La inversión real superó el 20%, el mayor registro desde el kirchnerismo

Diciembre cerró en 20,2% del PIB. Con relación al período que se inicia en 2016 el promedio fue de 18,5% y en el segundo trimestre de 2019 llegó al 16,5%.

12 de marzo, 2023 | 00.05

En este país se prometieron lluvia de inversiones con el macrismos y luego un descrédito total por el cambio de gobierno, donde no ingresaría un dólar de desembolsos productivos. La lluvia fue garúa y especulativa y recién cuando Macri y su pandilla dejaron el poder, aún con una pandemia que paralizó la actividad global, la inversión real, no la financiera, en el país se quintuplicó desde entonces. 

La mejora en la producción agropecuaria impulsó la compra de maquinaria, la construcción, la de insumos, la industria, la de partes y herramientas. Pero hay un caso emblemático, que es la apuesta al conocimiento, es decir, inversión en capital humano en su máxima expresión. Todo muy lejos de los importadores netos al que nos invitaba a embarcarnos Cambiemos.

La apertura indiscriminada del mercado y de la cuenta capital no atrajeron inversiones genuinas sino la llegada de divisas financieras atraídas por tácticas de carry trade (aprovechar el diferencial de tasas), que marcó un récord histórico en 2017 (15.782 millones de dólares, según el Banco Central. En tanto una catarata de anuncios de inversiones productivas por más de 153.000 millones de dólares se repetía en loop durante la era Macri, aunque no llegaron nunca a cristalizarse. 

Si se toma la formación bruta de capital fijo sobre PBI a precios constantes (cantidades) que mide el INDEC (construcciones, maquinaria y equipo, transporte y formación de capital en activos fijos) se observa una reducción en los últimos años. Si se toma el promedio 2011-2015, ronda el 20,2 por ciento y en 2015 era de 19,5 por ciento. Con relación al período que se inicia en 2016 el promedio fue de 18,5 por ciento y en el segundo trimestre de 2019 llegó al 16,5 por ciento.

De acuerdo con el INDEC, el crecimiento del Producto de este año se ubicó en el 5,2 por ciento, muy traccionado por la inversión privada que al tercer trimestre de 2022 ya representaba el 21,2 por ciento del PBI. e trata del nivel más alto desde 2011, cuando el registro había sido del 21,4 por ciento al tercer trimestre de ese año. Si bien resta un trimestre, los cálculos privados son alentadores.

De acuerdo con los datos relevados por la consultora Orlando Ferreres & Asociados (OJF), solo en enero de este año registró para enero una expansión de la inversión de 5,9 por ciento interanual medido en términos de volumen físico (sin contar el efecto de la inflación). En la medición en dólares, se estima una inversión de 8092 millones de dólares mensuales. Las principales locomotoras fueron maquinaria y equipo y construcción, los menos afectados por los controles a las importaciones. 


"La inversión en construcción sorprendió en el inicio del año, registrando un crecimiento de 18,5% en la medición anual. Si bien la base de comparación de enero del año pasado resulta baja, no todo el crecimiento puede atribuirse a este efecto estadístico. De hecho, la medición sin estacionalidad confirma un avance respecto de diciembre", destaca el informe de OJF. 

La construcción fue la más alta desde 2015: creció 3,5 por ciento versus 2021 y 9,1 por ciento contra 2019; siendo el segundo mayor nivel desde 2012. Esto traccionó a los insumos, donde 11 de los 13 insumos crecieron hasta 23,6 por ciento. Según la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, en 2022 el consumo interno de cemento fue el más alto desde por lo menos 2004 y creció 7,3 por ciento inteanual.

Con la industria -que alcanzó el mayor nivel desde 2017, en 2022 las cantidades importadas de bienes de capital fueron las más altas desde ese año, con cierto freno sobre el final el año por la falta de dólares. En comparación con enero de 2019, las cantidades importadas se ubicaron 19,5 por ciento por encima.

Si bien la falta de oportunidades de adquirir dólares busca otras oportunidades de inversión, los volúmenes van más allá de esa posibilidad. 
El Ministerio Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, publicó un informe en el cual consta de un récord de inversiones en el tercer trimestre del 2022, el más alto desde 2018, “con un incremento de anuncios a nivel nacional del 29 por ciento y un crecimiento del monto anunciado de 420 por ciento, con respecto a similar período de 2021.

El informe destaca que este aumento se justifica “por el tipo de sector que registra grandes montos en general, como las energías tradicionales y renovables ya que, el 76 por ciento del total anunciado a nivel nacional se concentra en los proyectos de energías tradicionales y renovables”.

Entre las inversiones que motorizaron estas cifras, se destacan el acuerdo entre YPF y Petronas para el desarrollo de gas no convencional y la construcción de la planta de GNL por 10.000 millones de dólares en el municipio de Bahía Blanca. La inversión pública también colaboró: Vivienda y urbanismo, transporte, agua potable y alcantarillado y energía fueron los cuatro rubros principales, al explicar el 75,8 por ciento del total. 

También consultoras destacan otros nichos de crecimiento. Desde PwC Argentina sostienen que la Argentina posee proyectos de inversión atractivos que captan el interés de los inversores internacionales, en especial en los sectores relacionados con los recursos naturales que abundan en el país, tales como los sectores minero, de agronegocios y energético (en particular, las energías renovables y la producción de gas y petróleo de esquisto)..

El país también tiene una sólida base de talentos, una clase media con buena formación y una comunidad activa de negocios emprendedores que podrían permitir un crecimiento exponencial si se gestionan de manera constante. La mirada, sin dudas, está puesta en petróleo, gas y minería, ya que puede abastecerse de crudo, pero depende de las importaciones para satisfacer la demanda local de derivados de los combustibles nacionales. Quién maneje ese abastecimiento es la pregunta del millón. Las inversiones no controladas nunca fueron buenas.

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