Tras una probable aceleración de la inflación en noviembre, los empresarios se disponen ahora a darle la bienvenida a la liberación de precios que el presidente electo, Javier Milei, se propone realizar poco después de asumir, el próximo domingo.
Las consultoras privadas anticiparon que, tras bajar a 8,3% en octubre, la inflación volvió a ser de dos dígitos en noviembre: alcanzó el 11,2% para Focus Market y trepó al 11,5% para C&T. La clave, para ambas, estuvo en la suba de precios de la semana post balotaje cuando, incumpliendo los acuerdos vigentes, las empresas comenzaron a enviar a los grande supermercados listas con subas de hasta el 50%.
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La Secretaría de Comercio intentó frenar los aumentos acordando topes del 12% para noviembre y otro 8% que entra formalmente en vigencia este lunes, pero las denuncias de incumplimiento afloraron. La confirmación del cambio de los vientos políticos permitió mostrar un anticipo de lo que ocurrirá en diciembre según lo anticipado por el propio Milei, quien afirmó la semana pasada que va a "liberar todos los precios que pueda".
En este sentido, la decisión política del presidente electo es liberar los precios en tres dimensiones clave, lo que augura un nuevo salto inflacionario para el mes en curso. Se trata de un nuevo escenario al que los grandes empresarios, por lo general, dan la bienvenida incluso con entusiasmo, al entender que lo que propone Milei es simplemente afrontar por fin el necesario "sinceramiento" de precios que termine con el atraso actual.
Dólar
La primera de esas dimensiones es la segura suba del dólar oficial que, se da por sentado, el presidente electo dispondrá lo antes que pueda, como forma de achicar la brecha que hoy llega al 80% con dólar exportador implantado por Sergio Massa y al 140% con los dólares financieros.
A qué tipo de cambio Luis Caputo fijará ese "sinceramiento" es hoy la gran incógnita. Frente a los trascendidos de un nuevo dólar oficial a $650, algunos empresarios como Cristiano Rattazzi proponen llevarlo directamente a $800. Se trata de un extremo. En general prevalece la posición más moderada de "ir a valores reales pero no en el cielo", como afirmó un importante referente de la UIA, que prefirió hablar en off.
Otros proponen fijar un tipo de cambio "sector por sector", mientras la otra incógnita al respecto es si la suba del dólar oficial implicará también una unificación cambiaria o si se mantendrán las restricciones en el acceso a divisas. En general, el consenso empresario es que, hoy por hoy, no están los dólares para ejecutar inmediatamente la primera opción, pese a las promesas de la futura canciller, Diana Mondino, de eliminar las SIRA y las licencias no automáticas.
Fin de los acuerdos de precios
La segunda dimensión de la liberación de precios de Milei es el fin de los acuerdos de precios, tal como él mismo anuncio la semana pasada. "Obvio, no tiene por qué estar haciendo eso de regular precios, me parece una aberración", respondió al confirmar que cerrará la Secretaría de Comercio.
Según podía comprobarse en la Conferencia Anual de la UIA del jueves último, los grandes empresarios festejan unánimemente esta promesa del presidente electo, con la esperanza de recuperar rápidamente el terreno perdido en materia de atraso de precios. En algunos sectores, como los medicamentos, se quejan de que este supera a veces el 85%.
El festejo no alcanza a los empresarios y emprendedores minoristas o de comercios de cercanía. "Lo peor que nos puede pasar es que la mercadería siga subiendo, porque estamos destruyendo el poder adquisitivo de cada laburante", advirtió Fernando Savore, referente de los almaceneros bonaerenses.
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De este modo, todo indica que los alimentos tendrán un aumento significativo en diciembre, ya que a la suba del dólar oficial (al cual son especialmente sensibles) y a las fiestas se le sumará el fin de Precios Justos. Vale recordar que los acuerdos no solo alcanzan al consumo masivo y los medicamentos sino también a los combustibles, el calzado e indumentaria, los electrodomésticos, los electrodomésticos, las motos y los insumos para la construcción.
Tarifas
La tercera dimensión es la de las tarifas. Más allá de la liberación de los combustibles, Milei afirmó que podría subir el boleto de transporte (aunque sin "sincerarlo" totalmente), mientras que el DNU que regula las tarifas de telecomunicaciones ya fue anulado en segunda instancia judicial.
Además, desde La Libertad Avanza anticipan que la ley ómnibus que Milei enviará al Congreso tras asumir incluirá una "reforma energética". El tema de las tarifas de luz y gas es el más ríspido para los empresarios, que analizan qué quiso decir Mondino cuando afirmó que los costos de la energía "tienen que estar en paridad con el precio internacional". La apuesta de Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, es que que las tarifas "sigan siendo competitivas desde el punto de vista del costo industrial".
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La certeza entre los industriales es que trasladarán a precios toda suba de costos. Mientras, dejan de lado las preocupaciones sobre una posible afectación de las ventas, pese a que en el sector de la electrónica y electrodomésticos admiten que empezó a percibirse una baja del consumo en las últimas dos semanas.
El temor por el desabastecimiento
Al contrario, mayor es la preocupación empresaria en que el nuevo panorama permita resolver el desabastecimiento que, reconocen, comenzó a verse en varios sectores. Según aseguran, sin embargo, este no es producto de un stockeo especulativo sino de la falta de insumos. Savore, de todos modos, afirma que en los mayoristas comenzó a "faltar un montón de mercadería" desde mediados de noviembre.
"En China, Brasil y Europa las aseguradoras ya no quieren aprobar embarcaciones a Argentina incluso con la SIRA aprobada", advierte un referente de la UIA, que agrega que peligra la llegada de mercadería en enero y febrero si no se destraba la deuda comercial, que acumulará este año unos 50.000 millones de dólares.
Es otro punto delicado para los industriales, que apuestan a que Milei libere el cepo importador más temprano que tarde pero, al igual que con las tarifas, pugnan por que se realice una "apertura comercial inteligente", vale decir, que no incluya bienes finales. Como sea, algunos ya se resignan a llegar como sea a la disponibilidad de divisas de marzo-abril, cuando estén los dólares de la cosecha gruesa.