Los precios de la ropa siguen por las nubes y es cada vez más difícil comprar prendas de marca. Sin embargo, la tendencia que se vio durante todo 2022, cuando el rubro estuvo al tope de los aumentos, cambió en los últimos meses y ahora la indumentaria pasó a tener aumentos por debajo de la inflación general.
El año pasado, las prendas de vestir y calzado aumentaron un 120%, es decir, 25 puntos más que la inflación general, posicionándose como el rubro que más creció en precios de todos los relevados por el Indec.
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Pero el panorama cambió en 2023. Aunque hubo excepciones como abril, cuando indumentaria y calzado estuvo a tope del IPC. En el acumulado de enero a julio el rubro totalizó un 49% contra una inflación general del 60,2%, según datos de Indec y de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). La tendencia se verificó incluso el mes pasado, cuando esta categoría subió un 3% frente al IPC de 6,3%.
"A partir de fin del año pasado los precios empezaron a aumentar acumuladamente por debajo del general, salvo las excepciones de los meses de cambio de temporada que siempre dan por encima", señaló a El Destape Luciano Galfione, titular de la Fundación Pro Tejer.
Por qué se desaceleró el aumento de la ropa
Una de las posibles explicaciones de esta desaceleración de los precios es la apertura de las importaciones que propició el Gobierno al fin del primer trimestre. En este sentido, mientras que las importaciones de hilados y tejidos cayeron aproximadamente un 50% interanual en marzo, las importaciones de prendas de vestir terminadas se incrementaron un 167% en el mismo período. Respecto a febrero de este año, las importaciones de ropa crecieron en marzo todavía más, un 220%.
Sin embargo, Galfione desmintió esta idea. "Tanto los índices de fabricación de productos textiles como de fabricación de prendas de materias textiles dan bastante por debajo del índice general de precios, lo que explica que la producción industrial no es la causa más importante del aumento en el comercio final", explicó.
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Del mismo modo, el titular de Pro Tejer agregó que "el IPC del Indec mide todo tipo de ropa y no distingue entre nacional e importada, con lo cual si vemos que el IPC da mayor al IPIM (índice de producción industrial), esto contradice la teoría de que lo importado es más barato que lo nacional".
Al contrario, las explicaciones de esta desaceleración en los precios están en otro lado, según la industria. La CIAI apunta a que "las inversiones en equipamiento y la mayor captación de mano de obra redundaron en más producción y oferta de producto".
"Hay mayor oferta porque se empiezan a materializar las inversiones récord que viene realizando el sector", coincide Galfione, quien resalta también que "se empezaron a estabilizar los precios internacionales de las materias primas".
Pero en Pro Tejer también admiten un problema en la demanda, al señalar que, en parte, los precios cayeron debido a que las compras bajaron "fuertemente por falta de poder adquisitivo", aun cuando sigue habiendo grandes diferencias entre la ropa de marcas conocidas, que mide principalmente el Indec, y la de marcas "genéricas".