El actual escenario inflacionario deja en evidencia que los intentos del Ministerio de Economía por encausar la relación con los formadores de precios fracasaron. Las empresas con poder oligopólico en segmentos de alimentos derivados del trigo, harinas y aceites - por citar algunos ejemplos – incrementaron de manera exponencial sus ganancias a costa de los ingresos de la población. El método: una remarcación de precios especulativa por fuera de los controles oficiales y ante la vista de las autoridades nacionales.
El último informe del Centro de Estudios Agrarios (CEA), que será publicado la semana que viene, analiza los comportamientos de empresas como Molinos Río de La Plata, Arcor, AGD y Ledesma, que aplicaron incrementos que van del 150 al 250 por ciento entre abril de este y el mismo período del 2022.
A pesar de la fuerte caída de la cosecha de trigo como consecuencia de la sequía, el abastecimiento interno para la producción de panificados siempre estuvo garantizado. No faltó materia prima para el consumo local. Tras la guerra entre Rusia y Ucrania, el Gobierno instrumentó una serie de fideicomisos para desacoplar precios pero en la calle, la realidad fue otra.
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El precio de la harina por kilo tuvo un incremento del 242% en abril de este año en la comparación interanual. Según el informe del CEA al que accedió El Destape – Todo precio es político, segunda versión – la harina pasó de los 86 pesos en abril del año pasado a un promedio de 295 pesos. ¿Qué justifica semejante alza?
En el caso de los fideos por 500 gramos, se registró una remarcación del 256% en el mismo período bajo análisis, con un salto que fue de los 100 a los 360 pesos, aproximadamente. El pan fue lo que menos aumentó, apenas un 103%. En las panaderías de la zona metropolitana, el kilo ya cotiza los 600 pesos.
¿Cuáles son las empresas que dominan estos mercados? En la industria de los fideos, el 81% se reparte entre Molinos, Arcor, Tres Arroyos y Molto. La sociedad de la familia Pérez Companc – que en plena escalada repartió millones de pesos en dividendos – se queda con casi el 40% de este mercado y también cuenta con el 35% de participación de la molienda de harina para fideos y el 22% en el caso del pan.
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El aceitoso
En el segmento de los aceites, el Gobierno también implementó un fideicomiso para desacoplar los valores internacionales de las materias primas y su impacto en el consumo interno. Pero algo falló. Las empresas AGD, Molinos, Molino Cañuelas y Tanoni Hermanos concentran el 85% del mercado.
Para el CEA, la variación del precio de la botella de litro y medio de la marca Cocinero (Molinos Río de La Plata) aumentó un 145% entre abril de este año y el mismo período del año pasado.
Según los balances de la empresa del Grupo Pérez Companc, la ganancia neta del ejercicio cerrado en diciembre del 2022 (descontada la inflación) fue de 8197 millones de pesos, un 48,8 por ciento por encima de los 5510 millones del 2021.
Lo más probable es que el precio del aceite de girasol siga su escalada teniendo en cuenta que el ministro Massa incluyó a este producto dentro del beneficio exportador llamado dólar agro. “El impacto (dólar agro) sería similar al de una devaluación. Los precios de muchos alimentos, al ser derivados de commodities, tienen un impacto bastante directo del tipo de cambio. Dado que el precio de los commodities se determina en el mercado internacional, es un precio que está en dólares”, explicó Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.
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