierno resolvió atrasar el tipo de cambio como ancla contra la inflación. Sin embargo, el cálculo de Gobbo muestra que los jubilados perdieron porque nunca en todo el mandato mileísta llegaron a cobrar más que en el mes inmediatamente previo a su asunción. Y, aun más, muestra que perdieron cada vez más en pesos durante el último cuatrimestre.
Es este contexto el que explica que, pese a ganar más en dólares como casi cualquier asalariado, los jubilados hayan sido el grupo en el que proporcionalmente más creció la pobreza durante el primer semestre, que pasó de afectar al 17% de ese universo a afectar al 29%.