Luego de la brutal escalada para el valor de la carne, desde el sector proyectaron que en enero podría haber una baja considerable en el precio de los cortes, la cual oscilaría entre el 10 y el 15%. Desde octubre, uno de los alimentos más consumidos por los argentinos acumuló subas por encima del 30%.
El presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, sostuvo que al cierre del año el aumento en los cortes vacunos se ubicará en un 52% o 53%. Además, precisó que en las últimas semanas las subas en algunos casos fue del 25%, lo que llevó a que el asado pasara de $ 350 o $ 400 a $ 600 el kilo.
Sin embargo, Schiariti sostuvo que durante enero podría retroceder entre un 10% y 15%. Y explicó al portal Ámbito Financiero: “Esto es porque creo que la demanda no va a convalidar los precios, por un lado. Por otro lado, al haber terminado el año fiscal de la mayoría de los productores ganaderos el 31 de diciembre, la oferta se va a normalizar y esto es lo que va a generar una caída de precios. Sobre todo que las ventas de los últimos días en el mercado interno fueron muy dificultosas”.
“La semana que pasó, comenzó a verse reflejado que los precios no iban a sostenerse durante mucho tiempo. La mayoría de los distribuidores de carne minorista no trasladaron el último aumento de precio de la semana anterior y todo hace pensar que en la próxima semana y sobre todo en enero, se van a normalizar las entregas y seguramente los precios se van a retrotraer de manera sensible. Cerca de fin de mes, va a llegar a la carnicería con una baja sensible en los precios”, remarcó Schiariti.
Según el titular de Ciccra, en marzo los terneros de destete se vendían los feedlot a $100 y $105 el kilo, pero debido a “la emisión monetaria más grande y las disparadas del dólar, ningún productor que hubiese vendido una jaula de animales gordos quería quedarse con la plata”. En esa línea, agregó: “Estaban desesperados por mantener el valor de ese dinero y tomó al ternero como refugio de valor. Ahí pasó a $170 o $190 el kilo vivo”.
Luego se sumó el aumento exponencial del precio de los granos que sirven de alimento para el animal, que pasaron, en el caso de la soja, “de U$S300 hace un año a U$S 440 la tonelada hoy”, por lo cual “empezó a faltar hacienda terminada”.