El gobierno de Javier Milei repitió el superávit financiero en febrero por segundo mes consecutivo, lo que el ministro de Economía, Luis Caputo, festejó como parte del camino hacia la normalización económica. Sin embargo, un tercio de este "logro" fue producto del recorte en las jubilaciones, a lo que se le suma la quita de subsidios a la energía.
Según destacó el Palacio de Hacienda la semana pasada, el superávit fiscal del Sector Público Nacional fue de $1,2 billones en febrero pasado. Tras el pago de intereses por $894.412 millones, se registró un superávit financiero por $338.112 millones. De este modo, se repitió este resultado fiscal positivo por segundo mes consecutivo, ya que en enero el superávit financiero había sido de $518.408 millones.
El propio Caputo salió a destacar el dato en sus redes sociales. "El resultado fiscal de febrero arrojó nuevamente superávit financiero", dijo mostrando los números del mes pasado en un posteo en X (Twitter). Incluso, adelantó el anuncio oficial por cinco días, ya que fue publicado el viernes pasado cuando estaba originalmente previsto para el 20 de marzo.
Sin embargo, este superávit "no es producto de un incremento en la recaudación sino de un brutal derrumbe del gasto de 36,4%", que se explica "por la caída de todas las partidas presupuestarias, la mayoría con reducciones reales de dos dígitos", advirtió un informe del CEPA. Concretamente, los ingresos totales en febrero fueron de $5,5 billones, con una caída de 6,3% ajustado por inflación, debido sobre todo a la caída en tributos asociados a la actividad (del 22 en aportes y contribuciones a la seguridad social, del 2% en débitos y créditos -2%, así como en el IVA interno).
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Pero el CEPA explicó cómo se logró la caída del gasto en un 36,4% que permitió llegar al superávit el mes pasado. "De cada $100 de ajuste en febrero, $35 correspondieron a recortes en jubilaciones, siendo el principal factor explicativo de la reducción real del gasto. Le siguen en importancia los gastos de capital (que aportaron el 23,7% del ajuste total) y los subsidios económicos, principalmente energéticos (por la falta de transferencias a CAMMESA), que impactaron en la suba de tarifas tanto de transporte como de gas y luz", desagregó el informe.
Además, "las transferencias a provincias se redujeron 85% en términos reales, principalmente explicadas por la eliminación del FONID y del Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires, un punto que generó una enorme conflictividad con los gobernadores durante todo el mes pasado.
"Con un superávit fiscal acumulado de $3,2 billones en el primer bimestre del 2024, es probable que se cumpla la meta fiscal modificada por el FMI, que requiere un superávit de $962.000 millones para el primer trimestre del año", remarcó el CEPA.