La huella traumática que generan los movimientos del dólar están más vigentes que nunca, pese a la actual recesión económica, y las remarcaciones de precios estuvieron a la orden del día en los últimos días. La suba especulativa de los dólares paralelos, que atizaron en los últimos días los fantasmas de una nueva devaluación de shock por parte del Gobierno, se replicó en los listados que enviaron en el inicio de mes los proveedores de casi todos los rubros a sus clientes. Las subas son incluso mayores al alza que evidenció el dólar blue o los financieros. “Se aplicaron ajustes de entre un 4,5 por ciento y hasta 7 por ciento, según los rubros, en una semana con la nueva lista de precios, bajo el argumento de la suba del blue. Esto, sumado a la contracción que tenemos, genera situaciones nada agradables para el sector”, explicó a El Destape el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González. El directivo anticipó a este medio que las ventas de junio duplicaron su caída respecto a mayo.
Hay cierto consenso entre algunos analistas mediáticos e, incluso, dentro del seno del propio Gobierno de que, por la actual contracción económica, los movimientos del dólar no impactan en los precios domésticos. Se trata de una definición que podría ser, en el mejor de los casos, una verdad a medias. En el actual contexto recesivo, los movimientos en los dólares paralelos no debería impactar en la inflación dado que las compras suntuarias no tienen lugar en flacos bolsillos de los hogares. Pero –y debe tenerse en cuenta—, en una economía con energías y alimentos dolarizados e insumos en su mayoría importados, una suba del oficial si aceleraría la suba de precios. Sin embargo, el movimiento anticipatorio se impone a cualquier lógica y la volatilidad del dólar blue y de los financieros, que avivaron las especulaciones de devaluación, sirvieron para una nueva ola de remarcaciones de precios.
Mientras el dólar paralelo se encareció 5 por ciento, producto de las tensiones que generó el anuncio de traspaso de deuda del Banco Central al Tesoro –que anticipa más ajuste y riesgos de impago en caso de falta de fondos; dado que no se puede utilizar la emisión para responder a cuestiones coyunturales—los listados de venta al público de todos los rubros llegaron con alzas de hasta 7 por ciento, lo que recalentará la inflación de julio en el segmento de bienes. El titular de la CAME recibió, en medio de la entrevista con este medio, las cifras “crudas” –sin procesar—de caída de ventas pymes. “Lo que estoy viendo es que las caídas de mayo se duplicaron en junio, de forma ganeralizada”, aseguró González. Las cifras de mayo habían arrojado una caída de 0,9 por ciento mensual y 19 por ciento interanual en la producción manufacturera pyme, mientras que las ventas, que habían logrado un rebote de 6,6 por ciento en el mes, mantenía una baja de un 16,2 por ciento acumulada en el año.
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-Algunos comercios denuncian aumentos de los listados de sus proveedores luego de la escalada del dólar paralelo. ¿Es así?
-Sí, hubo aumentos de entre un 4,5 por ciento y hasta un 7 por ciento, según los rubros. En poco más de una semana llegaron las nuevas listas de precios. Sumado a la contracción que tenemos, la verdad, se dan situaciones para nada agradables. Vamos a tener el informe de ventas este fin de semana y se presenta más bajo de lo que fue en mayo. Todavía no tenemos los números finales, pero seguramente se van a duplicar para abajo casi seguro los números de mayo. Primero por la contracción y la pérdida del poder adquisitivo mismo y, además, porque gran parte del país no trabajó casi siete días (por los feriados).
-¿Los feriados ya no traccionan el consumo por Turismo?
-Hay un consumo de centros turísticos, pero eso no te mueve en la aguja en general. Somos más las provincias que no trabajamos que las que trabajaron en esos fines de semana largos.
-¿En dónde se reflejaron los aumentos de precios?
-Fue en todos los rubros, con excepción de la siderurgia. Todo el resto arribó con aumentos de hasta 7 por ciento; alimentos, madera, perfumería, calzado y textiles, entre otros.
-Acaba de recibir datos de una nueva baja de ventas, pese a que los precios desaceleraron. ¿A qué atribuye esta caída y que no repunte la actividad?
-La pérdida del poder adquisitivo es la explicación más lógica.
-Se acaba de aprobar la Ley Bases. ¿En qué los favorece?
-La Ley Bases, como está, por supuesto, no es la ideal, con respecto a lo laboral y con respecto también al RIGI. Pero se pudo llegar a corregir para incluir a algunos sectores específicos y también un porcentaje que sea para la incorporación de componentes locales y demás. Eso nos va a dar una pauta para poder generar proveedores locales a esas grandes inversiones. Eso está dentro de la ley, pero habrá que ver cuando se active todo esto, cuando se reglamente; y así se verá cómo afecta.
-¿Contiene algún o algunos puntos negativos para el sector?
-La posibilidad de que un monotributista tenga a dos colaboradores, a dos empleados. Si bien eso lo tendrían que defender los sindicalistas, porque también le está sacando derechos un trabajador, también lo hace para el empresario, porque genera una competencia real en la pequeña y mediana empresa. Casi el 99 por ciento de las empresas argentinas somos micro, pequeñas y medianas empresas, pero de ese porcentaje el 72 por ciento son de un formato de 1 a 9 empleados.
-¿Se espera una migración de esas pequeñas (de entre 1 y 5 empleados) al formato de colaborador que representa menos obligaciones patronales?
-Si yo tengo una empresa, una micro, con 3 o 2 empleados, de 5 o 6 años, ¿cómo me desprendo del empleado? Pero, en el mismo momento, se me instala la panadería en frente con 3 colaboradores. Si en cada sueldo nuestro, hay un 42 por ciento más que representan los aportes patronales –que ellos no pagan—podría imaginarse la diferencia de cara a una competencia real. No sé cómo van a reglamentar eso. Una cosa es una persona aquí en Capital Federal y otra es en el Interior, que tiene una capacidad distinta para adaptarse. No creo que vaya a generar más puestos de trabajo realmente.
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-Algunos relevamientos dan cuenta de más de 3500 empresas que desaparecieron en la primera parte del año. ¿Coincide con esas estimaciones?
-En ese tiempo ya sí. En los primeros tiempos no se veían y ahora se están viendo muchas empresas pequeñas, principalmente que no tienen la espalda financiera, que van o cerrando público y generando un emprendimiento en la informalidad, Ahora se llaman formales digitales. Ellos son formales digitales, se pasan a la informalidad comercial para ser formales digitales. ¿Qué te quiero decir con esto? Trabajan con billeteras electrónicas nacionales e internacionales como medio de cobro de su producto o servicio y usan todas las plataformas de e-commerce que existen en el mercado, las redes sociales, para potenciar su producto. La única diferencia con el que está formalmente establecido dentro de las leyes comerciales de la Argentina es que no pagan impuestos.
-En números, ¿cuál es la diferencia de esa competencia desleal que se abre con la figura del colaborador?
-En costos, estamos 45/55 por ciento para un producto en blanco. Un emprendedor que no paga impuestos por cualquier producto tiene una diferencia a favor de 45-55 por ciento de impuestos contra el que está legalmente establecido.
-Están trabajando en un RIGI Pyme. ¿Cuáles son los principales puntos?
-Es una ley pyme realmente, más que un RIGI. Van a haber muchos fundamentos tributarios y demás y reglamentaciones para que realmente tengamos también la misma posibilidad o mejor que las grandes empresas. La verdad que tenemos que tener una diferenciación con respecto a las grandes empresas porque no tenemos la misma capacidad financiera ni espalda económica. Además, somos lo que somos siempre y lo que nos quedamos, reinvertimos el 100 por ciento acá. Ante eventualidades macroeconómicas levantamos e innovamos. Entonces debemos tener una atención especial también para fortalecer todo el entramado productivo. Hay muchas regulaciones que se deben corregir que realmente nos hacen que no seamos competitivos. En lo laboral alguna mejora también en la contratación y también la seguridad de que se puedan llegar a dar seguridad jurídica para que no estemos tan expuestos a la gran cantidad de juicios laborales que realmente es un jugador que nos deja fuera de juego continuamente.
-Ya pasaron los 120 días de liberalización de importaciones para bajar el precios de algunos productos. ¿Cuál es el balance que hacen sobre la medida?
-No impactó en los precios, pero sí lo malo, la competitividad de las pymes. Porque realmente no somos competitivos ni siquiera para exportar, imagínate para poder competir con el mercado externo. Lo que se ve también es la cadena comercial monopolizan algunos productos, compran toda la producción y después manejan el precio de góndola y eso complica mucho. O sea, hay toda una cadena de comercialización que se está estoqueando para en algún momento después ganar con precios.