En marzo, el piso de aumento por Movilidad Jubilatoria sería del 29,8% y la jubilación mínima se ubicaría en $ 137.203. De esta forma, el poder adquisitivo de los haberes se desplomará 30 puntos, producto del fogonazo inflacionario que promovió el gobierno de Javier Milei.
Según datos del Centro de Política Económica (CEPA), la conjugación de aumentos del índice de remuneración imponible promedio de los trabajadores estables o RIPTE (28,60%), la proyección de aumento de salarios medidos por Indec (28,61%) y la recaudación (30,68%) arroja una base de aumento del 29,8% para los jubilados. La movilidad que regirá a partir del próximo mes impacta en todas las jubilaciones, pensiones y asignaciones de la Anses, alcanzando a más de 17 millones de beneficiarios (7,4 millones de jubilados y pensionados).
Este dato se encuentra muy por debajo de las expectativas de inflación para las estimaciones del período enero-marzo, comparable con el período alcanzado por la movilidad. La inflación estimada en el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central (REM) del Banco Central del período mencionado (enero-marzo, considerando que la mejora compensa la inflación pasada) se espera que ascienda a 60,1% en el trimestre.
A cuánto se irá la mínima, la PUAM y la AUH
- Jubilación Mínima: $ 137.203,8
- Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM): $ 109.758,7
- AUH: $ 26.801,2
El anuncio de diciembre había incluido un bono de $ 55.000 para aquellos que cobran una jubilación mínima. Además, dicho bono también lo cobrarán aquellos que perciban haberes superiores a la mínima, pero inferiores a $ 160.713. En estos casos el refuerzo iba decreciendo progresivamente, por lo cual ningún jubilado percibió, a partir de diciembre de 2023, menos de $160.713,4. Este refuerzo implicó una sustancial mejora del ingreso del 84% de los jubilados mientras se mantuvo su aplicación, en clave de compensación de la inflación.
La actual administración de Milei decidió prolongar este bono durante los meses de enero y febrero, pero congeló el monto en $ 55.000, generando un fuerte atraso en su valor. En efecto, en febrero debió haber sido de casi $ 100.000 para acompañar la variación de precios de enero y febrero.
La preocupación principal reside en la continuidad o no del bono y en el eventual monto a futuro. Esto se debe a que entre los rubros que configuran el ajuste fiscal planificado por el Gobierno, se encuentran 0,4 puntos sobre PBI correspondiente a jubilaciones. Si se suspendiera el pago del bono, ello sería una reducción nominal del haber mínimo del 34%, lo cual sumado a la fuerte aceleración inflacionaria llevaría a los de jubilados a una situación crítica. En términos de gasto previsional, de eliminarse el bono, ello implicaría un ahorro del 17% del gasto.