Con la nueva fórmula jubilatoria, los haberes que paga la Anses se actualizarán por el índice de inflación desde julio. Sin embargo, la Anses aclaró que en la transición de una fórmula a la otra, en abril y mayo se repetirá este esquema. Con el último dato de inflación de marzo, ya se puede confirmar el incremento de las jubilaciones a partir de mayo.
El Índice de Precios al Consumidor de marzo arrojó una suba del 11%, por lo que las jubilaciones y el resto de las prestaciones que paga Anses subirán en ese mismo sentido. De esta forma, el haber mínimo llegará a los $ 190.050,87.
La nueva fórmula podría congelar jubilaciones en niveles por debajo de las últimas dos décadas
Un informe privado alertó que “aunque en los próximos meses se espere una leve recuperación, el nivel real quedará muy por debajo del de 2023 y será menor que en las dos décadas previas”. En concreto, “el poder adquisitivo de julio de 2024 será equivalente al del año 2001” lo que impacta en la calidad de vida de las personas mayores que, además, podrían verse afectadas por la intención del oficialismo de eliminar vía las reformas en el Congreso el sistema de moratorias, en un país donde solo uno de cada 10 mujeres y tres de cada 10 hombres en edad de jubilarse cuentan con los aportes para hacerlo.
Así lo advirtió un documento elaborado por el Centro CIFRA-CTA al que accedió este medio donde se indicó que desde el 2015 las jubilaciones y pensiones vienen enfrentando un “continuo deterioro” de su poder de compra, situación que se agravó “con la asunción del nuevo gobierno y una nueva escalada en el nivel inflacionario” sumado a que “se ha convertido en el principal pilar de la reducción del gasto público”.
En detalle, entre noviembre de 2023 y marzo de 2024 la pérdida de poder adquisitivo de la jubilación mínima alcanzó el 21,5% en tanto que en el primer trimestre del año el poder de compra promedio fue menor que en 2002. Desde el centro de estudios, aseguraron al respecto que las medidas económicas actuales para las y los jubilados persiguen “un doble objetivo”. Por un lado, “reducir el gasto público real y liberar recursos fiscales para el pago de los intereses y el capital de la abultada deuda con el Fondo Monetario Internacional” y, por otro, “contribuir a la política general de licuación del poder adquisitivo de los ingresos”.