En contraposición con los dichos del presidente Javier Milei sobre una supuesta recuperación de la actividad económica, los salarios y la inflación, las principales consultoras anticipan una profundización de la crisis. Los informes preliminares sobre el tercer mes de este año anticipan una caída de la actividad económica que superaría el 10 por ciento, llegando a casi el 15 por ciento para algunas mediciones, siendo el peor registro desde marzo del 2020, cuando se desató la pandemia de COVID-19. En declaraciones radiales, la economista Marina Dal Poggetto, directora de EcoGo, pronosticó que la actividad económica cayó 10 por ciento en marzo respecto de igual mes de 2023, producto del desplome de ventas –lo que explicaría una leve moderación de la inflación- y advirtió sobre el incremento de los costos de las empresas.
Otra consultora que advierte sobre una profundización de la actual recesión fue la de Orlando Ferreres. De acuerdo con el Índice General de Actividad de la entidad, el nivel general de actividad registró una caída de 9,7 por ciento interanual en marzo de 2024, acumulando para el primer trimestre del año una contracción de 6,8 por ciento. Incluso, el relevamiento realizado por la institución que suele enunciar el Presidente ofrece un panorama aún más oscuro. La Universidad Torcuato Di Tella publica su “Índice Líder” de actividad económica, que en términos interanuales, arrojó en marzo un retroceso de 14,86 por ciento, mientras que la tendencia-ciclo arroja un 13,29 por ciento interanual.
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Sin espacio a repreguntas ni contrastaciones, Milei enunció este lunes una serie de supuestos datos que, según él, evidenciarían una recuperación salarial producto de una reducción inflacionaria, aunque ese descenso se explica meramente por un congelamiento en las ventas que genera un sobre-stock que se termina liquidando a menores precios. El único dato que reconoció Milei es el de actividad económica, donde el líder anarco capitalista anticipó como “el peor momento”, aunque buscó suavizar el dato negativo asegurando que “se está tocando un piso”.
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Los informes que se van conociendo en las últimas horas evidencian una profundización en la recesión que lejos se encuentra de tocar fondo. Por el contrario, todo indica que se acelera el desplome económico. El INDEC informó la semana pasada que en febrero la economía se había contraído por cuarto mes consecutivo en comparación contra el año anterior, anotando una baja de 3,2 por ciento interanual. Para marzo, la caída se habría más que triplicado.
Desde EcoGo, la economista Dal Poggetto estimó que la actividad económica cayó 10 por ciento en marzo a raíz de un desplome en las ventas, y advirtió por el incremento de los costos de las empresas. “Lo que tenés es un contexto extraordinariamente recesivo, donde las caídas en las ventas que se están viendo son muy, muy agresivas. Hay sectores cuyas ventas caen 45 por ciento, 50 por ciento o 30 por ciento; o sea, consumo masivo. En ese contexto lo que se está viendo es un aumento en los costos”, detalló la titular de la consultora en declaraciones radiales.
Esta caída en las ventas es la que explica la desaceleración inflacionaria. Según la economista, entre diciembre y enero, casi el 90 por ciento de los precios subían todas las semanas, mientras que, ahora, ese porcentaje baja al 40 por ciento. "Es decir, sigue habiendo subas de precios pero no todas las semanas. Y de hecho, algunos caen. Por eso, estimamos que la inflación de abril estaría entre el 8 y el 9 por ciento”, agregó. Respecto de su relación con los salarios, Dal Poggetto sostuvo que “hay una descomposición de los ingresos de los trabajadores informales y una recomposición de los ingresos de los formales y del sector público, que compensan muy parcialmente la caída de los últimos dos meses”.
Desde la Universidad Di Tella anticipan un desplome todavía mayor, de 14,86 por ciento con respecto a marzo de 2023. “La serie tendencia-ciclo del ILCIF cae 1,85 por ciento en marzo de 2024 respecto al mes anterior”, advierte el Centro de Investigación y Finanzas de la Di Tella. La entidad que dirige Sebastián Auguste y cuenta entre sus investigadores a los economistas Juan José Cruces, Martín González Rozada y Eduardo Levy Yeyati, anticipa que en marzo de 2024, la probabilidad de salir de la fase recesiva de la actividad económica durante los próximos meses se ubica en apenas el 1,74 por ciento.
Por su parte, el Índice General de Actividad de la consultora Orlando Ferreres registró una caída de 9,7 por ciento interanual en marzo de 2024, acumulando para el primer trimestre del año una contracción de 6,8 por ciento. Por su parte, la medición desestacionalizada registró un descenso de 1,3 por ciento respecto del mes previo. Por sectores, las mayores caídas anuales de marzo se produjeron en la industria manufacturera (-12,8 por ciento), Comercio (-13,5 por ciento), y Construcción (-24 por ciento), mientras que los sectores que lograron continuar expandiéndose fueron Agricultura y ganadería (+10,5 por ciento), y Minas y canteras (+3,8 por ciento), dos actividades que no son mano de obra intensiva (es decir, no generan mayor nivel de empleo).
“Para los próximos meses esperamos que continúe la fase recesiva del ciclo económico. La posible recuperación del segundo semestre dependerá de que se ordenen las variables macro, particularmente las expectativas inflacionarias, y dependerá también de un buen ingreso de divisas por la cosecha gruesa y una eventual salida del cepo cambiario”, señala el informe de Orlando Ferreres. En ese sentido, coinciden las estimaciones recogidas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que proyecta cerrar el año con un retroceso del Producto Interno Bruto del 3,5 por ciento, aunque algunas estimaciones ubican ese desplome por arriba del 4 por ciento.
En tanto, desde la Encuesta Analogías se destaca que, pese a los dichos de Milei, la inflación y la caída de los salarios constituyen las principales preocupaciones de los argentinos (55 por ciento) seguida por la corrupción de la dirigencia política (23 por ciento) y el desempleo (15 por ciento. “Ante la pregunta sobre si hay o no alternativas al programa de ajuste para obtener resultados a quince o veinte años como propone el Presidente, las respuestas se igualan en alrededor de 40 puntos de la muestra. La respuesta “no hay alternativa” perdió 7 puntos desde el mes de enero”, concluye la muestra.