El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció ayer una serie de medidas "de emergencia económica". En su alocución no hizo mención ni a jubilados ni asalariados, como así tampoco a la industria y la producción. Sin embargo, el paquete de medidas afectará directa e indirectamente al sector manufacturero por el incremento de impuestos y un dólar más caro para la importación de insumos primarios e intermedios. Además, como se comunicó en el Boletín Oficial este miércoles, se llevará la tasa de interés para cancelación de deudas vencidas a una friolera de 355 por ciento anual.
“El resultado inevitable de este experimento repetido será: aumento de la pobreza y la indigencia, industricidio, desocupación, mayor concentración de la riqueza y dependencia externa”, resaltaron en un comunicado desde el movimientos productivo 25 de Mayo.
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El titular del Palacio de Hacienda confirmó que el tipo de cambio oficial va a pasar a valer 800 pesos, para que los sectores productivos tengan realmente los incentivos adecuados para aumentar la producción. “Esto va a estar acompañado por un aumento provisorio del impuesto país a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias”, señaló el ministro.
Respecto de los controles sobre la venta de dólares, buscó darle una solución que parece más un problema. “Reemplazaremos el sistema SIRA de importaciones por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación de licencias. Se termina así la discrecionalidad y se garantiza la transparencia del proceso de aprobación de las importaciones. El que quiera importar, ahora podrá hacerlo, y punto”, dijo el "Toto" Caputo.
Al respecto, el verdadero dólar al que se podrá importar se establecerá en 800 pesos del tipo de cambio oficial con un ajuste estimado de 2 por ciento mensual. Al mismo tiempo, sube a 17,5 por ciento el impuesto PAIS, llevando el dólar importador a 940 pesos (dólar oficial más 17,5 por ciento del Impuesto PAIS). De esta manera, los importadores obtendrán los dólares con fines productivos con un alza 156 por ciento de aumento, haciendo inviable la incorporación de bienes intermedios e insumos.
Muchas empresas deberán cerrar sus persianas ante la imposibilidad de afrontar este valor en un contexto de altísima inflación –mayor a la actual, como aseguró Caputo—y un estancamiento de la economía. Es decir, habrá menos ventas por tema precios, menos producción y, por ende, menos inversión y actividad; otros industricidio como en el menemismo y el macrismo.
La mayoría de estas empresas, además, cuenta con deudas comerciales estimadas en 30.000 millones de dólares y, ante la falta de dólares, atender la deuda con importadores se emitirán bonos que se adquirirán en pesos (logrando de esta manera sacar pesos en circulación). Estos instrumentos serán posibles de canjear para hacer frente con sus obligaciones. Estos bonos tendrán “más plazo”. Con lo cual, tampoco logra solucionarse el problema de la deuda comercial que afecta principalmente a las pymes.
Por su parte, el Banco Nación anunció un aumento para los préstamos con caución de certificados de obras se instrumentan por vía de adelantos en cuentas corrientes en los cuales los intereses se “perciben por periodo mensual vencido”. Para Usuarios considerados Micro, Pequeña y Mediana Empresa, “Determinación de la Condición de Micro, Pequeña y Mediana Empresa”, corresponderá aplicar, desde el 15/03/2021, la tasa BADLAR correspondiente a 5 días hábiles anteriores al inicio de cada período, con un alza de 5 puntos porcentuales.
Para usuarios que NO puedan ser considerados Micro, Pequeña y Mediana Empresa, de acuerdo a lo dispuesto por la “Determinación de la Condición de Micro, Pequeña y Mediana Empresa” a partir del 15/03/2021, corresponderá aplicar la Tasa BADLAR correspondiente a 5 días hábiles anteriores al inicio de cada período 10 puntos porcentuales. De esta manera, la tasa activa de préstamos irá de 76,80 por ciento anual hasta (en el caso de cartera vencida) a un refinanciamiento de 332 por ciento anual.
“Las improvisadas medidas económicas que acaba de anunciar el ministro de Economía y, con seguridad, las que intente implementar en el futuro, van en línea con el contenido del discurso inaugural del Presidente, desbordando de datos falsos y falacias, que tuvo el objetivo de justificar y desviar la discusión sobre el futuro de los argentinos y las argentinas. El resultado inevitable de este experimento repetido será: aumento de la pobreza y la indigencia, industricidio, desocupación, mayor concentración de la riqueza y dependencia externa”, señala el informe del Movimiento Productivo 25 de Mayo.
El documento advierte que “asfixiar el corazón productivo nacional impidiendo el acceso a la energía pagable, apuntando a la primarización de la economía al aumentar la carga tributaria en productos no agropecuarios y aniquilando el poder adquisitivo de la población que percibe ingresos medios y bajos es, efectivamente, retroceder los mentados cien años que pregona la flamante administración: es ir atrás un siglo como Nación soberana y como comunidad en desarrollo”.
Otra traba para la industria es la obligación de buscar financiamiento propio para sus exportaciones, imponiendo que adelanten el 80 por ciento en concepto de adelanto en el mercado oficial y el resto cuando se realice la venta. Este es el preámbulo de una liberalización total del tipo de cambio y una apertura indiscriminada del comercio exterior, que competirá por precios con la industria local, lo que derivará en la destrucción de la industria y, por ende, del empleo.
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