El salario mínimo, vital y móvil sufrió una caída brutal en los meses transcurridos del gobierno de Javier Milei. El salario mínimo actual, que asciende a 234.215 pesos y que no se actualiza desde el mes de mayo, tiene un poder de compra 32,1 por ciento menor del que tenía en noviembre de 2023, de acuerdo con el último informe de Cifra-CTA.
Desde la asunción del actual gobierno tuvieron lugar dos reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil en febrero y mayo. Ambas terminaron con laudos de la Secretaría de Trabajo, que fue la que determinó en definitiva los incrementos del año en curso.
Los aumentos nominales sumaron 60,5 por ciento respecto de noviembre de 2023, cuando en el mismo período se proyecta acumular una inflación superior al 136 por ciento. De este modo se consumó la pérdida real de prácticamente un tercio en el salario mínimo.
"Esta pérdida se suma a las importantes reducciones que tuvieron lugar en años previos, que superaron el 10 por ciento anual en los años 2018, 2019 y 2020. Así, en julio de 2024 el salario mínimo real se ubicó 43 por ciento por debajo del nivel que tenía en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 56,4 por ciento por debajo del de noviembre de 2015", señala el documento de la central obrera.
"Más aún, el valor es inferior incluso al vigente durante la mayor parte de la década de 1990. En ese entonces, como ahora, el nivel era tan bajo que este instrumento había perdido su rol como piso salarial, tal como se buscaba desde un gobierno que bregaba por la desregulación y flexibilización del mercado de trabajo.
El retroceso histórico se evidencia también en la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia. Este salario sólo sería suficiente en julio para comprar el 56,8 por ciento de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y un 25,6 por ciento de la canasta de pobreza, relaciones comparables a las vigentes en la crisis final de la convertibilidad en 2001/2002.
Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el actual mes de julio este salario hubiera sido prácticamente de 540.000 pesos y hubiese representado más del 143 por ciento sobre la canasta básica alimentaria aludida.