El aumento del precio de los alimentos y bebidas tuvo una fuerte desaceleración durante la tercera semana de febrero, aunque este rubro registró una inflación de casi el 7% en las últimas cuatro semanas, superando el índice oficial de enero. El informe elaborado por la consultora LCG, al que accedió El Destape, precisa que "en la tercera semana de febrero la suba de precios de los alimentos promedió 0,51%, lo que implicó una desaceleración de 1,25 puntos porcentuales respecto la semana anterior.
Aun así, el trabajo advirtió que, por novena semana consecutiva, la inflación promedio mensual en alimentos y bebidas se aceleró, ubicándose en torno al 6,8%, por lo que registró un nuevo récord desde la segunda semana de noviembre. En este panorama, las carnes y los lácteos son las dos categorías que impulsan la inflación de los alimentos al alza, ya que son los únicos dos que crecieron por encima del promedio general.
El rubro de alimentos que más aumentaron en la última semana fue el de las carnes con un 1%, a su vez el que más incidencia tuvo en el índice total. Le siguieron los panificados, cereales y pastas con un aumento semanal del 0,9%, los productos lácteos y huevos con un 0,8% y las frutas con un 0,5%. Al contrario, las verduras, que suelen tener una fuerte estacionalidad, bajaron un promedio del 0,9%, aunque con una incidencia muy baja en el índice general.
La inflación en alimentos
El informe de LCG se condice con los datos que reveló el Indec para enero. El IPC del organismo estadístico detalló que el rubro "alimentos y bebidas" subió en enero un 6,8%, es decir que, comparándolo con la presentación de la consultora privada, la inflación de esta categoría no tuvo ninguna desaceleración en las primeras tres semanas de febrero.
De hecho, la inflación en alimentos y bebidas volvió a acelerarse en enero respecto al 4,7% de diciembre previo, a tono con la aceleración general en los precios. Además esta categoría volvió a aumentar por encima del promedio general de inflación por primera vez desde septiembre.
En esto influyó fundamentalmente el aumento del precio de la carne en hacienda, de cerca de un 30%, luego de haberse mantenido estancado durante la mayor parte de 2022. Del mismo modo, hubo una merma en el impacto de Precios Justos, que había logrado una fuerte desaceleración en los alimentos durante noviembre y diciembre. En esto influyeron los problemas en el cumplimiento del stock del programa, que motivó el lanzamiento de un monitor digital de control de precios por parte de la Secretaría de Comercio a partir de febrero.