Tras conocerse el 20,6% de inflación oficial de Enero, el Gobierno prepara un programa para monitorear la cadena de formación de precios de los productos de la canasta básica. La medida tiene similares características a la aplicada durante la gestión anterior.
Los precios de la canasta básica lideran las subas anuales, muy por encima del nivel general, y desde la Subsecretaría de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial dependiente de la Secretaría de Comercio apuntan a conocer la “competitividad” en la producción de los alimentos. Por caso, el arroz se incrementó 900% en los últimos 12 meses cuando en el mismo período la inflación general fue 254%.
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La posibilidad de conocer el camino de costos que se van sumando en la transformación de una materia prima hasta el producto en góndola recuerda a una política similar aplicada durante el gobierno de Alberto Fernández. En 2021 se constituyeron mesas sectoriales, a instancias del entonces ministro de Industria Matías Kulfas, donde participaban todos los responsables de las cadenas de producción. En esa ocasión, se había detectado un aumento desmedido en el cartón que se utilizaba para envasar puré de tomates y legumbres.
Ayer el INDEC dio a conocer el índice de precios al consumidor de enero con un incremento de 20,6% mensual. Alimentos básicos subieron muy por encima del nivel general: el café molido 70,5%, la sal fina 60,4%, el tomate en lata 43,6%, el pan de mesa 43%, las galletitas de agua 42%, entre otros.
Ahora, los funcionarios aclaran que el objetivo es “detectar ineficiencias” en la producción de bienes básicos. Aún no está claro cómo se accederá a la información ni qué medidas se tomarán cuando se encuentren distorsiones. En este momento los responsables en Economía analizan opciones para llevar adelante el plan, cuyo lanzamiento aún no tiene fecha.
Mientras tanto, Comercio comenzó a desplegar a sus 50 inspectores a negocios y supermercados del AMBA. Es para realizar controles de varios ítems menos precios. Se concentran en que la señalización en góndolas sea la adecuada, que los alimentos no estén vencidos, que los datos en paquetes sean los adecuados y que las balanzas estén bien calibradas. Se trata de una lógica diferente a la que se aplicó en la administración anterior, cuando los agentes recorrían los supermercados para controlar el cumplimiento de los acuerdos de precios que hoy no existen más.
La Secretaría de Comercio, que adquirió centralidad durante las gestiones kirchneristas, busca bajar fuertemente su perfil en línea con la menor intervención del Estado en la economía que profesa el presidente Javier Milei. Por estas horas su titular Pablo Levigne se concentra en la desregulación de sectores como ocurrió el 29 de enero, cuando dio de baja más de 60 resoluciones. En tanto, la Subsecretaría de Lealtad Comercial y Defensa de los Consumidores busca que el comercio sea un poco más justo con énfasis en la defensa de los usuarios.