Bajo el argumento de incentivar la competitividad y así forzar una baja en los precios, el gobierno de Javier Milei dispuso a mediados de marzo la apertura total de las importaciones para unos 3000 productos. Dentro del extenso listado sobre los que se habilitó por 120 días condiciones más flexibles y baja de impuestos internos (no pagarán el IVA adicional e impuesto a las Ganancias) para su importación, se destaca, por su alto nivel de consumo y autoabastecimiento, la yerba mate. El balance hasta junio arroja que el aluvión de yerba –principalmente proveniente de Paraguay y Brasil—, lejos de forzar una caída de los precios al público, los valores en el trimestre arrojaron alzas significativamente superiores al comportamiento de la inflación general en Alimentos y Bebidas. Mientras el índice de precios al consumidor para la categoría alimentos acumuló en ese período un alza 14,4 por ciento, el promedio de las marcas de yerba aumentó un 35 por ciento y en algunos casos alcanzó al 45 por ciento.
En medio de la escalada inflacionaria, que provocó la mega devaluación de diciembre, el Gobierno decidió abrir la importación de productos para disciplinar a la industria local. El Banco Central publicó una lista con 3000 nomencladores (códigos aduaneros) que representan los productos sobre los que se facilitará la compra externa. No solo no se trató estrictamente de productos básicos, sino que además pone contra las cuerdas a muchas economías regionales y pymes que tendrán que competir en condiciones muy desiguales. En el listado se encuentran alimentos en los que Argentina lidera el comercio mundial, como el aceite de soja, rubros emblemáticos, como carne bovina y yerba mate; productos para consumo de altos ingresos, como grosellas, arándanos -que también se produce en el país- y nueces de areca y, dentro el rubro calificado como "estupefacientes", cannabis (marihuana) con fines medicinales.
El resultado, como se preveía, solo generó un aluvión de importados que complica la actividad empresarial local. La importación se abrió los últimos meses, con origen desde Uruguay y Paraguay. Sin embargo, estas medidas no causaron efecto sobre los precios que se ofrecían en el mercado. Las principales marcas que lideran el sector de la yerba mate han aumentado el precio de sus productos un 35,3 por ciento hasta finales de junio, luego del anuncio de la liberación del mercado. “Esto se debió a que los paquetes de yerba traídos desde el exterior tienen precios superiores o similares a los nacionales”, señala el informe elaborado por el Instituto de Economía (INECO) de UADE sobre la Yerba Mate.
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Según datos del INDEC, las importaciones de este producto en los primeros tres meses del año alcanzaron los 3,83 millones de kilos, lo que representa casi un 30 por ciento más que los 3 millones de kilos importados en el mismo período de 2020, año en el que fue récord en compras externas, llegando a un total de 30 millones de kilos, equivalente al 10 por ciento de la producción nacional. Desde abril, con la apertura importadora y la eliminación del precio máximo, las empresas que se encuentran en las fases intermedias de la cadena de producción debieron pagar un precio más alto para comprar la materia prima, lo que implicó un aumento de precios en los paquetes de yerba que están a la venta en los supermercados. Estos aumentos se vieron reflejados en las góndolas de todo el país en abril, con un retroceso en mayo e incrementos leves en junio.
La escalada de precios para la yerba fue significativamente más alta que el acumulado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en la categoría de “Alimentos y Bebidas no alcohólicas” de abril, mayo y junio, que fue de un 14,4 por ciento. “Cabe aclarar que las variaciones en los precios de este mercado no están siendo solo consecuencia del marco inflacionario general que existe en Argentina, sino que también son resultado de la eliminación del precio máximo”, detalla el informe.
Este fenómeno indica que las variaciones en los precios no son solo consecuencia del marco inflacionario general que existe en Argentina, sino también de los cambios en las regulaciones del mercado que han motivado un alza en los valores al consumidor final. “El productor primario vio una recomposición en su margen de ganancia, al igual que las empresas (aunque estas en menor medida). Los perjudicados son los consumidores: luego de la eliminación del precio máximo, el incremento que tuvieron los productores en el precio del kilo de hoja verde fue muy similar al aumento de precios en góndola. Es decir, el aumento de precio del kilo de hoja verde se trasladó por la cadena de producción hasta el precio final”, de acuerdo con el informe del INECO.
Durante el 2023, los productores de hoja verde (aquellos que se encuentran en los primeros eslabones de la cadena de producción) habían aumentado –a partir del esquema de valores máximos vigentes hace dos décadas—el precio de la materia prima en un 200 por ciento, mientras que la inflación en alimentos fue de 251 por ciento. Es decir, el precio de la materia prima aumentó menos que la inflación de alimentos a nivel general. Durante ese mismo período, el precio de la yerba en góndolas de los supermercados aumentó un 270 por ciento, por encima de la inflación de alimentos.