Ante la escalada de precios que se registró luego de la primera devaluación de la era Milei, el Gobierno sacó de la galera una suerte de acuerdo – pero sin ninguna rúbrica que lo legalice – con una serie de supermercados y comercios de autoservicio para ofrecer descuentos en un total de 20 productos. Bajo el sello de la Cámara Argentina de Supermercados y la Federación de Supermercados y Autoservicios, un grupo de “empresarios” indicó que los descuentos del 20% serán voluntarios. Las subas registradas en las últimas semanas llegaron al 100% en algunos casos. El diputado del PRO, Martín Tetaz, sostuvo que la medida es una suerte de oferta entre privados. “A todos nos gustan las ofertas, por eso vamos al cine los miércoles”, afirmó. Desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que nuclea a los grandes jugadores del sector, señalaron que “el anuncio es poco serio por carecer de precisiones”.
El Gobierno de Milei descree de las regulaciones del Estado. De hecho, la derogación de la ley de abastecimiento y góndolas son un claro ejemplo de que los libertarios dejarán librado al sector privado cualquier discrecionalidad sobre los precios. Sin embargo, transcurrida las fiestas navideñas, algunas áreas oficiales tratan “hacer de cuenta” que buscan amortiguar el descontento popular.
Es así como la CAS y FAS emitieron un comunicado en el que informaron que aplicarán un descuento del 20% en los precios de 20 productos de la canasta básica, durante 60 días. No hubo mayores precisiones.
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“La iniciativa es el resultado de las reuniones llevadas a cabo con el secretario de Comercio de la Nación, Pablo Lavigne y el subsecretario de defensa del consumidor y lealtad comercial, Fernando Blanco Muiño. Los supermercadistas reafirman su permanente compromiso con el país, y el consecuente apoyo a la actual gestión”, indicaron a través de un comunicado.
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De precios justos, a precios cuidados y por último, esta versión inocua que ni siquiera requirió una firma de compromiso entre los supermercadistas, y más relevante, con una ausencia total de los fabricantes de alimentos que son lo que, en primera instancia, clavaron los aumentos siderales post devaluación.
“Es poco serio anunciar un descuento del 20% sobre unos precios no especificados, es decir, un 20% sobre qué base, cuáles son los productos referenciados y sin distinguir las bocas de expendio”, analizó – en diálogo con El Destape- un empresario que supo participar de los anteriores programas oficiales de precios.
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Concentración y abuso
En la Argentina de Milei, acceder a las comidas diarias será una odisea. No es que el país se quedará sin producción de alimentos o materias primas, todo lo contrario. Con el DNU libertario, los precios de los alimentos seguirán escalando, en un escenario que se encamina a consolidar una hiperinflación.
La eliminación de la Ley de Abastecimiento y de góndolas responde al lobby de las grandes alimenticias nucleadas en la Copal, entidad presidida por Daniel Funes de Rioja, también titular de la UIA. Empresas como Arcor (Pagani), Molinos (Pérez Companc), Nestle o Unilever tendrán la libertad de aumentar precios de manera arbitraria y, llegado el caso, redireccionar productos hacia el comercio exterior en detrimento del mercado interno.
Sin regulación estatal, y con una fuerte concentración empresarial, los trabajadores y trabajadoras quedan totalmente desguarnecidos.
Solo bastan algunos ejemplos: la empresa Molinos posee el 22% del mercado de harina para pan (de un total de tres jugadores que concentran el 87% de la molienda). También posee el 35% de la molienda para fideos, el 22% de la producción de aceite (donde 4 sociedades concentran el 82% del mercado). A su vez, cuenta con el 9% del mercado yerbatero.
En el caso de las galletitas, la industria está conformada por alrededor de 100 empresas, mayormente pymes. Sin embargo, la estructura productiva se caracteriza por una importante concentración, donde solo dos firmas acaparan el 60% del mercado interno: Arcor (Bagley Argentina S.A.) y Mondelez (ex Kraft-Terrabusi).
También existe una fuerte estructura de concentración en los frigoríficos, donde solamente 10 empresas exportadoras concentran el 75% de las ventas al exterior. Entre ellos sobresale la brasilera JBS de Joesley Batista; otro frigorífico del país vecino es Marfrig, firma que a su vez es dueña de la marca Quickfood SA.